La UEFA Champions League regresa con la potencia que
muy pocos torneos de fútbol en el mundo pueden llegar a tener, con dos
semifinales de lujo y con cuatro equipos que ya la han ganado en más de una oportunidad,
mientras que tres de esos cuatro serán ganadores de sus respectivas ligas
nacionales, y el cuarto la habrá peleado hasta el final, todo un símbolo de la
fortaleza de estos enfrentamientos.
Si siempre fue difícil pronosticar ganadores para la
gran final de Berlín, mucho menos en este caso. La Juventus, que acaba de
coronarse campeona de la Serie A italiana, aunque fue líder durante todo el
torneo, ya puede enfocarse definitivamente en el Real Madrid que al contrario,
se encuentra siempre a dos puntos del
Barcelona aunque lleva ganando sus últimos siete partidos en la persecución de
los azulgrana, en un torneo español que parece que se definirá en la última
jornada.
Si bien los italianos no están en el pico de su
rendimiento, cosa lógica teniendo en cuenta el desgaste que han tenido y alguna
lesión clave como la de Paul Pogba, el hecho de tener ya la mente sólo para
esta serie hace que tengan un plus de ventaja física ante Real Madrid, que sí
tendrá que afrontar en el medio, antes de la revancha como local en el Santiago
Bernabeu, un duro partido ante el Valencia por la Liga.
En la Juventus hay dos jugadores clave: Andrea
Pirlo, y su estado físico para clarificar el juego, y Carlos Tévez, en un
momento espectacular de forma, pero que en un gran duelo deberá vérselas
tratando de jugar en las espaldas de los volantes de contención blancos, y
frente a una dura, y técnica, zaga central.
Por cierto, el entrenador Carlo Ancelotti, viejo
conocedor de la mentalidad con la que los equipos italianos afrontan esta clase
de compromisos, poco habituales en los últimos tiempos, probó en un tremendo
partido del pasado sábado ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán una vez más con
Sergio Ramos como mediocentro, al lado de Toni Kroos, algo que podría repetir
en Turín el próximo martes, aunque esto puede ser complicado si Tévez se
recuesta sobre este lado ante un jugador con mucho carácter, pero poco oficio
en el sector.
Por el contrario, Real Madrid tiene una cantidad de
variantes ofensivas que puede darse el lujo de probar una fórmula en Italia con
los dos creativos (James Rodríguez e Isco) por detrás de la línea de ataque, en
la que Cristiano Ronaldo atraviesa un gran momento, o bien recuperar pronto a
Gareth Bale, como tercer atacante, tal como se encargó de demostrar ante el
Sevilla, cuando si bien fueron dos los de arriba (en un sistema 4-2-2-2),
tranquilamente podrían volver a ser tres.
El miércoles habrá otro duelo de campanillas en el
Camp Nou, más allá de la carga simbólica del regreso de Josep Guardiola a su
lugar de nacimiento (futbolero y real), aunque por primera vez, con otro equipo
y tan poderoso como el Fútbol Club Barcelona.
Y el fútbol es tan rico que apenas dos años después
enfrenta otra vez al Bayern Munich y al Barcelona, tras aquel durísimo 7-0 de
la serie a favor de los alemanes, y aunque éstos ya se coronaron campeones de
la Bundesliga, vienen de una mala semana tras caer sorpresivamente ante el
Borusia Dortund en su casa por la semifinal de la Copa Alemana y de una derrota
(sin demasiada importancia salvo en el aspecto anímico) ante el Basyer
Leverkusen.
Este Bayern tampoco es el de su pico de rendimiento
de la temporada, sin poder contar con dos de sus máximas figuras, Frank Ribéry
y Arje Robben, quien intentó regresar luego de semanas de ausencia por lesión
ante el Borusia Dortmund y duró unos pocos minutos, generando un gran signo de
interrogación para Guardiola.
Eso sí: el gran entrenador catalán parece haber
aprendido la lección del año pasado, cuando el haber ganado tan pronto la
Bundesliga determinó que su equipo perdiera competitividad en la semifinal ante
Real Madrid y lo pagó demasiado caro. Esta vez, todo se decidió en Alemania mucho
más cerca de las semifinales de Champions, con gran parte de la concentración
en alza y el estado físico en buen nivel, incluso con otro regreso importante
al Camp Nou, el del recuperado físicamente Thiago Alcántara.
El Barcelona también tiene tres noticias muy
importantes en su favor: la familiarización definitiva del uruguayo Luis Suárez
con el gol que ayuda a que el tridente ofensivo con Lionel Messi y Neymar haya
llegado a los 108 goles en la temporada; que varios de sus goles hayan llegado
de cabeza, por centros de Daniel Alves, algo muy infrecuente (por la ineficacia
del lateral derecho y porque es una modalidad poco usada en los ciclos
anteriores hasta la llegada de Gerardo Martino como entrenador) y los cada vez
mayores indicios de cierta recuperación de Andrés Iniesta, en una de las peores
temporadas que se le recuerden al crack azulgrana.
El duelo entre este Barcelona (que está rindiendo a
pleno y cada vez más confiado en regresar al juego de la posesión del balón,
aún cuando su entrenador Luis Enrique no recurre demasiado a su jugador más
sabio, Xavi Hernández -a punto de emigrar cuando acabe la temporada-) y este Bayern (con tantas estrellas y
absoluto dominador de Alemania y siempre protagonista europeo en los últimos
años) aparenta ser de una enorme paridad que puede definirse por detalles o por
alguna individualidad, y en el que la condición de local en el segundo partido
en el Allianz Arena, también puede ser determinante.
En cualquier caso, la mesa está servida para el gran
banquete de fútbol.
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