domingo, 21 de marzo de 2010

Kapuscinski también era de este mundo



Muchos admiramos a Riszard Kapuscinski, reconocido acaso el más grande periodista que ha dado el mundo en los últimos años y modelo (supuesto) de ética universal, al punto de haber escrito un libro con el rotundo título de "Los cínicos no sirven para este oficio", algo que compartimos, pero no es fácil encontrar colegas inmaculados (algunos hay, pero no suelen ser muy agraciados)en el ambiente periodístico, al menos en el argentino.

Kapuscinski reúne en su bibliografía, algunos relatos notables, como sin dudas son "Ebano", "Imperium" o "La primera guerra del fútbol", y nos ha contado cómo se ha metido de lleno en cada uno de los lugares en los que investigó, al punto de comportarse como un habitante más (siempre supuesto) del lugar al que acudió. Se lo ha llegado a comparar con el mismísimo Herodoto como cronista de su tiempo para todo el universo.

Pero ahora nos enteramos, a través de otro periodista, Artur Domoslawski, que se ha permitido escribir una biografía de Kapuscinski, que éste, al parecer, acomodaba su discurso como le venía en gana, de acuerdo a las situaciones. Es decir, una manera de cinismo, como tantas otras, pero de parte de quien sostiene que el cinismo no es posible en la profesión periodística.

En un artículo del analista Timothy Garton Ash, que reproduce el suplemento cultural "Ñ", del diario Clarín, se indica que Kapuscinski fue "modelo, mentor y amigo" de Domoslawski. También, que la viuda del gran periodista, ha llamado "parricidio" a lo que ha hecho su ex amigo con esta publicación, en la que desmenuza cómo muchos hechos se acomodaban a las circunstancias sin demasiada rigurosidad y es más que posible, porque Kapuscinski, aún siendo genial, era humano, tan humano como todos....

Garton Ash, acomoda su discurso para referirse luego a la relación entre realidad y ficción, que tan magistralmente refirió en su momento el también recientemente fallecido periodista Tomás Eloy Martínez, quien un día inventó una frase con la que Evita habría manifestado su admiración a Juan Domingo Perón el día que se conocieron en el Luna Park, y que con los años, al repetirla en un artículo, citándola como ficción, motivara que la propia CGT sacara una solicitada para quejarse por la desmitificación de Martínez. Es decir, se protesta porque el autor de una ficción diga que lo es, cuando ya esta ficción ha sido absorbida por la misma realidad.

Un conocido abogado argentino, Adrián Giménez Hutton, que tenía como afición el turismo aventura, se dedicó en sus años a realizar la misma travesía que anteriormente había hecho el mítico Bruce Chatwin por la Patagonia, y descubrió para su sorpresa que muchos de los hechos allí relatados, ya no se condecían con la realidad y muchos habitantes de la zona se encargaron de poner las cosas en su lugar.

También al revés, en la Patagonia, muchos lugareños insisten en haber visto disputarse un Mundial en 1942, en la época dereceso por la guerra, sólo porque un cuento del gran Osvaldo Soriano (oriundo de Cipolletti), tomó cuerpo y soltó amarras, hasta llegar a la confusión actual.

La cuestión es que estamos rodeados de mitos, muchos de los cuales construimos de acuerdo a nuestro deseo de ver perfectos a quienes ni de cerca lo son, o hay quienes buscan construirlos ellos mismos, en base a enormes esfuerzos que siempre serán en vano porque siempre aparecerá un Domoslawski dispuesto a pincharle el globo.

En este "largo y sinuoso camino" de la vida y del periodismo, entre aciertos y errores (cada uno dirá qué porcentaje es el que prima) hemos dado, entre tantos falsos mitos, con uno, aún relativamente joven y del mundo del deporte, que cada día hace todos los esfuerzos por dar esa imagen en sociedad.

Y aún con sus enormes carencias (suele ser un periodista sin una sola fuente propia, que basa sus artículos en recortes y cables de agencia como una en la que trabaja) es un buen relacionador de temas y posee un buen archivo, más allá de que sería incapaz de comentar un partido de fútbol. Esos elementos, sumados a un gran poder conspirativo y en especial, potenciando al máximo sus propios valores se va construyendo, insólitamente, una imagen inmaculada, ética y hasta de cierta admiración en muchos, que ciegos como con Kapuscinski y tantos otros, no pueden ver lo que es evidente a sus ojos. Es que como toda construcción social, la del cínico se basa en la necesidad de un colectivo mediocre que no pueda elaborar un pensamiento propio, independiente y crítico. El otro elemento necesario para el surgimiento de esta clase de mitos es la necesidad de trazar una línea roja y colocar enemigos del otro lado, para tener más herramientas para conseguir una identidad propia motivadora, aunque ésta sea para destrucción del adversario (y con cualquier arma).


Pero ni aún después de fallecer, se acaba el mundo de los periodistas, como lo prueba este libro sobre el admirado y ponderado Kapuscinski, el que escribió contra el cinismo....acaso desde cierta dosis del mismo cinismo que criticó.

Al fin de cuentas, como el "falso progre" periodista al que hacemos referencia, y de cuyo nombre no nos interesa acordarnos,y al que algunos descubrimos hace ya tiempo (lo que nos costó sacrificio para poder remontar por querer contar que el rey estaba desnudo),también Kapuscinski es humano, demasiado humano.

1 comentario:

Burgo dijo...

sergio, querido, me quedo la duda al final: a quien te referis como falso progre?
abrazo, muy bueno el blog