domingo, 28 de marzo de 2010

¿Está Messi ya en el Olimpo del fútbol? (Yahoo)



Por estos días, y con treinta y cuatro goles en la temporada y a apenas cinco de igualar la anterior con cifras de asombro y juego espectacular que deslumbra a todos los amantes de fútbol, Lionel Messi es colocado por muchos analistas y medios de comunicación en el Olimpo entre los seis grandes cracks de todos los tiempos, a pesar de su juventud, apenas veintidós años de edad.

¿Está realmente Messi entre los dioses del Olimpo futbolístico? ¿Es comparable Messi a Pelé, Diego Maradona, Johan Cruyff, Alfredo Di Stéfano o Franz Beckenbauer? Es difícil poder dar un veredicto cuando se trata de un deporte colectivo que fue adquiriendo distintas características con el paso del tiempo, y la evolución de las tácticas y de la educación física, y con ellas, el uso de las marcas y los espacios.

Pero si hay algo que fortifica la posibilidad de que Messi efectivamente se encuentre en esta posición privilegiada es que justamente se haya generado un debate en torno de esta posibilidad, cuando la sensibilidad futbolística general suele detectar con claridad cuando ocurre una aparición de un gran jugador, o cuando éste es entronizado en crack, como podría decirse, en los últimos años, de Ronaldinho, Zinedine Zidane o Kaká.

Sin embargo, Messi, siendo tan joven, aparece ya por encima de ellos, no sólo por su tremenda capacidad goleadora en una de las dos ligas más competitivas del mundo, sino también por deslumbrar con su juego, por ser el líder de uno de los equipos más brillantes de las últimas décadas (Barcelona), compuesto a su vez por grandes estrellas, y por la ilusión que despierta en cuanto a la chance de poder ver alguna acción mágica en su juego, cuyos destellos aparecen en cada partido y de manera creciente.

¿Qué elementos caracterizan el juego de Messi? Contrariamente a lo que sienten muchos de sus compatriotas, desacostumbrados a seguirlo hasta hace muy poco debido a que desde su adolescencia ha vivido en Cataluña, el juego de este joven es demasiado argentino, pero obedece más a tiempos ya pasados del juego sudamericano, que a un presente de jugadores que han tomado el orden europeo y se lo han agregado a su original técnica sudamericana.

Por contrario, Messi tiene poco de europeo, paradójicamente cuando no sólo juega en Europa sino que desde hace una década que vive allí. Su juego se basa en la gambeta, ayudada por su gran dominio del balón y por hacerlo a gran velocidad (allí supera incluso a su entrenador en el seleccionado argentino Diego Maradona), y ayudado por un centro de gravedad demasiado bajo.

El animarse a eludir rivales en velocidad y partiendo cada vez con mayor panorama de campo (hasta hace dos años, limitado a la franja derecha por la presencias de Ronaldinho y Eto’o), lo va forjando también en su carácter, porque eso le fue generando consciencia de líder en la medida que fue ganando confianza personal y la de sus compañeros.

La magia, pero en especial los números, no mienten. Messi a esta altura ya tiene un palmarés indiscutible, y en todo caso, podría ser que para algunos sea fundamental que necesite de ganar un Mundial, y ser estrella en él para terminar de quedar en el Olimpo futbolístico, pero eso no es necesariamente así.

De hecho, algunos de los “dioses” del fútbol, como Alfredo Di Stéfano, no necesitaron ganar un Mundial para quedar entre los más grandes. Di Stéfano, hoy presidente honorario del Real Madrid, fue factótum de las cinco Copas de Europa con las que el Real Madrid fue considerado por la FIFA como el mejor equipo del siglo XX. Pero no tuvo grandes actuaciones en los Mundiales, jugando para su país adoptivo, España, debido a que no fue citado en aquel tiempo por la selección de su país, Argentina.

Es cierto que hoy los mundiales marcan mucho más la carrera de un jugador, pero no son la referencia total y de hecho, algunos grandes jugadores no han tenido el respaldo de sus selecciones para triunfar. Un caso bien actual es el de un compañero de Messi en el Barcelona, el sueco Zlatan Ibrahimovic, que no podrá estar presente en Sudáfrica, así como Andriy Sevchenko con Ucrania, o anteriormente George Weah con Liberia.

Pero así como Maradona deslumbró en los ochenta con su magia y su talento inmenso para dominar la pelota, o Pelé fue un atleta completo, que manejó todas las variables de la creatividad en los sesenta y setenta, o Di Stéfano fue un “todocampista”, y Cruyff lo tuvo todo dentro de un sistema colectivo perfecto que lo amparó, hoy Messi reúne condiciones que nos hacen acordar a estos genios del fútbol.

¿Puede lograr con la selección argentina todo lo que ha conseguido ya con el Barcelona? En su propio país se duda y en muchos casos, se lo discute, pero insistimos en que todo jugador, aún los más grandes, necesita de un esquema básico que lo respalde. Si Pelé triunfó en Brasil, fue porque en muchos casos tuvo muchos compañeros técnicamente situados apenas dos escalones abajo.

Cruyff integró una de las mejores selecciones de todos los tiempos como fue Holanda en el Mundial de Alemania en 1974, que implicó una revolución táctica de la mano del “Fútbol total” de Rinus Michels, lo mismo que en un Ajax completo de la misma época, y Di Stéfano tuvo a su lado a los mejores futbolistas de los años cincuenta en el Real Madrid. Acaso Maradona tuvo que lidiar más en solitario en 1986º en el Nápoli, pero aún así, pudo respaldarse en la solidez táctica de sus equipos.

¿Le sucederá algo de esto a Messi en el Mundial? ¿Podrá construir Maradona un esquema que respalde al genio para que éste pueda volar? Tal vez aquí radique la clave para que el supercrack del Barcelona no albergue ya ninguna duda y sea reconocido por el planeta fútbol como un nuevo Dios del Olimpo.

1 comentario:

CONTACTO RADIO dijo...

Ruso, ¿leiste la nota de veintitres titulada METAFORA DE LA HIPOCRESIA NACIONAL?

Luis