Aún no se oficializó, pero ya quedan muy pocas
dudas. Jorge Sampaoli, casi un desconocido en su país por haber dirigido
equipos chicos fuera de Buenos Aires y luego emigrar a Perú y Chile para una
carrera que fue creciendo y terminó exitosamente en el Sevilla, será el próximo
entrenador de una selección argentina en crisis y que a cuatro fechas del final
de las eliminatorias, se encuentra en posición de repechaje.
Sampaoli debe enfrentar, por estos días, dos
polémicas, una a cada lado del Océano Atlántico. En el Sevilla, que se
encuentra cuarta en la Liga Española en una de las mejores campañas de su
historia, es silbado por su propia afición que ya sabe que se irá y que negocia
con la AFA tanto cargos como políticas futuras desde el 22 de mayo, al día
siguiente que acabe su contrato con los andaluces.
Y en la Argentina, sus detractores han sido
durísimos con él. Su colega Claudio
Borghi, antecesor como entrenador de la selección chilena, llegó a definirlo
como “alguien con dos caras. En la deportiva, extraordinaria, fabulosa y
gloriosa para Chile.
Pero es un desastre como persona. Él llama, pregunta
cuánto ganás vos. Si ganás 100, él ofrece trabajar por 30 y eso no está bien en
ningún trabajo. Hay una ética que el tipo no cumple”.
Tan o más duro fue el ex DT campeón mundial con la
selección argentina y finalista en Italia 90, ambas contra Alemania, Carlos
Bilardo: “no sirve para nada, sólo es amigo de dos o tres periodistas chilenos
que le dieron cuerda. Si llega a venir a la Argentina, me tomo un barco y me
voy a Uruguay. ¿Ustedes me quieren poner nervioso? Háblenme de DT en serio,
pero no de un técnico de cuarta. De Beckenbauer, de Menotti, pero no de
cualquiera como éste Don Paoli”.
Bilardo, ya veterano y desde hace años retirado como
entrenador, llegó a ofrecerse para el cargo para reemplazar al desplazado
Edgardo Bauza, quien duró apenas ocho partidos en el cargo, los mismos que su
colega Tité en Brasil, aunque éste los ganó todos y ya clasificó a su equipo
para el Mundial.
Por el contrario, Sampaoli es el preferido de los
jugadores de la selección argentina con mayor peso como Lionel Messi y Javier
Mascherano, así como del dirigente con mayor poder como el presidente de Boca
Juniors y vicepresidente de la AFA, Daniel Angelici, quien ya quiso contratarlo
en junio pasado, antes que a Bauza, pero recién había llegado a Sevilla y la
cláusula de rescisión era muy cara, de 8 millones de euros, y la federación
argentina estaba en quiebra y no podía afrontar ese monto.
Ramón Rodríguez Verdejo, más conocido como
“Monchi”, el director deportivo más
exitoso del fútbol español en el siglo XXI, que le generó al Sevilla una
plusvalía de 210 millones de euros en fichajes y ventas y que emigrará a la
Roma al terminar la temporada, admite que “siempre tuvimos el temor de una
llamada de la selección argentina, porque sabemos lo que significa eso para
Jorge, pero fuimos muy claros, lo hablamos cara a cara con él y respetó el
compromiso cuando vinieron a buscarlo la primera vez”.
Sin embargo, ya las cosas parecen distintas ahora,
porque para la segunda temporada, su contrato con el Sevilla tiene una cláusula
de salida de apenas 1,5 millones de euros, y la AFA está dispuesta a pagarlos
para liberarlo.
En este punto, como el Sevilla se está jugando mucho
dinero por entrar a la Champions League 2017/18 y por ahora debe jugar la
previa europea (en España sólo los tres primeros se clasifican directamente),
Sampaoli trata por todos los medios de silenciar su negociación paralela con la
AFA, que se encuentra a cargo de su agente, Fernando Baredes.
“Yo vivo nada más que el presente. Si es por los
medios, tendría que analizar ofertas del Arsenal, de la selección holandesa o
de la selección argentina pero estoy metido en los partidos que le quedan al
Sevilla de aquí hasta el 21 de mayo, cuando acabe la temporada. Pero si los
jugadores tienen una cláusula de salida, “por qué no la pueden tener los
entrenadores?”, acaba diciendo Sampaoli, dando lugar a muchos interrogantes y
al enojo de su propia hinchada, que lo ha silbado el pasado viernes ante el
Granada pese a ganar 2-0 en el estadio Sánchez Pizjuán.
Fue tal el escándalo cuando el nuevo presidente de
la AFA, Claudio Tapia, admitió que viajaría a España para dialogar con Messi
sobre su suspensión de 4 partidos por parte de la FIFA, y las insistentes
versiones indicaron que también lo haría con Sampaoli, que inmediatamente el
Sevilla emitió un comunicado en el que indicó que se trataría de “una falta de
respeto al club”, y el propio entrenador se desligó diciendo que “no puedo
hacer caso a rumores”, aunque el dirigente argentino haya estado alojado en el
mismo lujoso Hotel Arts que el agente de Sampaoli, en Barcelona.
En las paredes del vestuario del Sevilla hay una
inscripción permanente que dice “Respeto, humildad y ambición”, que acaso
definan el estilo de Sampaoli, aunque “Monchi” aclara cuál fue la idea de
contratarlo a mediados de 2016 para reemplazar al exitoso Unai Emery, quien
emigró al PSG tras ganar la Europa League.
