Todo partió desde un twitt de este cronista el
pasado 21 de setiembre. Había comenzado la campaña electoral en Boca Juniors y
a este escriba se le ocurrió preguntarse por qué las listas que competían (en ese
momento, cuatro) sólo pensaban en entrenadores remanidos, y ninguna arriesgaba
buscando grandes nombres, que revolucionaran el ambiente futbolero, que
trataran de cambiar radicalmente la manera de jugar. Es más, nos permitimos
sugerir que el propio Josep Guardiola no daba por seguro que continuaría
dirigiendo al Bayern Munich y que suele prestar más atención a los proyectos
que al dinero (pruebas al canto, cuando hace dos temporadas eligió a los
alemanes contra varios clubes de la subyugante Premier League).
Al rato, llegó un MD (mensaje directo) de un
periodista amigo, que cubre el día a día de Boca desde hace dos décadas para
uno de los diarios más importantes de Buenos Aires, consultando si este twitt
había sido “una joda”, a lo que por toda respuesta, encontró negativas.
No pasaron ni diez minutos, que el teléfono comenzó
a sonar. La consulta fue orientada a saber si este escriba, que residió muchos
años en Barcelona, tiene algún contacto con Guardiola, si sabe cómo
localizarlo.
Ante la sorpresa, este colega comentó que mientras
dialogaba con quien esto escribe, del otro lado de la línea tenía a un
dirigente muy interesado en tomar contacto con el muy exitoso entrenador
catalán del Bayern Munich.
Así fue como se puso en marcha el mecanismo, que
estaba plagado de obstáculos aunque ninguno impedía los sueños de la lista que
encabezó el pasado domingo Jorge Ameal, secundado por el mediático Mario
Pergolini: tratar de conseguir la contratación de Guardiola a partir de julio
de 2016, una vez que finalizara su contrato con el Bayern Munich, a partir de
un proyecto que lo enamorara.
La idea fue tomando fuerza en la medida que los
actores entendieron que el tema no era exclusivamente económico, sino que para
Guardiola hay otros elementos prioritarios, como el proyecto y la estructura
del club.
Rápidamente, Ameal activó todos los mecanismos y le
transmitió la inquietud al Patrón Jorge Bermúdez, ex defensor colombiano de
Boca de los tiempos de oro de Carlos Bianchi a principios de siglo y ahora
comentarista de ESPN, quien fue candidato a manager de la lista.
Bermúdez buscó contactarse con Juanma Lillo, uno de
los mejores amigos de Guardiola, quien había dirigido hace poco tiempo en
Colombia y a quien conocía muy bien, para tantearlo. Es más, Lillo estuvo en
Argentina para participar de una conferencia una vez que terminó la etapa de
clasificación para el Mundial en 2015, debido a que ahora es asesor del
argentino Jorge Sampaoli en la selección chilena.
Pero los tiempos no ayudaban. Todo tenía sentido si
se podía anunciar algún tipo de acuerdo con “Pep” Guardiola al menos días antes
de las elecciones del pasado domingo 6 de diciembre, y para eso, quedaba el
paso fundamental: el viaje, que ya estaba programado, del Patrón Bermúdez a
Alemania, como para hablar cara a cara con el entrenador.
Y allí fue cuando se truncó el sueño. Los tiempos no
daban, más allá de que se supo que por lo menos tres clubes ingleses irían a la
carga por el catalán y que el propio Bayern Munich le ofrecería 45 millones de
euros por temporada para intentar retenerlo.
El sueño de la lista de Ameal para traer a Guardiola
a Boca se había acabado, pero al menos un club argentino osó pensarlo y
jugarse. Queda flotando la pregunta
sobre si Guardiola pudo haber dirigido a Boca en 2016.
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