lunes, 30 de septiembre de 2019

River-Boca y Gremio-Flamengo abren las semifinales de la Copa Libertadores de América con enorme expectativa (Interia)





Dos grandes partidos, entre tres animadores habituales de estos últimos años de la Copa Libertadores y el cuarto, que realizó una enorme inversión con jugadores de peso internacional, abrirán mañana la semifinal del mayor torneo continental de Sudamérica, que clasifica al campeón al Mundial de Clubes de diciembre en Qatar. Se trata de River-Boca, el gran clásico argentino que ya fue la final del año pasado, con un escándalo que hizo que se disputara la revancha en Madrid, y Gremio (otro semifinalista de 2018) ante Flamengo, ambos de Brasil.

A River y Boca les llegó demasiado pronto la posibilidad de volver a enfrentarse cara a cara en una instancia muy decisiva, la semifinal de la Copa Libertadores, aunque los hinchas riverplatenses sostienen que aunque le tocara clasificarse a Boca, nunca será como ganar una final como la que ganaron en Madrid (3-1) en 2018, y para Boca representa una oportunidad de eliminar por tercera vez a su clásico rival en las tres veces que habrán jugado en esta instancia (las anteriores en 2000 y 2004).

River, que tardó 27 años en ganar su primera Copa desde que comenzó a jugarse en 1960 y que sólo había conseguido dos hasta 2015, desde ese año hasta ahora logró otras dos (2015 y 2018), además de una Copa Sudamericana (equivalente a la Europa League) en 2014, además de tres Recopas Sudamericanas (2015, 2016 y 2019), en un brillante ciclo internacional desde que a mediados de 2014, Marcelo Gallardo, un ex jugador del club, se hiciera cargo del plantel, si bien tiene como deuda no haber ganado, por ahora, ningún torneo local (sí, en cambio, dos Copas Argentinas).

Al revés de River, Boca ha prevalecido en los torneos locales durante el Siglo XXI, y de hecho, ha ganado tres de los últimos cuatro torneos argentinos anuales, y lidera el actual, pero no pudo cristalizar esos logros en el plano internacional aunque fue protagonista de muchas Copas Libertadores, siendo finalista en 2012 y 2018, y semifinalista en 2016 y en la actual.

Los dos equipos, River y Boca, son muy fuertes aunque no son parecidos en su juego. River tiene una clara identidad desde 2014, aunque ha cambiado prácticamente a todos sus jugadores desde aquel momento, pero Gallardo (elegido entre los mejores entrenadores en la fiesta de la FIFA de The Best en Milán) siempre eligió la buena técnica y una enorme presión desde el medio hacia adelante, y más allá de estrellas más conocidas como el volante Enzo Pérez (mundialista en 2014 y 2018), o el defensor central Javier Pinola (ídolo en el Nüremberg alemán), o los veteranos y muy fuertes delanteros Lucas Pratto e Ignacio Scocco, cuenta con un mediocampista como Ignacio González, acaso el mejor jugador argentino de la actualidad en torneos locales, y promisorios valores juveniles como el volante Exequiel Palacios, o el lateral Gonzalo Montiel.

Boca, en cambio, es un equipo mucho más conservador y fuerte en lo defensivo, al punto de que en la actual temporada 2019/20 jugó trece partidos y recibió dos goles, uno de los cuales se lo marcaron al portero suplente. El titular, Esteban Andrada (también en la selección argentina), marcó varios récords locales por haber estado horas sin recibir un gol, aunque parte del mérito también es de sus defensores.

El entrenador de Boca es el experimentado Gustavo Alfaro, que prefirió primero armar bien la estructura defensiva para luego pensar en variantes de ataque y por ejemplo ya enfrentó a River en el estadio Monumental, el mismo de mañana martes a las 21,30 (2,30 de la mañana del miércoles de Polonia), por la Superliga local y resistió un 0-0 ante 75 mil hinchas de River (a causa de la violencia no se permiten hinchas del equipo visitante) aunque se cuestionó mucho la ética de no haber pasado casi nunca la mitad de la cancha para bloquear el juego adversario.

En este caso, en Copa Libertadores, tal como en la UEFA Champions League, el gol de visitante vale doble por lo que no parece tan claro que a Boca le convenga empatar 0-0 en la ida, porque en la vuelta del martes 22 de octubre, como local, si recibe un gol estaría obligado a marcar dos.

Este partido está envuelto en toda clase de polémicas. Los dos clubes (especialmente Boca) desconfían de la dirigencia de la Conmebol tras los sucesos ocurridos en la final de 2018, que insólitamente fue derivada a Madrid, al estadio Santiago Bernabeu.

Muchos creen que el árbitro brasileño designado para este partido, Raphael Claus, no tiene la suficiente templanza para un partido de este calibre, pero en Brasil, el periodismo sostiene que es el mejor para esta ocasión.

El miércoles a las 21,30 (Brasil y Argentina tienen la misma hora) se completará la ida de las semifinales con el partido que jugarán en el estadio Mineirao de Porto Alegre Gremio, el local, y Flamengo de Río de Janeiro.

Gremio, campeón de América en 2017, fue eliminado por River en semifinales en otro partido polémico tras que los brasileños ganaran la ida en Buenos Aires 0-1, ganaban 1-0 hasta casi el final en su casa, pero en tres minutos, River empató y luego dio vuelta el resultado con un muy dudoso penal que el árbitro dio a instancias del VAR y luego de que ni los jugadores del club argentino reclamaran una mano de un defensor brasileño.

Gremio es un equipo muy fuerte, de mucho carácter, que ya ganó tres veces en su historia la Copa (1983, 1995 y 2017), incluso en el Mundial de Clubes perdió la final de 2017 ante Real Madrid apenas por 1-0 por un libre directo de Cristiano Ronaldo, y que cuenta con un entrenador muy estrechamente ligado al club como el ex internacional de la selección brasileña Renato Portaluppi, quien ganó como jugador el torneo en 1983 y como DT, en 2017, y también ganó la Recopa Sudamericana en 2018.
Los “Tricolores” de Porto Alegre (una región conocida como “gaucha”, es decir, con costumbres muy cercanas a las argentinas o uruguayas), cuentan además con el que fue considerado mejor jugador de la reciente Copa América, el extremo Everton, capaz de desequilibrar en cualquier partido con sus regates y sus goles.

Enfrente, Gremio tendrá a un Flamengo sin tanta tradición copera (sólo la ha ganado una vez, en 1981, cuando contaba en sus filas con Zico o Junior), pero que parece decidido a todo en esta oportunidad, y por eso su dirigencia hizo enormes contrataciones para conformar una plantilla riquísima, con jugadores de experiencia internacional como el portero Diego Alves (ex Valencia), los laterales Rafinha (ex Bayern Munich) y Filipe Luis (ex Atlético Madrid), y cuenta con delanteros como el colombiano Orlando Berrío, Bruno Henrique, y Gabriel Barbosa, “Gabigol”, de mucho peso. Y volantes creativos como Diego Ribas (ex Wolfsburgo y Atlético Madrid) y el uruguayo Giorgian De Arrascaeta.

Todo indica que deberían ser los dos, partidos muy cerrados y con los marcadores abiertos para las revanchas de los días 22 y 23 de octubre, pero por suerte, se trata de fútbol y por eso, impredecible.

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