Con el empate ante el Valencia 2-2 en el estadio
Santiago Bernabeu, el Real Madrid casi tiene perdida la Liga en manos del
Barcelona, por lo que al haber quedado eliminado de la Copa del Rey, el próximo
miércoles se juega todo lo que le queda de la temporada ante la Juventus por la
Champions League.
El Real Madrid deberá revertir el 2-1 en contra del
martes pasado en Turín y con el 1-0 como local accederá a la segunda final
consecutiva de la Champions League de Berlín, pero se enfrentará con un
durísimo equipo italiano que recupera a Paul Pogba, tiene al argentino Carlos
Tévez en excelente forma, una sólida defensa, un gran portero como Gianluiggi
Buffon y en especial, gran experiencia para partidos de esta clase, siendo el
tetracampeón consecutivo de la Serie A italiana.
Los equipos italianos son especialistas en mantener
el empate cuando lo necesitan, desde aquellos tiempos de los años sesenta con
el “Catenaccio” (candado) y siempre fueron complicados en estas instancias.
Tanto, que ya cuando Tévez marcó el 2-1 de penal en la ida, el entrenador
Massimiliano Allegri comenzó a practicar el nuevo sistema de aguantar en el
fondo ante Real Madrid, con buenos resultados.
La Juventus no llega a una final de Champions League
desde 2003, y en todo el siglo 21, apenas cinco veces un equipo italiano pudo
acceder a la máxima definición, siendo el último caso el Inter de José Mourinho
en 2010, justamente en el Santiago Bernabeu, ante el Bayern Munich. Demasiado
tiempo pasó desde entonces.
¿Por qué Real Madrid no parece ser el de la
temporada pasada, siendo que la base de su plantilla es muy parecida a la
anterior? Porque si bien no se desprendió de tantos jugadores, sí lo hizo de
dos claves como Angel Di María, que fue fundamental en la final de Oporto ante
Atlético Madrid, y Xabi Alonso, muy importante en el equilibrio táctico del
equipo, y en la precisión en los pases cortos y largos; y porque tuvo algunos contratiempos con
algunos lesionados en momentos clave, como Luka Modric en el último semestre, y
Karim Benzema en este tramo final, aunque bien reemplazado por el mexicano
Javier “Chicharito” Hernández. En otro momento también fue importante la baja
de Pepe, en la zaga, aunque fue bien reemplazado por el francés Raphael Varane.
Si hay otro elemento importante en el Real Madrid es
que también hubo jugadores que pasaron etapas muy negativas, como el galés
Gareth Bale, que se recuperó hace pocas semanas y en un partido de su selección
nacional ante Israel por la clasificación para la Eurocopa 2016, y hasta el
propio Cristiano Ronaldo, que rindió muy por debajo de su nivel en el primer
trimestre de 2015, aunque su performance en el total haya sido espléndida.
Contrariamente al claro sistema táctico de la
temporada pasada, con un 4-3-3 marcado, con Di María y Modric además de los
tres delanteros, estas irregularidades entre lesiones y bajones de rendimientos
generaron que el entrenador italiano Carlo Ancelotti oscilara entre el 4-3-3 de
siempre, aunque con el colombiano James Rodríguez por Di María y el alemán Toni
Kroos por Xabi Alonso, y el 4-4-2, cuando alguno de los tres delanteros no
jugaba (especialmente Benzema o a veces Bale) para colocar en su lugar al muy
reconocido Isco, de gran talento, y que ha cumplido en la mayoría de los casos.
Parece increíble que alguna parte de la afición
madridista pueda querer culpar al portero Iker Casillas de algún fallo, como en
algún gol del Valencia el pasado sábado por la Liga.
Al comenzar la temporada, Ancelotti optó (como antes
tantos entrenadores) por mantener a Casillas, uno de los mejores porteros del
mundo y dueño de todos los títulos posibles, dándole vía libre a Diego López
para que se buscara otro destino (finalmente el Milan) y como segundo portero
llegó el costarricense Keylor Navas, de gran actuación en el Mundial de Brasil,
por lo que tampoco hay polémica en este sentido.
¿Jugó menos el Real Madrid en esta temporada que en
la anterior? Creemos que no, y que entonces, el tema no pasa por sus
actuaciones sino por las del Barcelona, que sin jugar tampoco un gran fútbol,
porque nunca pudo repetir aquellos años de esplendor de Pep Guardiola y Tito
Vilanova, sí consiguió un enorme poder de gol con su tridente sudamericano con
Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, respaldado por un buen mediocampo con la
llegada de Iván Rakitic, y de una defensa sólida, con la dupla Javier
Mascherano-Gerard Piqué y la alternancia de Jérémy Mathieu y un buen portero
como el chileno Claudio Bravo.
Es decir, la gran diferencia entre la pasada
temporada y ésta no pasó tanto por los cambios en la plantilla blanca, ni
cierto relajamiento luego de la Champions ganada en Oporto, sino en ciertas
irregularidades en algunos rendimientos, lesiones, y especialmente, en que su
rival fue el que ha mejorado mucho en comparación a la misma situación.
De todos modos, si Real Madrid pasara a la final el
próximo miércoles, habrá conseguido algo muy difícil como repetir en forma
consecutiva una final de Champions, algo
que sólo dos veces se ha podido en el último tiempo: Valencia (2000-2001) y
Bayern Munich (2012-2013), y ninguno de los dos equipos mencionados pudo vencer
en ambas ocasiones.
¿Podrá terminar la temporada el Real Madrid en seco?
Parece extraño, con semejante plantilla, pero puede ocurrir también que se
clasifique para la final de Berlín y esto puede acabar con cualquier polémica.
El miércoles a la noche, lo sabremos.
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