El próximo miércoles, Lanús tendrá una ocasión
única. La de ganar por primera vez en su historia la ansiada Copa Libertadores
de América –cuando hace treinta años
jugaba en Primera C, la tercera división argentina- si vence por dos goles en
su estadio a Gremio de Brasil, que venció 1-0 en la ida y que ya ganó dos veces
el trofeo (1983 y 1995).
El primer partido terminó casi en una guerra, aunque
no tanto entre los jugadores de ambos equipos, sino de cada uno de los
planteles contra el árbitro chileno Julio Bascuñán. Los brasileños reclaman un
claro penal no cobrado que pudo haber ampliado la diferencia de goles para
llegar más tranquilos a la Argentina. Los jugadores de Lanús, la tarjeta
amarilla en el último minuto a su principal defensor, Diego Braghieri, que de
esta manera quedó suspendido y no podrá jugar el partido decisivo.
Si bien Gremio ganó bien el partido, el gol llegó
recién a los 37 minutos del segundo tiempo a través de Cícero Santos, que
ingresó como suplente porque el equipo no era efectivo y estaba bien controlado
por Lanús, y entonces poco pudo hacer su principal delantero, el
argentino-paraguayo Lucas Barrios, ex Bundesliga.
Lanús hizo lo mismo que en cuartos y semifinal, en
los que también jugó sus primeros partidos afuera para definir como local en la
revancha. Su entrenador Jorge Almirón hizo un planteo muy defensivo, para
retener mucho la pelota en la mitad de la cancha a través de la técnica de
Román Martínez y de Iván Marcone, pero como contra San Lorenzo o River Plate,
ambos de argentina, sufrió la derrota en los instantes finales.
La defensa de Gremio, en la que participó Pedro
Geromel, tuvo una noche tranquila a excepción de un cabezazo de Braghieri que
iba directo al gol, pero una notable atajada del arquero Marcelo Grohe –tuvo
otra en semifinales ante Barcelona de Ecuador- pudo evitarlo.
“En esta Copa nos pasó siempre lo mismo, en cuartos,
semifinal y final, que recibimos goles al final en la ida, pero lo vamos a
remontar como en las otras ocasiones y seremos campeones”, dijo el entrenador
de Lanús, Almirón, mientras que su colega de Gremio, el ex jugador de la
selección brasileña Renato Gaúcho, se quejó por el penal no cobrado. “Hasta
Steve Wonder lo hubiera visto. Fue tan claro que no se necesitaba ni siquiera
el VAR”.
También Gremio perdió a su combativo marcador
central, el argentino Walter Kannemann, quien recibió su segunda tarjeta
amarilla y no podrá estar en “La Fortaleza”, como se llama al estadio de Lanús.
Se espera que haya unos 6000 brasileños el miércoles
en Lanús, aunque los medios de ese país están preocupados porque muchos hinchas
de Lanús no pudieron ingresar antes de los 20 minutos en Porto Alegre y
difunden por TV imágenes de archivo de la batalla campal entre los jugadores de
Lanús y el Atlético Mineiro en la final de la Copa Conmebol de 1997, en la que
participó, entre otros, el campeón mundial en México 1986, Oscar Ruggeri.
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