martes, 19 de octubre de 2010
Un Barcelona en guerra civil pone en duda su hegemonía (Jornada)
El mejor fútbol del mundo en el verde césped, pero una violenta guerra civil entre dos de sus máximos referentes políticos, en el club. Como un sino fatal, el Fútbol Club Barcelona, ejemplo y modelo a seguir por su excelente juego, por los excelsos movimientos de sus supercracks que lo entronizaron como campeón mundial y al mismo tiempo fueron la base de la selección española que se llevó todos los laureles en Sudáfrica 2010, vive momentos complicados, especialmente cuando el pasado sábado, una asamblea convocada para 1093 compromisarios decidió llevar a la Justicia al presidente saliente, Joan Laporta, por supuestas maniobras reñidas con la ética en el manejo de los fondos del club, cuyo último ejercicio arrojó un déficit de 77 millones de euros, y al menos se discute por otros 480 de sus siete años de mandato.
Laporta, ubicado entre los abogados influyentes del catalanismo e íntimo amigo del máximo ícono de la historia del “Barça”, el holandés Johan Cruyff (campeón como jugador, director técnico cuando consiguió cuatro ligas españolas seguidas y la primera Champions League en Wembley en 1992), se encuentra ahora en la campaña electoral para las cruciales elecciones presidenciales de Cataluña de noviembre próximo representando a uno de los partidos nacionalistas, y esta acusación lo coloca en un lugar al que jamás soñó llegar.
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