“Conocíamos a Sampaoli desde hacía muchos años y era
una apuesta arriesgada porque nunca había dirigido en Europa, pero estábamos
convencidos de que su propuesta iba a ser aceptada. Es cierto que el estilo de
Emery era otro, pero buscábamos cambiar, dar un giro importante, volcar al
equipo al arco de enfrente y Sampaoli es uno de los mejores en eso y es muy
exitoso, aunque yo confieso abiertamente que soy bilardista. Creo que en España
no había hasta ahora un equipo así, con una táctica tan cambiante y una
ambición desmesurada. No deja de sorprenderte nunca, por la forma en que
defiende a ultranza en lo que cree pero su mayor virtud es la de haber
convencido a un equipo campeón de que se puede dar un paso más, ser más osado
pero igual de competitivo que antes, sabe transmitir su mensaje y es el líder
de este Sevilla”, sostiene quien ayudó al Sevilla a ganar 9 títulos: 2 Copas
UEFA, 3 Europa Leagues, 2 Copas del Rey, 1 Supercopa de Europa y 1 Supercopa de
España.
Sampaoli es un fanático de la posesión del balón,
para lo cual cuenta como ayudante de campo con el vasco Juanma Lillo, musa
inspiradora nada menos que de Josep Guardiola y se caracteriza por la
ductilidad en sus esquemas tácticos y no quedar atado a ninguno de ellos. Ha jugado
con tres defensores, con cuatro, con tres delanteros, con dos, con uno…y hasta
sin ninguno, como ante el Barcelona en el Camp Nou.
Nacido hace 57 años en la localidad de Casilda, a 82
kilómetros de Rosario, y se lo conoce allí como “Zurdo” porque era su pierna
más hábil como extremo en los juveniles de Newell’s Old Boys pero una lesión
truncó su carrera y en 1996 comenzó su carrera como entrenador y su gran salto
fue cuando el dirigente de Argentino de Rosario, de tercera división, Eduardo
López, vio una foto suya en el diario “La Capital”, trepado a un árbol para
dirigir desde allí a su equipo, tras ser expulsado, y lo contrató.
Desde allí emigró con un bolso hacia equipos
pequeños de Perú ,Chile y Ecuador, hasta dar en 2011con la Universidad de ese país, con la que ganó tres ligas
locales seguidas, una Copa Chile y la Copa Sudamericana, el segundo torneo
continental ganado por un club chileno en la historia tras la Copa Libertadores
de Colo Colo en 1991. Y esto le valió el salto a la selección chilena, que
eliminó a España y casi hace lo propio con Brasil en el Mundial pasado. Al año
siguiente, en 2015, ganó la Copa América con Chile, que jamás había conseguido
ese logro y a fin de ese año, la FIFA lo colocó en la terna como mejor DT junto
a Pep Guardiola y Luis Enrique Martínez.
Sampaoli vive a 30 kilómetros de Sevilla con sus
seis perros y su cuerpo está lleno de tatuajes (en brazos, espalda, tobillo y la zona intercostal) con
los nombres de sus hijos Sabrina y Coco, y con frases de bandas de rock antisistema
como “Callejeros” y “Los Redondos”, ambos involucrados en recitales muy
conflictivos que acabaron con la vida de jóvenes por problemas organizativos.
Se afeitó la cabeza a los 25 años, adelantándose a
la pelada que le quedaría, y es hiperkinético. “Si no me muevo, no puedo
pensar, por eso voy de una punta a la otra en el corralito. Lo intenté mejorar
con un psicólogo pero no pude. Parezco más un entrenador de basquetbol que de
fútbol, soy de esa línea”.
Pablo Paván, periodista de Casilda, y autor del
libro biográfico:”No escucho y sigo” –tema de la banda de rock “Callejeros”, a
cuyo líder, Pato Fontanet, prometió visitar en la cárcel, cree que su principal
virtud “es que sabe lo que vos estás pensando, te lee la mente todo el tiempo,
y te entrena como te identifica, es muy perceptivo, y es un loco del
entrenamiento y de ir a los gimnasios (de ahí sus brazos tan desarrollados pese
a un físico pequeño)”.
Hay un tema musical dedicado a él que se llama “Sol
Naciente, por el grupo de rock “La Loca”, de Casilda: “Veo tus ojos, me dicen
quién sos…sos como el Sol Naciente que mira a los ojos de Dios….Sampaoooo,
Sampaoooo”.
“Trato de luchar contra el jugador oficinista, y lo
dice alguien frustrado porque no ha podido ser jugador. Nosotros los
entrenadores atentamos contra el
disfrute porque los partidos se ponen tediosos y aburridos. El sabor del juego
no tiene que modificarse por un resultado. Nos puede dar bronca perder pero la
idea no se va a modificar por un resultado. Tenemos que saber que cada vez que entramos
a una cancha, la gente estará eufórica desde el principio hasta el final. Es
nuestra obligación. Hemos generado algo que no podemos traicionar”, le dijo
hace poco a Jorge Valdano para BeInSports TV. El conductor, campeón mundial en
1986, aceptó que tras el primer café de su vida con Sampaoli pensó “está loco”.
Es que Sampaoli es así. En el partido vs Uruguay por
las eliminatorias, tuvo un cruce con Godín cuando se acercó a la línea porque
lo veía manejar el partido, para desequilibrarlo emocionalmente. Discutieron
pero luego se arrepintió y lo llamó por teléfono para disculparse y hablaron
largo de fútbol.
Siempre admiró a Messi (“Cristiano es un jugador
grandioso, especialmente en el último tercio, pero tuvo la mala suerte de que
en su mismo tiempo jugara Messi”, llegó a decir).
Con Messi se encontró en la ceremonia del Balón de
Oro 2015 junto a sus familias en el cóctel posterior y se saludaron, incluso
con su padre Jorge y sus propios hijos.
“Comparar a Messi con Cristiano Ronaldo
es como comparar a un gran policía con Batman”, dijo, polemista inevitable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario