Si el mundo del fútbol ya sabe que el próximo 6 de
junio, el Barcelona y la Juventus se enfrentarán en una final con una enorme
cantidad de matices, los argentinos tendremos un motivo doble para estar
expectantes de conocer al nuevo campeón de la Champions League en Berlín,
porque de cada lado jugarán nada menos que Lionel Messi y Carlos Tévez.
Por supuesto que en el Barcelona también estará
Javier Mascherano, y en la Juventus, el tucumano Roberto Pereyra, pero las
presencias de Messi y Tévez le dan al partido final de Berlín un condimento
especial por todo lo que ambos significan para los argentinos.
Messi ha tenido una muy buena temporada, con sus 53
goles en todas las competiciones azulgranas, y algunos toques de genialidad,
aunque también graduando como nunca sus apariciones y luego de algunos rumores
hace pocos meses acerca de cierto malestar en el Barcelona, de algunos roces
con su entrenador, Luis Enrique (confirmado luego cuando todo se enfrió) y
llega en plenitud con el espectacular trío que conformó con los otros dos
sudamericanos, Neymar y Luis Suárez. (114 goles de los 166 del equipo en
2014/15).
Hoy, es el famoso MSN el punto fuerte del Barcelona,
que se desplazó de los esplendorosos años de Pep Guardiola y Tito Vilanova del
medio hacia arriba, y genera algunas dudas abajo, algo que ni siquiera quedó
disimulado por el pase a la final ante un Bayern Munich muy disminuido por
lesiones (sin Alaba, Robben, Ribéry, Javi Martínez, Bastuber y con un Thiago
sin forma).
El Barcelona sigue sin ser, del todo, un equipo, y
es una suma de individualidades que por algunos momentos alcanza a tener una
serie de toques interesantes, pero que en general, mata de contragolpe o cuando
alguno del medio conecta con el trío ofensivo, en una extraña temporada en la
que el director técnico Luis Enrique decidió prescindir de Xavi Hernández
(jugará su último partido con la camiseta azulgrana en Berlín, antes de
emigrar), y Andrés Iniesta tuvo su peor actuación en muchos años.
Por el lado de la Juventus, sorprendió que haya
salido tan airoso del Santiago Bernabeu ante el potente Real Madrid, casi
imbatible como local, y que había sacado cierto rédito en la ida en Turín al
perder 2-1, y máxime cuando con un penal muy discutible, Cristiasno Ronaldo
convirtió el 1-0 que necesitaba, promediando el primer tiempo.
Sin embargo, la Juventus es, esta temporada, un
equipo con muchas soluciones posibles porque tiene lo más importante: la
materia prima, con jugadores de gran nivel en todas sus líneas como Buffon en
el arco, Chiellini, Evra o Lichteiner abajo, Pirlo (algo gris anoche en
Madrid), Pogba (recién recuperado de una lesión), Vidal en el medio, y Tévez o
Morata en ataque.
Así es que un gol del ex Real Madrid Alvaro Morata,
a los pocos minutos que el enigmático entrenador Massimiliano Allegri decidió
adelantar unos metros el equipo, le dio el empate necesario con el que luego
los italianos sacaron su oficio para aguantar el tirón blanco hasta el final.
En una semana, Real Madrid tiró a la basura la Liga
Española (en la que ya tiene escasa chance) y la Champions, en una temporada
que terminará extrañamente sin títulos.
Tévez es, tal vez en menor medida pero sí en cuanto
a la importancia interna, casi lo que Messi al Barcelona, porque si bien el
astro del equipo catalán no admite ningún tipo de discusiones, pocos imaginaban
que el “Apache” sería tan decisivo en la
“Vecchia Signora”, por sus movimientos, los espacios que consigue, cómo retiene
la pelota, asiste a sus compañeros y por la muy buena cantidad de goles
marcados, que además lo posicionan como el máximo anotador de la Serie A
(20) y con 29 tantos en la temporada.
Antes de sumarse a la concentración de la selección
argentina para la Copa América, Messi y Tévez, dos caras casi opuestas para los
futboleros argentinos, y dos jugadores con inmensa cantidad de títulos, deberán
enfrentarse en una final de Champions como ya lo han hecho en Roma en 2009,
cuando el Barcelona venció al Manchester United.
Enfrentados desde trayectorias distintas (uno contó
siempre con el respaldo del público argentino luego de haber jugado y ganado
todo con Boca Juniors, el otro, desde adolescente en el Barcelona y sin el
mismo carisma) y caracteres muy diferentes (uno, extrovertido, cantante,
bailarín, el otro habla sólo en el campo de juego), se llegó a decir que Tévez
no jugaba en la selección argentina por no compatibilizar con Messi, aunque
ambos lo niegan de manera no muy enfática, si bien ahora parecen convivir en la
albiceleste sin dificultad.
Antes de la Copa América de 2011, se llegó a decir
que Tévez fue convocado por el entonces entrenador Sergio Batista por presión
de las empresas patrocinantes, que lo preferían incluso sobre el mejor jugador
del mundo. Habrá que ver cómo se distribuirán las simpatías de los argentinos
entre los dos finalistas.
Pero esta final entre el Barcelona (campeón ya
cuatro veces) y la Juventus (dos títulos) tendrá otros aditamentos, como el
reencuentro de Chiellini y Luis Suárez luego del episodio del mordisco en el
pasado Mundial de Brasil en el Italia-Uruguay, y el del propio delantero
uruguayo con el francés Evra, con quien tuvo problemas serios en el Manchester
United-Liverpool de la Premier League hace dos años.
Mucho se hablará todavía de esta gran final de
Berlín, que promete aportarnos muchísimos más elementos para el análisis.
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