Alexis Sánchez
estaba por firmar su contrato como nuevo jugador del Udinese pero cuando
escuchó la cifra de lo que iba a ganar, frenó en seco y dijo que no aceptaba.
El presidente del club italiano y el representante del jugador, el argentino
Fernando Felicevich, se quedaron helados. “Es que falta plata, porque yo
averigüé lo que cobra “El Celia” en el Bayer Leverkusen y es más que yo, y los
dos tenemos que ganar lo mismo”, sostuvo el ex delantero de River Plate.
Felicevich le
dijo algo al oído al dirigente, y éste decidió elevar su oferta hasta alcanzar,
efectivamente, lo que cobraba Arturo Vidal, todos sonrieron y se firmó el
contrato. Vidal es, desde muy joven, “El Celia”, así bautizado por sus
compañeros en las divisiones inferiores de Colo Colo por su parecido físico a
Celia Cruz, y el color de su piel.
Sánchez y Vidal
no son precisamente íntimos amigos, pero tienen una sana competencia desde muy
jóvenes, aunque el primero suele ser mucho más solitario y cuando llega a Chile
desde Europa, pasa por su departamento en Santiago y se va a su pueblo
Tocopilla, cerca de Antofagasta, en la Segunda Región, mientras que Vidal es
extrovertido, siempre rodeado de sus amigos del barrio, y formó parte siempre
del núcleo duro de la selección de su país, al contrario que el hoy atacante
del Manchester United.
Esto no
significa que no sean unidos, al punto de que tras el debut de Jorge Sampaoli
como director técnico de la selección chilena, en Madrid, Vidal y el defensor
Mauricio Isla, el más cercano a Sánchez por conocerse de muy pequeños, se
encontraron a solas para comer y para tratar de convencerlo para que firmara
por la Juventus y ser compañeros de equipo.
“Arturo y Alexis
tienen una rivalidad positiva”, según sostiene Nicolás Olea, acaso uno de los
periodistas chilenos que mejor los conoce, como autor del exitoso libro “Vidal,
su historia” (2014), en el que aparece una durísima frase de un dirigente de
Colo Colo, Ramiro Valenzuela, cuando en 2007 se produjo el pase al Bayer
Leverkusen. Que la primera vez que entró a su casa, hacía más frío allí que en
la calle, en referencia a su nivel de pobreza).
Olea también escribió, junto al reconocido colega Danilo Díaz, de
extensa trayectoria, el libro “Alexis, el camino de un crack”, en referencia a
Sánchez.
“Arturo juega
como vive”, sostiene Olea, y efectivamente todos los adjetivos que le pueden
endilgar hoy al nuevo volante del Barcelona, “El Guerrero”, “Rey Arturo”,
“Todoterreno”, fueron ganados a pulmón porque la suya, como indica otro
conocedor de su historia, es el producto “de la persistencia y la
perseverancia”.
Nunca había sido
titular en las inferiores de Colo Colo y a veces, ni siquiera lo incluían. . No
estaba inscripto porque todavía su pase era del Deportes Melipilla cuando fue a
probarse al Monumental. Pero jamás faltaba a los entrenamientos –lo mismo
sucedió con otro compañero de la selección, Gary Medel en la Universidad
Católica desde que llegó a los 12 años-,
y se prestaba para todo, con voluntad de hierro. Había que mover los
arcos, entonces él los movía. Le decían “Celia, anda a buscar el agua” y Vidal
iba. Luego empezó a desarrollarse entre los 16 y los 17 años, y se empezaron a
dar cuenta de que era un superdotado cuando el preparador físico Carlos Burgos
se lo llevó un día a la clínica “Meds” y le hizo varias evaluaciones.
“Si uno analiza a Vidal, le pega más o menos a
la pelota, cabecea bien pero no es un extraordinario cabeceador, no es rápido
pero tampoco es lento, es potente. Tiene habilidad pero no como Alexis. Pero
tiene un temperamento que lo hace rendir con todo lo que tiene y termina siendo
un crack. A pesar de no tener ninguna virtud sobresaliente, pero hace un mix
que termina haciéndolo sobresaliente”, sostiene el periodista Danilo Díaz.
La vida de
Arturo Erasmo Vidal Pardo (22/5/87) podría ser interpretada como una historia
de superación personal desde sus humildes orígenes en la población “El Guasco”,
de San Joaquín, en el estadio del
Rodelindo Román (hoy en tercera división), cuando aún era “el monito” o
“el negro”, en una cancha de tierra y piedras que hoy fue reemplazada por
césped sintético gracias a su ayuda económica.
De hecho, el
sueño de Vidal, un ídolo absoluto en su barrio, es retirarse en el “Rodelindo”,
“pero en Primera”, y hasta le hizo lucir su camiseta a sus ex compañeros en el
Bayern Munich Arje Robben y Frank Ribéry.
