El sábado 1 de junio de 2019 figura en rojo en el
calendario de todos los simpatizantes del Atlético de Madrid. No es un día más
sino el de la final de la Champíons League, el título que se le viene negando al
club, últimamente por muy poco, y que en esta temporada se definirá en el Wanda
Metropolitano, su nuevo estadio.
Para los
“colchoneros”, y así lo sienten y lo han tomado, es la gran ocasión para
mentalizarse y juramentarse como para tratar de ganarla y que no haya manera de
que se les escape y la gran prueba está en los inteligentes movimientos de
mercado, y en la forma en que también el club ha conseguido retener a sus
principales figuras ante el acecho de instituciones poderosas en lo económico y
que no sólo reunían los fondos para esos fichajes sino que se favorecían con la
posibilidad de hacer efectivas sus cláusulas de rescisión.
Sin embargo, la
determinación de sus dirigentes y en especial, de su ya legendario entrenador,
Diego Simeone, han conseguido bloquear cualquier intento hacia sus jugadores
considerados claves y sólo se han marchado los que se consideraron factibles.
Sólo dos de los
que emigraron, el volante Gabi Fernández (al Al Sadd de Catar) y el lateral
croata Sime Vrsaljko (al Inter de Milán), ocuparon en muchos casos posiciones
como titulares, mientras que el delantero argentino Luciano Vietto (al Fulham)
y el francés Kevin Gameiro (al Valencia) no pudieron hacer pie con continuidad.
En cambio, el
Atlético sí supo resistir las temibles ofertas por el portero Jan Oblak (por
parte del Chelsea), el central uruguayo Diego Godín (pretendido por el
Manchester United), su compatriota y compañero de zaga José María Giménez (por
quien se mencionó un interés del Real Madrid),
y especialmente por el delantero francés Antoine Griezmann, del que se
llegó a afirmar que tenía todo ya arreglado con el Barcelona y por eso llegó a
ser el principal protagonista del mercado en sus primeros días de verano, hasta
que justo antes de comenzar el Mundial de Rusia (que acabó ganando) cerró
cualquier posibilidad de traspaso al comunicar que se quedaba en el club
rojiblanco de Madrid.
Con esa base y
la continuidad en la defensa de Stefan Savic y del revalorizado (con un muy
buen Mundial) Lucas Hernández para sumarse a los laterales Juanfran y Filipe
Luis, los volantes Thomas, Koke, Saúl y Vitolo, y los delanteros Correa y Diego
Costa, los fichajes han aportado una enorme riqueza en todas sus líneas para
llegar a completar una de las plantillas más cotizadas del Atlético en el
último tiempo.
Si ya el equipo
pudo ganar de manera clara la Europa League pasada (la tercera de su historia)
con la base de la temporada pasada, las llegadas de jugadores como el lateral
derecho de la selección colombiana, Santiago Arias, el pivote Rodri Hernández,
del Villarreal, los extremos Gelson Martins (Sporting Lisboa) y Thomas Lemar
(Mónaco) y el delantero Nikola Kalinic (Milan) significan, sin duda, un gran
paso adelante y el aumento de las expectativas para esta temporada, toda vez
que ya el Atlético se fue colocando como el tercer equipo español en la lucha
por los títulos más importantes.
Eso no significa
que no haya habido lugar para fichajes pensando en el futuro, y un caso testigo
de ello fue el de Jonny Castro, del Celta de Vigo, quien firmó por seis
temporadas pero que se marchó cedido al Wolverhampton, equipo inglés que
ascendió a la Premier League y al que se emparenta con el poderoso empresario
portugués Jorge Mendes, muy cercano a la dirigencia del Atlético de Madrid y que por esta misma razón encontró muchas
críticas por parte de la prensa.
Que la final de
la Champions League sea esta temporada en el Wanda Metropolitano y que el
principal objetivo sea conseguir lo que nunca ha logrado el Atlético en su
historia no significa que vaya a descuidar los otros frentes, en especial, la
Liga Española, que ganó por última vez en la temporada 2013/2014.
Para eso,
Simeone nunca deja librado todo a lo individual, sino que cada fichaje está
pensado como parte de un engranaje para resolver lo colectivo.
En este sentido,
el entrenador argentino, ídolo del club en el que también tuvo éxito como
jugador (formó parte del recordado equipo del “Doblete” de Liga y Copa en la
temporada 1995/96), quien comenzó su trabajo en 2011, por lo que ya lleva siete
años en su función, opera casi como secretario técnico al mismo tiempo, al
tener total injerencia en las decisiones de los fichajes.
En una temporada
española especial, en la que cada uno de los tres equipos más fuertes ha
perdido un jugador de referencia (Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, Andrés
Iniesta en el Barcelona, Fernando Torres en el Atlético), y todos cuentan con
plantillas muy fuertes, el Atlético apunta cada vez más alto y cada vez tiene
jugadores con más calidad para conseguir sus máximos objetivos.
¿Será, por fin,
el año del Atlético?
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