A sólo 48 horas de que la AFA tenga que decidir al
sucesor de Jorge Sampaoli como DT de la selección argentina, no parece
casualidad que el juzgado laboral número 69 haya decidido embargar
preventivamente poco más de 800 millones de pesos al sindicato de Camioneros a
cargo de Hugo Moyano, presidente de Independiente y suegro del titular de la
AFA, Claudio “Chiqui” Tapia.
Si Tapia, presidente de Barracas Central, llegó a la
presidencia de la AFA no fue por otro motivo que por el respaldo final que en
el verano de 2017, en una reunión en Mar del Plata, le brindara Daniel
Angelici, el Hombre Fuerte del fútbol argentino, y quien baja la línea del
Presidente de la Nación, Mauricio Macri.
Pocos presidentes fueron tan futboleros como Macri,
quien tuvo como verdadero lanzamiento a la política su paso por Boca Juniors
como presidente y fue él quien con su dedo marcó a Angelici para que se
presentara en 2011 como candidato al máximo cargo en el club.
Así es que con la venia de Macri, sabiéndolo a Tapia
hincha de Boca, y en un buen momento con el sindicalista Moyano, Angelici le
dio el respaldo que le faltaba para llegar a la presidencia de la AFA pero en
la que siempre tuvo claro un elemento fundamental: que la llegada del titular
de Barracas Central, y con todo el Ascenso de su lado, implicaba llegar al
Gobierno, que no es lo mismo que al Poder.
No es necesario señalar, a esta altura de los
acontecimientos, el poder que fue acumulando Boca en una AFA en la que ni River
Plate ni San Lorenzo se sientan a su mesa principal, enfrentados con la
dirigencia y su metodología, y más volcados a la estructura de la Superliga y
en el caso de Rodolfo D’Onofrio, el titular millonario, buscando irse metiendo
en la FIFA a partir de formar parte de una de sus comisiones, aunque no tenga
demasiado peso a la hora de la verdad.
La dinámica de la política argentina fue generando
que si Moyano estaba muy cerca de Macri a principios de su gobierno (entre
fines de 2015 y principios de 2017), ahora se alejó demasiado y se encuentra
mucho más cerca de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, y prueba al
canto es el fallo judicial en contra de Camioneros que acaba de aparecer.
No resulta para nada casual que, de buenas a
primeras, cada paso de los últimos de Tapia fue resistido por Angelici, y
públicamente. Si el presidente de la AFA quiso comprar un predio en Marbella
para detectar talentos argentinos en Europa, el titular de Boca se manifestó en
desacuerdo.- Si Tapia quiso como manager de selecciones nacionales a José
Pekerman (luego de tratar de mostrar que Mauricio Pochettino, Diego Simeone y
Marcelo Gallardo no quieren asumir por distintas razones), Angelici piensa en
Alejandro Sabella, y habrá que ver ahora qué peso tiene el deseo del propio
Macri para que Jorge Almirón, con contrato en Colombia y hombre cercano al PRO,
pueda sentarse en el más preciado banco del fútbol nacional.
Una vez más, esta AFA de internas interminables no
antepone lo que pretende como proyecto a los nombres en danza. Puede discutirse
si Sabella o Pekerman (para luego entender que no es posible un manager para la
selección mayor) como si nada porque no hay un plan, ni coherencia alguna, sino
sólo alguien que venga a salvar al fútbol argentino y así salir decorosamente
del problema.
No importa si un DT tiene una línea de jugar al
error adversario y el otro sea más proclive a la tenencia de pelota (lo cual
tampoco significa que sea ofensivo, como lo demostró en cuartos de final de
Alemania 2006 o con los distintos seleccionados colombianos), o si pudiera
llegar otro que pretende un fútbol más ofensivo. Lo que se acaba debatiendo
siempre son nombres, de acuerdo a modas o preferencias personales o
sectoriales. Nada más que eso.
Tampoco parece casual que Nicolás Russo, reconocido
dirigente de Lanús, forme parte del Comité de Selecciones Nacionales y pueda
tener un peso importante en la decisión final junto al presidente de Racing
Club, Víctor Blanco, quien en las próximas horas podría salvar a Boca de su
problema del séptimo cupo de extranjeros si como parece, contratará al
colombiano Sebastián Pérez, cuando no puede jugar la Copa Libertadores por los
académicos.
Russo responde a la línea de Sergio Massa en el
orden nacional, y Blanco ya ha demostrado un fino olfato para colocarse siempre
en el lugar exacto.
En medio de tanto aquelarre, y sin que tampoco sea
casual que justo ahora Marcelo Tinelli comience a deslizar su regreso al fútbol
de San Lorenzo como dirigente, cada uno atiende a su juego y no vaya a ser que
lo que era una elección de DT de la selección argentina acabe en una situación
mucho más compleja en cuanto a la conducción general del fútbol argentino.
De por sí ya suena bastante raro que el Ascenso, que
no aporta jugadores a la Selección, tenga un peso tan decisivo en la elección
del DT, como ya consiguió cambiar el formato del torneo Nacional B.
Con la actual tensión entre Macri y Moyano, ¿es
posible que todo continúe como hasta ahora?
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