Y al final, el Barcelona resultó campeón de la Liga
Española a falta de una jornada, algo impensable apenas unos pocos meses atrás
cuando la disputa con el Real Madrid era reñida como casi siempre (la excepción,
en parte, fue en la temporada pasada, cuando el Atlético Madrid ganó el título),
y puede ir en camino hacia el triplete
si gana las dos finales que le quedan, la de Copa del Rey y la de la Champions
League.
Este Barcelona, que acaba ganando merecidamente la
Liga, sin embargo, no se parece a los otros equipos que ganaron las seis
anteriores de este último tiempo. No puede decirse que haya tenido demasiados
pasajes de fútbol lujoso, ni siquiera que se haya tratado de una plantilla
unida y sin fisuras, ni que su entrenador, Luis Enrique, genere tanta simpatía
desde todos los sectores.
Al contrario, a nadie sorprende que en una de las
semanas más felices de los últimos tiempos para los “culés”, Luis Enrique ni
siquiera asegura que vaya a continuar en el puesto, debido a algunos
distanciamientos con jugadores claves del equipo, como en algún momento fue con
el propio Lionel Messi, la gran estrella, que además, tiene el camino casi
libre para el Balón de Oro de la FIFA si consigue ganar a la Juventus en Berlín
y si luego realiza una buena Copa América en Chile.
Este Barcelona fue campeón pese a no haber
desplegado su juego tradicional, aquel que practicó ya con Frank Rikjaard de
entrenador hace poco menos que una década, y que luego continuaran Josep Guardiola
y Tito Vilanova.
No porque no haya intentado tener el balón todo lo
que pudo, sino porque Luis Enrique no confió tanto en el juego de la posesión,
dándole mucho más énfasis a la productividad al triplete ofensivo, el punto
fuerte del equipo, con atacantes fenomenales como un Neymar ya muy adaptado a
la Liga y en una temporada espectacular, y un Luis Suárez que necesitó un par
de meses para entender el nuevo juego, distinto al que practicaba en el
Liverpool, hasta que la confianza volvió a aparecer y con ella, a definir los
partidos cuando hizo falta con su categoría intacta.
El Barcelona, a diferencia de otros equipos
anteriores, tuvo entonces un ataque contundente (las siglas MSN ya se imponen
como una marca) y una firme defensa, especialmente por parte de los centrales
(la regularidad de Javier Mascherano y la categoría de un Gerard Piqué que fue
de menor a mayor en su rendimiento), aunque también Daniel Alves fue mejorando
desde un arranque con mucha incertidumbre, y acabó pareciéndose mucho más a sí
mismo que a lo que parecía al inicio: un lateral que se desprendía pronto del
balón a puros centros aéreos sin destinatario.
Con altibajos, especialmente en el medio, puede
citarse como destacado en esa zona al croata Iván Rakitic, con algunos buenos
pasajes de Sergio Busquets, pero por primera vez, Luis Enrique optó por darle
muy pocos minutos a Xavi Hernández, en su última temporada de azulgrana.
Demasiado poco para lo que aún Xavi está en condiciones de dar, pero también
porque en muchos partidos, especialmente cuando se ponía en ventaja, el
veterano volante garantizaba posesión y perfecta distribución del balón y
manejo de los tiempos.
Sumado a Xavi, Andrés Iniesta tuvo una temporada
opaca, casi para olvidar si no fuera por alguna que otra jugada con su sello, y
recién sobre el final, y acaso montado en una actitud optimista del plantel por
encadenar buenos resultados, apareció con cuentagotas, pero ni por asomo fue el
de otros tiempos.
Es difícil poder establecer con claridad que este
Barcelona acabó siendo superior al Real Madrid de Carlo Ancelotti. En los
altibajos de ambos en el largo torneo, puede decirse que el Barcelona tuvo algo
más de tirón en sus mejores momentos, y en especial, que aprovechó el arreón
final para acelerar y no perder puntos, como para mantener la distancia
necesaria para ganar en esos detalles, pero como sucedió en otros años, la
paridad sigue siendo muy grande entre los dos.
Real Madrid pagó demasiado caro ciertos partidos
irregulares promediando la segunda rueda, porque desde que le había ganado al
Barcelona en la ida en el Santiago Bernabeu, venía manteniendo bien el
liderato, que ya luego de haberlo perdido, no pudo recuperarlo.
Como tantas otras veces, la dirigencia del Real
Madrid puso menos atención en la estructura, en lo colectivo, que en lo
individual, y fue decididamente a fichar jugadores estrellas del pasado
Mundial, como james Rodríguez, Toni Kroos o Keylor Navas, pero dejando en el
camino, por distintas razones, a jugadores clave como Xabi Alonso, Angel Di
María o antes, a Mesut Özil.
Sumado a la lesión de Luka Modric y a la de Sami
Khedira (luego en conflicto), y con escaso uso del fichaje de invierno, Lucas
Silva, o de Asier Illarramendi,. Ancelotti acabó colocando a Sergio Ramos como
volante central, posición que no siente y que genera que rinda muchísimo menos
que lo habitual como central.
Estos cambios tácticos, sumados a malos momentos
como los que atravesó Gareth Bale, la lesión de Karim Benzema, aunque
acertadamente reemplazado por Javier “Chicharito” Hernández, cuando le tocó
ingresar, aunque haya derivado en muchas oportunidades en un 4-2-2-2 (con James
e Isco por detrás de Cristiano Ronaldo y Bale), determinaron cierta
irregularidad en los tramos finales de temporada, que costaron demasiado, al
punto de que con una plantilla riquísima y variada, el Real Madrid acabe
2014/15 sin ningún título oficial.
Tampoco el Atlético pudo repetir la hazaña de la
temporada anterior, algo lógico si se tiene en cuenta que lo hecho en 2013/14,
ante dos plantillas como las de Real Madrid y Barcelona, es un hecho
excepcional.
Aún así, consiguió ganar la Supercopa de España,
avanzó en la Copa del Rey dejando de lado al Real Madrid y este equipo acabó
eliminándolo de la Champions League recién en el final de la serie.
Cabe recordar que el Atlético se desprendió de
jugadores de notable rendimiento como el portero Courtois, el lateral Filipe
Luis o el delantero Diego Costa, y aunque llegaron jugadores de buen nivel, no
alcanzaron el de sus antecesores, aunque el más que probable tercer puesto en
la Liga, sumado a los desempeños en las otras competiciones, le siguen dando
vigencia y lo proyectan a continuar en los primeros planos en la próxima
temporada.
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