jueves, 4 de marzo de 2010

Va apareciendo la selección aunque ante una floja Alemania (Jornada)


"Puedo irme a dormir tranquilo". Así sintetizó Diego Maradona, el entrenador del seleccionado argentino ante la pregunta de Jornada en la conferencia de prensa posterior, su sentimiento hacia lo que su equipo realizó en el estadio Allianz Arena y que derivó en el justo triunfo final por 1-0 ante una floja y hasta desconocida Alemania, que llegó a ser silbada por su abúlico público.


El "ole, ole" de los pocos argentinos, diseminados en pequeñas barrasdetrás de uno de los arcos, generó cierta molestia en un silencioso público bávaro, que iba yéndose resignado del hermoso estadio al notar que nada podía alterar el resultado final.


El seleccionado argentino va comenzando a parecer, finalmente, una selección. De a poco, Maradona parece ir encajando ciertas piezas que ya suenan inamovibles, como la muy buena dupola central en la mitad de la cancha compuesta por Javier Mascherano y un notable Juan Sebastián Verón -la figura del partido- y hasta la presencia de Walter Samuel como segundo marcador central, mientras que Sergio Romero da seguridades en el arco más allá de algún lujo innecesario con los pies en alguna jugada.


Es cierto que el equipo argentino se encontró anoche con una pálida imagen de lo que fue en otros tiempos Alemania, si bien hay que reconocer lo que afirmó Mascherano a Jornada, con cierto tono de queja, que se trata de muchos de los jugadores que hace cuatro años eliminaron al conjunto argentino del Mundial (exactamente seis). Pero jugando como ayer, esta escuadra germana no podría avanzar ni siquiera de ronda en Sudáfrica.


En cambio, el equipo argentino se va de Munich con una sonrisa a flor de piel. No tanto por el resultado en sí mismo (que siempre tiene valor) sino porque algunas piezas se van aceitando aunque queda para los próximos meses, en la puesta a punto para el Mundial, el buscar la manera de adelantar las líneas unos metros y tratar de encontrar variantes en ataque, porque el déficit mayor sigue siendo generar más volumen de juego y situaciones de peligro, máxime teniendo delanteros para ese fin, que en su mayoría duermen en el banco de suplentes.


Repitiendo el problema de presentaciones anteriores, el seleccionado argentoino sigue jugando con Gonzalo Higuaín de punta, aunque ahora se lo ve a Lionel Messi algo más retrasado, parecido en su juego actual en el Barcelona aunque aquí sin tantos receptores de pase o de asociaciones como con los azulgrana.


Teniendo en cuenta wue Angel Di María (que estrelló la pelota en el travesaño en uno de los escasos mano a mano con el arquero René Adler) volantea por la izquierda, y que Jonás Gutiérrez debe transitar el carril derecho entero en un enorme desgaste que rinde más del medio hacia atrás que hacia adelante, las fórmulas ofensivas no son muchas, y habrá que profundizar por ese lado.


Atrás, el problema parece algo menor, aunque pareció más sólido Clemente Rodríguez que Gabriel Heinze como lateral izquierdo, cuando éste salió lesionado, y Nicolás Budrisso dejó mejor sensación que Martín Demichelis como primer central. Igualmente, habrá que revisar ante un rival más exigente lo de plantear un partido con cuatro marcadores centrales puros en la última línea.


Por el lado de los alemanes, no se entendió mucho (y lo dijo hasta el kaiser Franz Beckenbauer luego del partido) lo que quiso hacer su entrenador Joachim Low, con un esquema extraño de 4-1-3-2, con Michael Ballack jugando mucho más atrasado que en el Chelsea como un organizador detrás de los volantes y lejos de los delanteros, en tanto que se nota que han pasado cuatro años del Mundial anterior y este Miroslav Klose poco tiene que ver, al menos anoche, con el fino goleador de otrora. Algo más de pelirgo arrojaron Mario Gómez y especialmente Cacau, cuando ingresaron en el segundo tiempo, pero todo fue demasiado pobre para enfrentar a un conjunto de estrellas como el argentino, aunque éte se encuentre aún en proceso de afinamiento y también necesite trabajar duro hasta el Mundial.


El panorama de los argentinos,al cabo, se ve con mayor optimismo.

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