miércoles, 22 de noviembre de 2017

Suicidios, asesinatos y antisemitismo en el FIFA-Gate (Enlace Judío, México)




El suicidio de un funcionario argentino del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2011-2015), Jorge Dehlon, el asesinato del vicepresidente de Televisa, Adolfo Lagos, amenazas de uno de los implicados, el ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga, y referencias al antisemitismo de Julio Grondona, uno de los dirigentes más destacados del mundo hasta su muerte en 2014, son algunos de los aspectos más salientes de la primera semana de declaración del arrepentido empresario mediático argentino Alejandro Burzaco ante la Corte de Brooklyn en el FIFA-Gate .

Burzaco llegó a tener gran parte del poder mediático del fútbol argentino entre 2004 y 2015, cuando fue CEO de la empresa Torneos y Competencias, y es uno de los implicados en el llamado “FIFA-Gate” que explotó en 2015, y que refiere al pago de sumas millonarias de sobornos de grandes medios latinoamericanos a los dirigentes de las distintas federaciones nacionales de los países de la región para obtener derechos de TV de los torneos de fútbol más relevantes sin que se tome en cuenta a sus competencias.

El FIFA-Gate estalló como consecuencia de la espuria votación del 6 de diciembre de 2010 en Zurich para determinar las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022. Para el primero, se impuso, sorpresivamente, la candidatura de Rusia sobre otras como Inglaterra, cuyo torneo, la Premier League, es considerado el mejor del mundo y cuyo presentador había sido el ex futbolista David Beckham, o la alianza entre España y Portugal.

Pero aún más extraño fue el desenlace para la elección del Mundial 2022, porque Qatar acabó imponiéndose a Australia, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos. Para esta última candidatura, el CEO de la organización iba a ser el ex presidente Bill Clinton y aparecía como la máxima candidata.

Al no tener una liga nacional fuerte, ni tradición en participaciones mundialistas, ni gran cantidad de estadios, ni temperaturas acordes para el mes del Mundial (en junio, suele llegar a los 50 grados), las sospechas sobre la forma en que Qatar obtuvo su sede comenzaron a crecer y rápidamente comenzaron las investigaciones en los Estados Unidos debido a la posibilidad de que se utilizaran pagos de sobornos a los dirigentes de la FIFA utilizando para ello cuentas bancarias locales.

Así es que no costó mucho encontrar a un primer responsable, el ex secretario general de la Confederación del Norte y Centroamérica y del Caribe de Fútbol (CONCACAF) entre 1996 y 2013, el estadounidense Chuck Blazer, con quien se reunieron durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012 tanto el FBI como el IRS (la Hacienda de Estados Unidos) y le sugirieron que la única forma de conmutarle parte de la pena de 60 años de prisión sería la de aceptar su condición de topo, colocándose un micrófono entre su ropa para generar conversaciones sobre corrupción con sus pares de la FIFA.

Así es que con estos datos obtenidos por Blazer, la policía suiza, a pedido de la Interpol, pudo detener en una redada en la madrugada del 27 de mayo de 2015 a la mayoría de los dirigentes latinoamericanos que habían asistido a un Congreso Extraordinario de la FIFA y solían alojarse en un mismo hotel, el lujoso Baur Au Lac, en Zurich, pero el empresario argentino Alejandro Burzaco alcanzó a enterarse del procedimiento y por segundos pudo burlar su captura, haciendo pronto el check out y escapando por la otra salida.

Burzaco viajó pronto a Bolzano, Italia, para alejarse del territorio suizo, se alojó en una lujosa villa de la zona y desde allí negoció su entrega, para lo cual fue extraditado y acabó pagando 23 millones de dólares de fianza, y obtuvo con ello la prisión domiciliaria aunque con un GPS en su brazo, mientras que su empresa, Torneos y Competencias, tuvo que abonar una multa de 113 millones de dólares.
Parte de su fianza la pagó su hermano Eugenio, secretario de Seguridad argentino del actual gobierno de Mauricio Macri.

Un mes más tarde, en junio de 2015, se disputó la Copa América de Chile, en la que prácticamente no hubo dirigentes sudamericanos, una situación extraña tratándose de la máxima competencia continental de selecciones nacionales, pero el temor de la gran mayoría a una extradición a los Estados Unidos fue notoria y sólo para la final arribó el entonces presidente de la Confederación Sudamericana (CONMEBOL), el paraguayo Juan Angel Napout, viajó en remisse al partido, entregó la Copa y volvió a su país sin alojarse en ningún hotel.

En su declaración de esta semana ante la jueza Pamela Chen y el fiscal Samuel Nitze, Burzaco ratificó oralmente, y ante la presencia de tres ex dirigentes sudamericanos implicados, el paraguayo Napout, el peruano Burga y el brasileño José María Marín, ex presidente de la Confederación Brasileña (CBF), el modus operandi de las empresas y los dirigentes para conseguir los derechos de TV de los más importantes certámenes.

