lunes, 4 de octubre de 2010

Borghi está preso de su sistema



Pocas veces fue tal claro que un director técnico está preso del sistema táctico que utiliza como lo que le sucede a Claudio Borghi en Boca Juniors. No sólo por las cinco derrotas en nueve partidos oficiales, un masazo del que no se libraría nadie pero del que el "Bichi" logra escapar momentáneamente gracias a su sinceridad ante el micrófono y sus buenos modos. También porque pocas veces, Boca invirtió tanto dinero en fichajes, y tiene la ventaja de jugar solamente los fines de semana al no participar en torneos internacionales.
Borghi es, sin dudas, un tipo sano, abierto, amable, de buenos modales, y que ha tenido cierto éxito ya en Colo Colo de Chile y en Argentinos Juniors. Pero está fracasando rotundamente en Boca por un hecho más filosófico que futbolístico si se acepta esta licencia. Y es que al igual que otros muy buenos entrenadores, como César Luis Menotti, o Marcelo Bielsa, y otros ya no tanto, como Ricardo La Volpe, cree a pie juntillas en que el sistema es más importante que los jugadores. En otras palabras, es de los entrenadores "sistémicos" y no de aquellos que creen que deben sacar el mejor rendimiento de los jugadores que les ha tocado en suerte, y que entre ellos y lo que puedan subir de las divisiones inferiores, armar un plantel competitivo. En este ejemplo puede colocarse a Carlos Bianchi, o a Ramón Díaz, o al propio Alejandro Sabella.
Para no generar confusiones, este texto no quiere decir que los entrenadores mencionados como armadores de equipos con recursos genuinos no sean afectos a la contratación de estrellas, sino que no hacen de las mismas, especialmente a las que tienen que ver con puestos en la cancha acordes a sus sistemas tácticos, la base de su trabajo.
Un entrenador que necesita que le traigan jugadores para poder llevar a cabo su propio sistema, en desmedro del plantel que encontró, por lo general termina trayendo dificultades a los clubes, y más aún si los resultados no son los mejores. Pongamos el propio caso actual de Boca: si mañana Borghi se fuera, ya sea porque renuncia o por cualquier otro motivo, el entrenador que lo reemplace muy posiblemente no quiera utilizar una defensa con línea de tres, que fue lo que el "Bichi" sistematizó en este tiempo y trajo jugadores acordes para eso (Caruzzo, Insaurralde y Cellay) y tendría que volver a empezar y con jugadores que tal vez no sean lo que querría para jugar de otra manera, y esos jugadores rinden más en línea de tres, por lo que se vería obligado a jugar así, aún cuando está claro que es perjudicial, por los resultados que se vieron.
Hoy Boca es un equipo que no esconde nada ante cualquier rival, algo negativo hasta para antes de comenzar un partido, porque es bastante claro cómo hay que jugarle. Y desde el punto de vista táctico, varios jugadores no rinden ni siquiera siendo muy buenos técnicamente, como es el caso de Clemente Rodríguez, cuyo nivel en Estudiantes hace escasos meses lo llevó hasta el Mundial y ahora se lo nota irascible y llegando siempre tarde y se habla de que no hizo pretemporada. Sin embargo, Rodríguez es el mismo y lo que falla es el sistema, una vez más, que no lo cubre atrás cuando pasa al ataque (algo habitual) y llega al fondo rival exhausto porque Boca tampoco utiliza extremos. Entonces Rodríguez no es ni chicha (defensa) ni limonada (ataque) porque siempre llega tarde a los dos, y paga con nervios, expulsiones y hasta penales tontos, como ayer sobre la hora contra Lanús.
Es cierto que en Boca falta Juan Román Riquelme, y que en los últimos tiempos ha sido una pieza tan medular, que casi solo le hizo ganar a Boca la Copa Libertadores de 2007 y por eso, el culebrón sobre su renovación de contrato que llegó a buen puerto sobre el final. Pero no parece que sea Riquelme quien pueda cambiar todo pese a su talento. Porque Boca juega sin punteros, porque no tiene (excepto Battaglia) la calidad en el medio que desde hace años perdió y nunca fichó lo que correspondía desde que Gago y Banega fueron transferidos en cifras millonarias, y porque atrás juega sin marcadores de punta. Y Borghi, en vez de sacar el mejor provecho de lo que tenía, vino con su librito, aunque éste poco tenga que ver con la adaptación al material humano de este plantel. Y por eso sigue haciendo cambios, y los problemas siguen estando. Porque no se trata de si son buenos jugadores o no, o si tienen buen pie o no. Es entender a fondo el "mundo Boca" y que hay jugadores que son de características como el club lo requiere por historia, o son de un carácter que podría ayudarlos en otro club, pero no precisamente en el de la Ribera (Escudero, Chávez, Mouche, Méndez tal vez). Y si se lesiona Cellay, porque una desgracia siempre puede ocurrir, y el que queda para una línea de tres es un volante defensivo con características de lateral, como el chileno Gary Medel, lo que indica el manual del sentido común es que no se puede jugar, ese día, con línea de tres en el fondo. Luego, algunas críticas con la ceguera de cierto periodismo de este tiempo, acostumbrado a este mediocre nivel general, va y dice que Medel no está jugando bien. ¿Pero es cierto, o es que simplemente Medel no es un jugador para marcar con línea de tres? ¿Lucas Viatri andará flojo o es que jamás recibe un centro para cabecear bien o para rematar, porque Boca juega sin punteros y sus volantes no llegan bien al fondo, o Clemente Rodríguez llega con la lengua afuera?
Una vez más, ¿es el sistema, del que está preso Borghi, o son los jugadores? en la cancha, cada domingo, está la respuesta.

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