martes, 8 de diciembre de 2015

¿Cómo se le gana al Barcelona? (Yahoo)



El paso firme del Barcelona en los tres frentes (menos importante y aún en sus primeras etapas la Copa del Rey), además ganador de cinco de los seis títulos en juego durante la temporada 2014/15 y ya en camino al Mundial de Clubes de Japón, parece dar un indicio de lo complicado que resulta, en este momento, ya no sólo vencerlo sino hasta arrancarle un empate.

Acaso el mayor símbolo de esto pueda estar en la fotografía de Mestalla, donde los jugadores de un Valencia diezmado por lesiones y a la espera de la asunción de su nuevo entrenador, el inglés Gary Neville, pudieron empatar 1-1 sobre el final en un partido en el que lo pasaron muy mal y que hasta pudieron caer por una goleada importante, se abrazaron como si hubieran ganado un campeonato.

En otro tiempo, un empate ante cualquier equipo en Mestalla hubiera sido considerado más cerca de una derrota que de un triunfo, pero los tiempos (en especial ante el Barcelona y algo menos ante el Real Madrid) cambiaron demasiado y todo el fútbol español es muy desigual. Demasiado.

Pero al margen de esta desigualdad, este Barcelona, como en tiempos de Pep Guardiola o de Tito Vilanova, es poco menos que inaguantable y con el festejado empate del Valencia y la cercanía del Mundial de Clubes, un equipo argentino como River Plate, poderoso por haber ganado la última Copa Libertadores, es decir, tal vez el equipo con más chances de disputar la final del torneo de Japón, cabe preguntarse si hay alguna fórmula para vencer a este Barça.

Como se puede apreciar, el punto fuerte del equipo pasa hoy por el Tridente (Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar), capaz de meter una enorme cantidad de goles por partido ante una defensa que apenas se muestre algo dubitativa.

Este Tridente sudamericano tiene, además, una ventaja muy importante sobre otros grandes ataques europeos, como bien podría ser la BBC del Real Madrid (Bale, Benzema, cristiano Ronaldo), y es que los tres componentes pueden combinar entre sí y hasta asistirse en forma permanente, y festejar como si a todos les alegrara mucho el gol del compañero.

En muy contadas ocasiones, este Tridente tiene una mala tarde, como en Mestalla, pero eso no se repite muy seguido porque, además, al Barcelona le ha ocurrido otro hecho muy trascendente: el regreso de Andrés Iniesta a su mejor nivel, algo que no sucedía desde hace más de un año.

Consolidado Iniesta en este lugar de privilegio, con la gran compañía de Sergio Busquets, Iván Rakitic o Sergi Roberto (cuando le toca actuar), y bien apuntalado por la firme defensa de los últimos tiempos, cuesta muchísimo llegar a la portería del chileno Bravo o del alemán Ter Steggen, dependiendo de cada partido.

Es decir que el empate del Valencia, más allá de los méritos de haber aprovechado una o dos ocasiones de gol que el equipo ha conseguido en un día que no fue el mejor del Barcelona en esta temporada, no indica que se haya encontrado, en este resultado, una fórmula para contrarrestar al Barcelona. Sí lo consiguió el Celta de Vigo, que le ganó bien, aunque ya corresponde a un momento distinto al actual.

La fórmula (si es que hay alguna) parece posible siempre que se le quite el balón en buena parte del partido, no meterse atrás para defender porque està probado que el equipo de Luis Enrique ha sido capaz de vulnerar estas estrategias quebrando las dos líneas de cuatro jugadores que le han interpuesto, y siendo muy efectivos a la hora de atacar, además de hacerlo aprovechando, en lo posible, las bandas cuando los dos laterales, Daniel Alves y Jordi Alba, pasan al ataque, como suelen hacerlo de manera continua.

En el caso de River, está claro también, por las muy pocas entrevistas que concedió, que el muy inteligente entrenador de River, Marcelo Gallardo, considera que los equipos europeos suelen ser demasiado contemplativos con las estrellas del Barcelona y que la marca de ellos no suele ser lo fuerte o asfixiante como la que caracteriza a los argentinos, y es por eso que los azulgranas han sufrido más de la cuenta, hasta el límite de perder la final, ante Estudiantes de la Plata en 2009 y en cambio la final del 2011 ante el Santos (cuando Neymar aún vestía de blanco en el equipo sudamericano) fue demasiado accesible, dado que los equipos brasileños son menos afectos a la marca y a la aplicación de un sistema férreo.

Si de algo es especialista River es en jugar partidos decisivos con gran carácter, como ya le ocurrió en los cuatro partidos ante su clásico rival argentino, Boca Juniors, en la Copa Sudamericana 2014 (semifinales) y en la Copa Libertadores 2015 (octavos de final) cuando se impuso siempre por una mínima diferencia, pero supo controlar a su adversario cuando tuvo que salir de casa, y algo de esto podría ocurrir en una eventual final del Mundial de Clubes.

En cambio, en el fútbol europeo parece que la vía para vencer al Barcelona es otra: saber tener el balón, no regalarlo, ser eficaz en los contraataques y tener un gran orden en la marca, además de saber jugar a espaldas de los que saben.

Lo que está claro es que el Valencia no está para vanagloriarse con el empate de Mestalle del fin de semana pasado. Jugando así como han jugado los “chés”, es más probable que se pierda mucho más de lo que se empate o gane, y se dependerá exclusivamente de la fortuna. Y eso, no parece lo más aconsejable.


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