martes, 4 de julio de 2017

Alemania ratifica su liderazgo mundial (Yahoo)




                                                 Desde Moscú


La lógica pura apareció en la Copa Confederaciones de Rusia. La selección alemana, vigente campeona del mundo, se impuso ajustadamente a Chile en la final y se consagró en San Petersburgo en la misma semana que otro de sus equipos, el sub-21, se quedaba con el torneo europeo de la categoría.

De esta forma, la selección alemana ratifica su dominio total y su tremendo poderío internacional, a partir, además, de otro hecho contundente: su entrenador, Joachim Löw, siempre muy sereno, prefirió darle descanso a muchos de los jugadores titulares que obtuvieron el título mundial en Brasil 2014.

Es decir que jugadores de la categoría de Mats Hummels, Samuel Khedira, Mezut Özil, Manuel Neuer o Toni Kroos tomaron vacaciones en el verano europeo y Löw decidió apelar a un conjunto de mucha más juventud para darle lugar a nuevos valores teniendo en cuenta el retiro de varios cracks como Lahm, Klose, Podolski y Mertesacker o la larga enfermedad de Götze.

Así es que tampoco parece casualidad que Julien Draxler haya ganado el Balón de Oro (entregado nada menos que por Diego Maradona en el podio) al mejor jugador del torneo pese a su juventud.

Es difícil señalar con total claridad que el equipo alemán fue el  mejor de esta Copa Confederaciones porque en los dos partidos ante Chile, el de la fase de grupos (1-1) como el de la final (1-0) fueron parejos y hasta los sudamericanos dominaron más tiempo y mejor el balón aunque nunca alcanzaron la contundencia germana, en especial, en el aprovechamiento de los errores rivales.

En el caso de la final de San Petersburgo, el equipo alemán era absolutamente dominado por Chile en la primera media hora, en base a la alta presión y a la asfixia en su propio campo, pero bastó que el volante Marcelo Díaz (quien precisamente jugó en la Bundesliga) se complicara en una salida desde su propio campo, cerca de su propio arquero Claudio Bravo, para que Lars Stindl aprovechara a la perfección y marcara el único gol del partido.

Alemania ya no había tenido piedad tampoco con México en semifinales, al que le metió cuatro goles.

Si algo se puede decir del equipo alemán es que sabe ser utilitario cuando hay que serlo, en los partidos clave, pero sus jugadores tienen toda la técnica para resolver otras situaciones ante casos distintos y esta ductilidad es la que le está dando sus frutos y la apuesta por los jugadores jóvenes que no tardarán mucho en ocupar los lugares que les van dejando, va dando sus frutos.

Cerca del fútbol alemán, hay que decir que también Chile ha dejado una buena imagen. Ha superado a Portugal por penales en un partido parejo de semifinal en el que fue levemente superior y no le dejó espacios a Cristiano Ronaldo.

Esta forma de jugar de la selección chilena, como le ocurre a Alemania, no es nueva sino q         ue lleva una década desde que Marcelo Bielsa comenzara su trabajo con miras al Mundial de Sudáfrica 2010 y que luego continuara Jorge Sampaoli para el Mundial 2014.

Se trata de un equipo equilibrado, que más allá de errores puntuales, prefiere salir jugando desde abajo y que se asocia en todo el campo, aunque con un líder claro por línea: Claudio Bravo en el arco, Gary Medel en la defensa, Arturo Vidal en el medio y Alexis Sánchez en el ataque.

Lo que le faltó a Chile es contundencia, concretar un mucho más alto porcentaje de ocasiones de gol que crean sus jugadores, algo que no sólo es propio de los sudamericanos sino también de los mexicanos.

También puede decirse que Chile viene extrañando un jugador de la categoría del “Mago” Jorge Valdivia, el mejor jugador de la Copa América 2015, quien debiera ser el encargado del cambio de ritmo y el eje del conjunto, pero sus continuas lesiones lo fueron marginando de la selección “Roja”.

Si a Chile le faltó contundencia, a México le ocurrió algo parecido. Estuvo a punto de vencer a Portugal por el tercer puesto pero los europeos empataron en el minuto noventa a través de Pepe aprovechando otro de los problemas de los norteamericanos: sus desacoples defensivos, tanto por el lateral izquierdo como entre los dos marcadores centrales.

El entrenador mexicano es el colombiano Juan Carlos Osorio, de mucho prestigio y buen conocimiento táctico, pero creemos que las enormes rotaciones de jugadores (en la Copa Confederaciones participaron 22 de los 23 de la lista), algunas lesiones y también algunos errores con los cambios, generaron que México otra vez se quedara en la puerta de un buen logro y ni siquiera pudo aprovechar la ausencia de Cristiano Ronaldo.

Portugal, en cambio, apareció como un equipo sólido que no tuvo un buen partido ante Chile y quedó eliminado por penales en semifinales. Cuando parecía que eso le daría a su experimentado entrenador Fernando Santos la chance de apelar a jugadores habitualmente suplentes, sobre el final ante México por el tercer lugar ingresaron cuatro de los titulares y dieron vuelta los partidos,

Acaso una de las mayores decepciones, al menos en cuanto a los resultados, fue el equipo ruso, del que se esperaba más por ser el local y con miras a su participación en el Mundial dentro de un año.

El no haber podido pasar a las semifinales ha sido un golpe duro, pero el entrenador Cherchesov viene trabajando pensando mucho más en lo colectivo que en lo individual a partir de la falta de estrellas, y hubo algunos buenos pasajes para destacar aunque queda mucho por hacer.



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