Vidal tiene
devoción por su madre, “La Jacqueline” (como se la conoce en el barrio), que se
quedaba remendando y planchando ropa hasta la madrugada, yendo al trabajo en ojotas en pleno invierno
y con cuatro hijos para mantener, y a la que le prometió que triunfaría y que
sería tratada “como una reina”, pero arrastra una dura relación con su padre,
Erasmo (57), con problemas de alcohol y muchas veces, en situación de calle.
Los carabineros
lo agarraron una vez con dos cuchillos de cocina y papeles de pasta base de
cocaína y más de una vez vio
presentaciones o éxitos de su hijo desde la cárcel. Fue llevado preso por
microtráfico de drogas. Vendía pequeñas dosis de paco con su hija Ámbar (28),
la hermana de Arturo –detenida por ser cómplice de grupo armado con distintos
delitos y hasta uno de sus miembros más íntimos llegó a ser asesinado justo una
semana antes de que Arturo ganara la Bundesliga con el Bayern Munich-.
En junio de
2008, el padre de Arturo intentó ahorcarse luego de emborracharse con pisco, y
acabó pidiéndole perdón al hijo. Otra vez,
Arturo lo había invitado a ver la final de la Copa Italia pero reconoce
que se enojó con él por whatsapp y terminó rompiendo el pasaje.
“Yo era mejor
que el Arturo. Debería haber sido profesional antes que él. ¿Qué pasó? Yo no
tuve apoyo. Además, era muy pesado, muy reventado”, le contó hace poco a la
revista “El Sábado” del diario “El Mercurio”.
Si algo le
destacan a Vidal es que no se olvida nunca de quienes lo ayudaron, como en el
caso de Hugo González - ex marcador central y compañero de zaga del “Chango”
Fernando Astengo aquél fatídico 3 de setiembre de 1989, cuando el escándalo de
la “Fogateira” y del falso corte del arquero “Cóndor” Rojas en el Brasil-Chile
del Maracaná- en las divisiones inferiores de Colo Colo.
González, a
quien Vidal invitó a verlo a Italia o Alemania, suele decir que el ahora
jugador del Barcelona “tiene todas las capacidades para sobresalir: técnicas,
tácticas y psicológicas” con su 1,80 metro de estatura y sus 75 kilos.
En tiempos de la
Juventus, se compró las mismas máquinas
que tiene el club y después de los entrenamientos hacía los mismos ejercicios y
pesas por su cuenta. “Si no lo hago, los rivales me comen”, afirma cuando le
consultan por su fanatismo por los entrenamientos.
A todas partes
viaja con su personal trainer, Juan Ramírez, que era preparador físico de
Deportes Iquique. Tiene una gran rutina de entrenamientos para fortalecer sus
cuádriceps, por sus operaciones en la rodilla.
Héctor Tapia,
estrella del Colo Colo por quien Vidal ingresó en su debut en Primera el 28 de
mayo de 2005, recuerda que “ya tenía un biotipo poco común en Chile”, mientras
que otro ex compañero, Luis Mena, cuenta que al salir de la cancha, “se comió
cuatro empanadas pero ni le quedaban marcadas en el cuerpo, por su biotipo
fantástico”.
Ese día, Vidal
justo debutó contra su ex equipo, el Deportivo Melipilla, en un partido que se
le escapó al Colo Colo en el final y le empataron 2-2 sobre la hora, y en el
que su ingreso, con el número 30 en la espalda, pasó completamente
desapercibido. Tanto, que ni siquiera las cámaras de TV tomaron su ingreso
porque prefirieron quedarse con la imagen de bronca de Tapia, el reemplazado
por el director técnico argentino Marcelo Espina, quien ni se acordaba que fue
él quien lo hizo entrar por primera vez. “Me lo comentaron pero da igual. Si no
era yo, habría sido el DT siguiente”.
Fue tricampeón
nacional con Colo Colo y subcampeón de la Copa Sudamericana. En 2007 fue al
Bayer Leverkusen con sólo 20 años. Se adaptó perfectamente y hasta era el
encargado de patear los penales.
Su carrera en Europa
es muy conocida y desde que pasó a la Juventus y luego al Bayern Munich lleva
ganadas cuatro títulos de Serie A italiana, dos Supercopas de Italia, una Copa
Italia, tres Bundesligas, una Copa alemana, 2 Supercopas alemanas y desde hace
unos días, una Supercopa de España con el Barcelona.
