Si pudiéramos describir la realidad del Real Madrid
desde los fríos números o la más estricta actualidad estadística, podríamos
decir que el club blanco es el actual campeón mundial, el que defiende el
título doble de la Champions League, que es muy probable que en la presente
competición europea se clasifique a los octavos de final tras pasar la fase de
grupos y que, aunque se encuentra en este momento lejos del líder Barcelona, en
la Liga Española, quedan demasiadas jornadas y además, los dos enfrentamientos
en el Clásico como para preocuparse.
Sin embargo, los hechos reales son otros. Este Real
Madrid preocupa a su afición porque parece que en los últimos meses se haya ido
deshilachando y ya no se parece a aquel equipo sólido que se paseaba por los
campos del mundo con absoluta seguridad en su juego y con una enorme capacidad
de gol que puede llegar en cualquier ataque.
De a poco, el mismo Zinedine Zidane que no sólo
resultaba indiscutido para el Santiago Bernabeu y que la prensa española veía
con simpatía por su simpleza de conceptos, por su manejo del vestuario con mano
izquierda, el que acertaba con los cambios y no atosigaba a sus jugadores con
aburridas peroratas, ahora pasa a ser un entrenador sin capacidad de reacción,
conformista, falto de ideas tácticas y que no logra sacar el mejor rédito
cuando algunas de sus estrellas no se encuentran en un buen momento de forma.
De poco les valió a Zidane y a Cristiano Ronaldo
haber sido dos de las principales estrellas de la reciente fiesta de la FIFA
para los premios “The Best” en la gala de Londres. Si el francés fue
considerado como mejor entrenador de 2017, ahora muchos esperan una pronta
reacción del equipo antes de que el tren se aleje con el correr de la temporada
luego de algunas caídas inesperadas en la Liga en el Bernabeu y cuando en
Champions pocos podían apostar a que el Tottenham Hotspur de Mauricio
Pochettino le daría tamaño baño en Londres en el partido revancha de la fase de
grupos luego de que además los ingleses hayan estado muy cerca de ganar el de
la ida en Madrid si no fuera porque el portero Keylor Navas tuvo una actuación
fuera de serie y tapó casi milagrosamente una clarísima ocasión de gol a un
Harry Kane en un gran momento frente a la portería rival.
Lo cierto es que este Real Madrid no se parece
demasiado al de la pasada temporada. Un hecho importante es la casi permanente
ausencia del galés Gareth Bale en el equipo titular, un lugar que lentamente
fue cooptado por Isco Alarcón, jugador en ascenso pero que ocupa un espacio
distinto en el campo de juego.
En todo caso, Isco es un volante creativo que puede
sumarse al ataque desde atrás y puede llegar al gol, pero no es un delantero de
punta capaz de desbordar por los extremos, como Bale, y eso obliga a otro
sistema, que si sumamos a que Cristiano Ronaldo pasó a ser decididamente un
nueve más de área y menos de costado, ya todo es completamente diferente a lo
visto en tiempos recientes.
Si ya no hubo posibilidades o muy escasas de poder volver
a ver a aquella fórmula promocionada de la BBC, ¿qué decir de los dos que han
quedado? Lo de Cristiano Ronaldo en Liga es absolutamente llamativo. Que el
portugués se encuentre a más de diez goles de Lionel Messi, su rival global de
la década y Pichichi de la Liga, lo dice todo, pero más aún, cuando en la
Champions, el portugués sigue cumpliendo sin problemas con su cuota goleadora
que lo erigió en el máximo anotador histórico del gran torneo europeo de
clubes.
Cristiano Ronaldo apenas si ha marcado un gol en
Liga y no grita un gol suyo en el Bernabeu desde la temporada pasada en este
torneo, y ese fastidio ya empieza a ser resonante (nos referimos al suyo mismo,
a sus expresiones faciales ante cada oportunidad perdida, por más que la
afición madridista trate de calmarlo con su aliento permanente.
Distinto es el caso de Karim Benzema, quien
atraviesa ya una muy mala racha por la que han comenzado a aparecer silbidos en
el Bernabeu, algo que reconoce hasta su compatriota Zidane, quien acepta que en
este parón por la fecha FIFA, deberá
trabajar mucho en el apoyo psicológico hacia un delantero que le ha dado mucho
al Real Madrid pero que nunca alcanzó un reconocimiento unánime de blanco.
Pero el Real Madrid ha tenido en este tiempo otras
dificultades, como las prolongadas ausencias de Navas en la portería, Daniel
Carvajal en el lateral derecho o Raphael Varane en el centro de la defensa,
acompañando a Sergio Ramos.
Esto no significa que los blancos no puedan dar un
giro a la situación, Cuentan con una plantilla completa, con jugadores
estupendos, y en un mes, tendrán la ocasión de revalidar el título mundial en
Emiratos Arabes, justo antes del parón de fin de año, con tiempo para revertir
una actualidad que no le muestra su mejor cara.
También se acerca el clásico con el Barcelona por la
Liga y en un mes, seguramente estará clasificado a octavos de final de la
Champions (aunque quizá no irá al bombo de los ganadores de grupo en el sorteo)
y cuando llegue enero será el inicio de la definición de la próxima temporada,
cuando los jugadores abandonen la disciplina para pensar ya en el próximo
Mundial de Rusia.
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