Burzaco contó entonces que los dirigentes “con honrosas excepciones” (se refiere a los ex presidentes de la Federación Chilena, Harold Mayne Nichols, y de la Asociación Uruguaya, Sebastián Bauzá), tanto presidentes de federaciones como los máximos representantes de la Conmebol, recibían sumas de cientos de miles y luego millones de dólares por año, en negro, para favorecer a las grandes empresas mediáticas como Torneos y Competencias (Argentina), Full Play (Argentina), Traffic (Brasil), Televisa (México) y Rede Globo (Brasil) con los derechos de TV de Copas América, Copa Libertadores de América, Copa Sudamericana y Mundiales.

El empresario argentino contó, por ejemplo, que entre su empresa Torneos y Competencias, Rede Globo y Televisa juntaron dinero para pagarle a Grondona (35 años presidente de la Asociación del Fútbol Argentino entre 1979 y 2014, y número 2 de la FIFA hasta su muerte en julio de 2014) 15 millones de dólares para asegurarse los derechos de los Mundiales 2026 y 2030, que ni siquiera tienen sedes asignadas.

Torneos se llegó a aliar a la brasileña Traffic de José Hawilla para obtener derechos de TV de Copas América en el pasado, conformando T&T (Torneos y Traffic) y luego sumaron a los argentinos Hugo y Mariano Jinkis (padre e hijo) de la empresa Full Play para generar una nueva empresa, Datisa, que también había pagado sumas en negro para quedarse con las Copas América de 2011, 2015, 2019 y 2023.

En cuanto a los Jinkis, Burzaco llegó a declarar que Grondona les tenía aversión “porque Don Julio tenía problemas con los judíos”. De hecho, el ex presidente de la AFA llegó a generar un escándalo cuando en un programa de TV en TyC Sports, reporteado por el periodista Ramiro Sánchez Ordóñez, había declarado que en el fútbol argentino no hay árbitros judíos “porque es difícil ser referee y a los judíos nunca buscan lo difícil” (https://www.youtube.com/watch?v=YnTJ_DEEQpk). El conductor del programa perdió su trabajo días más tarde.

Durante su testimonio ante la Corte de Brooklyn, Burzaco llegó a ser amenazado por el peruano Burga, quien le llegó a hacer señas como de cortarle la garganta, y por eso, se resolvió quitarle al ex dirigente su celular, y el internet en su departamento de Nueva York y sólo puede salir acompañado de su abogado. Mientras tanto, desde Argentina, el entrenador Humberto Grondona, hijo del dirigente fallecido, afirmó que el empresario declarante “sabe que no puede volver a pisar Sudamérica”.

En este sentido, Burzaco declaró ante la Corte de Brooklyn que su hermano Eugenio, el funcionario actual del gobierno de Macri, le advirtió que no podía regresar a la Argentina porque la policía de la provincia de Buenos Aires podía matarlo, y por eso pidió una extensión de su residencia en los Estados Unidos.

Burzaco también relató que los pagos a los dirigentes eran cambiantes, Muchos preferían cobrar en efectivo, y otros, a subcuentas como las que manejaba el banquero Jorge Arzuaga en el Julius Baer y en el Credit Suisse, mientras que otros preferían que se les depositara en financieras como Alhec Tours, en el microcentro de Buenos Aires.

Santiago Peña, ex empleado de la empresa argentina Full Play, reveló en su declaración posterior a la de Burzaco que en 2013 Hugo y Mariano Jinkis le advirtieron que no pagara más en efectivo colocando en los sobres las iniciales de los receptores sino que a cada uno le pusiera como nombre una marca de coches.

Así es que Napout era Honda, Burga era Fiat, Carlos Chávez (ex presidente de la Federación Boliviana) era Volkswagen, Luis Chiriboga ( ex de la Federación Ecuatoriana) era Toyota, Sergio Jadue (ex de la federación Chilena) era Kía, José Luis Meiszner (ex secretario general de la Conmebol) era Peugeot, y Rafael Esquivel (ex presidente de la federación Venezolana) era Benz…por el Mercedes.

En cuanto al suicidio de Jorge Dhelon en Buenos Aires, ocurrió en el mismo día en el que horas antes, Burzaco había declarado que a este funcionario y a su jefe, Pablo Paladino, los había sobornado con 4 millones de dólares para tratar de que su empresa, Torneos y Competencias, pudiera retornar a los derechos de TV en 2011 porque los había perdido en 2009 cuando la AFA rompió el contrato que duraba hasta 2014 para acordar con el Estado que los partidos se emitieran gratuitamente por la TV pública y otros canales abiertos.

Distinto es el caso de Lagos, el directivo de Televisa de México, que fue asesinado, en principio, por un hecho que no parece tener relación con el FIFA-Gate, pero extrañamente ocurrió en la misma semana y justo cuando Burzaco sostuvo aquello de la “vaquita” con Rede Globo y Torneos y Competencias para sobornar a Grondona.

Claro que todo lo que apareció hasta ahora refiere a los ex dirigentes sudamericanos. Nada del ex presidente de la FIFA Joseph Blatter ni de ningún europeo. Los malos son sólo latinoamericanos.


Esto recién comienza y habrá mucho más en el futuro cercano.

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