Pero además,
Vidal tiene toda una historia de éxitos e intensas vivencias con la selección
chilena desde muy joven, como cuando estuvo muy cerca de ganar el Mundial
sub-20 en Canadá 2007 con Alexis Sánchez, Medel, Isla, Mathias Vidangossy y
Hans Martínez, entre otros, y en semifinales fue eliminado por el equipo
argentino de Ever Banega, Sergio Agüero y Mauro Zárate en un escándalo que
terminó con la represión policial en el césped y él, esposado en la comisaría.
Ese año ya
estaba en la mira de Nelson Acosta para la Copa América de 2007 pero no pudo
jugar por estar en Canadá aunque luego sí fue convocado en 2008 por Marcelo
Bielsa y pudo jugar el Mundial de
Sudáfrica 2010.
Su gran momento,
dentro del enorme crecimiento de la selección chilena en esos años, llegó en
2015, cuando ganó la primera Copa América de la historia para su país en
aquella final en el Estadio Nacional, cuando tuvo que marcar a su hoy compañero
Lionel Messi, y repitió el título otra vez ante el equipo argentino en la final
de la Copa América Extra de los Estados Unidos en 2016, aunque también pasó por
el sinsabor de quedar eliminado para el Mundial de Rusia 2018 tras la buena
imagen que había dejado en la Copa Confederaciones de 2017, cuando en semifinales
eliminaron al Portugal de Cristiano Ronaldo para caer ajustadamente ante
Alemania en la final.
“Ya me
acostumbré a ganar”, apareció cantando como copiloto en un coche, en una imagen
que se viralizó en las redes sociales y que parecía ser una cargada a los
jugadores argentinos.
En la prensa
chilena, se suele decir que los entrenadores rivales no tienen ni que hacer
charlas motivacionales cuando enfrentan a Chile. “Sólo faltaba poner un video
de lo que decía Vidal antes de los partidos, y los rivales salían como leones.
Él habla como un hincha de barrio y se equivoca en eso”, comenta un periodista
que sigue de cerca a “La Roja”.
Son conocidos
los escándalos protagonizados por Vidal con la selección chilena desde aquél de
Canadá en 2007. Como cuando el director técnico argentino Claudio Borghi lo
sancionó con diez fechas de suspensión, junto a sus compañeros Carlos Carmona,
Jean Beausejour y Gonzalo Jara, por los excesivos festejos en el bautismo del
hijo de Jorge “Mago” Valdivia en 2011, o cuando junto con Medel, ambos
borrachos, apareció en una grabación de la modelo colombiana Mónica Jiménez
chateando con ella cuando estaban concentrados para jugar contra Paraguay y
Bolivia por la clasificación al Mundial 2014.
Pero sin dudas
el escándalo que tuvo en vilo a todo Chile ocurrió durante la Copa América de
2015, como local, cuando estrelló la Ferrari en el acceso sur de la autopista
El Maipo cuando viajaba con su esposa desde el Casino Monticello hasta la
concentración del equipo en el complejo Juan Pinto Durán. Salió del hospital en
un coche policial y fue citado a la justicia por cargos por conducción en
estado de ebriedad, lesiones leves y daños. El control de alcoholemia dio como
resultado un grado de 1,3 gramos en sangre. El Tribunal lo dejó en libertad pero
le quitó el carnet de conducir y asistencia mensual para firmar en el consulado
chileno en Milán pero llegó un acuerdo con el otro conductor, al que indemnizó,
y diversos trabajos sociales. El director técnico Jorge Sampaoli optó por
perdonarlo y terminaron ganando el título.
Fue justo antes de pasar de la
Juventus al Bayern Munich por 40 millones de euros, seis meses después de ser
sorprendido en una discoteca de Roma a las 5,30 de la mañana protagonizando un
incidente a pocas horas de que su equipo enfrentara al de la capital italiana
por la Serie A y fue suspendido por su club.
Pero si hay algo
llamativo en la ajetreada vida de Arturo Vidal es su gusto por los caballos.
Gasta fortuna en ellos. Posee uno de los studs más grandes de Chile e incluso
tiene sociedad con Carlos Heller, el mayor accionista del club Universidad de
Chile, cuya familia es la dueña de las tiendas Fallabella y la cadena de
supermercados Tottus.
Lo primero que hace cuando llega a Chile es ir
al Hipódromo y al Club Hípico, siempre acompañado por una tropa de amigos.
Casado con María
Teresa Matus en 2009 y por iglesia desde 2014 (y con la ex presidente Michelle
Bachelet entre los invitados), tiene tres hijos, Alonso, Elisabetta y Emiliano,
y afronta, en el Barcelona y a los 31 años, uno de los máximos desafíos de su
carrera.
Vidal, el chico
que no era especialmente bueno en nada, “el monito” de su barrio, “La Celia”
que arrastraba los arcos en las divisiones inferiores de Colo Colo, se había
convertido en “El Rey Arturo”, producto de su propio esfuerzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario