En apenas veinte
días, el fútbol sudamericano se vio envuelto en duras polémicas que
determinaron partidos de torneos continentales de selecciones y equipos a
partir de muy malas decisiones tomadas con el uso del VAR, lo que fue generando
un clima de absoluta desconfianza con las autoridades de la Conmebol
(Confederación Sudamericana de Fútbol).
Las
consecuencias de las amargas quejas del presidente de la Asociación del Fútbol
Argentino (AFA), Claudio Tapia, acerca de que en la semifinal de la pasada Copa
América ante Brasil, no fue consultado el VAR ante lo que argumenta, fueron dos
claros penaltis, con dos cartas incendiarias dirigidas al presidente de la
Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, fueron el apartamiento de este
dirigente como representante sudamericano ante el Consejo de la FIFA y la quita
de la confianza como dirigente.
Tapia había sido
citado el pasado martes a la sede de la Conmebol en la ciudad paraguaya de
Luque, para que diera cuenta del contenido de la carta enviada durante la Copa
América, en la que pone en duda la honestidad de Domínguez y exige la renuncia
del brasileño Wilson Seneme, a cargo del Comité de Disciplina, pero el
resultado no pudo ser peor: el fútbol argentino perdió un lugar clave en el
mundo, tras varios años en el ostracismo y cuando recién en octubre pasado pudo
ocupar el sitio de la Asociación Uruguaya (AUF) cuando la Conmebol desplazó a
su ex presidente Wilmar Valdez.
Sin embargo,
Tapia duró apenas nueve meses, lo mismo que un embarazo, y ya fue desplazado
también y entre agosto y octubre la Conmebol deberá buscar un reemplazante.
Se cree que la
furibunda carta de Tapia a la Conmebol y que no se haya retractado el martes en
la reunión de Luque se debe a que quiso respaldar a Lionel Messi, quien estalló
ante los micrófonos (algo muy poco usual en su carrera) para hablar de
“corrupción” y “torneo organizado para Brasil” tras ser expulsado ante Chile
por el tercer puesto, en una jugada en la que peleó un balón que se iba por el
fondo ante el defensor Gary Medel y fue provocado por éste con varios golpes,
sin querer intervenir.
Sin embargo, el árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar
expulsó a los dos, y ya tres semanas más tarde, la Conmebol les dio la misma
sanción (un partido oficial de suspensión y una multa de 1500 dólares a cada
uno), aunque todavía cabe esperar otra para el argentino por sus declaraciones,
que podría ir hasta a medio año sin jugar con la selección argentina (aunque se
perdería hasta los seis amistosos previstos hasta fin de año, y no abarcaría
partidos oficiales).
Una de las
críticas más duras de Tapia a la Conmebol es que no se haya consultado al VAR
en las dos jugadas en las que reclama penaltis ante Brasil, o para rever la
expulsión de Messi ante Chile.
Pero apenas
horas más tarde de la reunión en la que Tapia fue desplazado de la Conmebol, en
el estadio Monumental de Buenos Aires, River Plate, como local, no podía vencer
a Cruzeiro de Brasil por el partido de ida de los octavos de final de la Copa
Libertadores de América, cuando el árbitro chileno Julio Bascuñán otorgó,
primero, seis minutos de descuento, medida que pareció exagerada, por lo que
había ocurrido en el partido. Y pasado el sexto minuto, tras un córner, y a
través del VAR, cobró penalti para River por una falta al delantero Lucas
Pratto por un agarrón a su camiseta. Lo ejecutó el delantero Matías Suárez (ex
Anderlecht de Bélgica) y envió el balón afuera, sin poder alterar el 0-0 final.
Si ese penalti
fue cobrado tras los seis minutos de descuento y cuando no se supo por qué
tantos minutos extras cuando no había sucedido nada trascendente que lo
ameritara, al día siguiente, volvió a ocurrir otro incidente con el VAR en el
partido, también de ida de Copa Libertadores, en Brasil entre Atlético
Paranaense y Boca Juniors.
Boca se había
puesto en ventaja muy sobre el final, con un bonito remate del debutante Alexis
McAllister, pero ya en el descuento, el lateral derecho brasileño Rony intentó
llegar al fondo dentro del área del equipo argentino, el lateral Emannuel Mas
Salió a su marca colocando un pie, por lo que el jugador brasileño se fue
cayendo sobre el cuerpo del portero Esteban Andrada, y el árbitro uruguayo
Daniel Fedorczuk entendió –correctamente- que el juego debía seguir. Sin
embargo fue convocado por el VAR y allí regresó cobrando un penalti que nadie
vio y que en todo caso, de acuerdo con un ángulo, podía llegar a ser falta del
lateral por la posición de su pie, pero jamás del portero, quien incluso con su
cuerpo intentó eludir el arrojo del rival. Lo extraño fue cuando el árbitro,
tras cobrar el penalti, amonestó al portero, por lo que intuyó, o le dijeron,
que la falta la cometió quien menos se esperaba. Luego –Justicia divina o como
se quiera llamar- el delantero argentino del Atlético Paranaense, Marco Ruben,
falló el penalti y Boca acabó ganando 0-1.
“Bajo ningún
punto de vista fue penalti”, dijo tras el partido el entrenador de Boca,
Gustavo Alfaro, quien insistió en que “si yo planteo mal o hago las cosas mal,
no me las van a perdonar. Ese mismo nivel de exigencia que tenemos nosotros lo
pedimos para el resto: exigimos que estén a la altura”, afirmó sobre quienes
manejan el VAR.
Dos horas antes,
tras otro partido de octavos de final de Copa Libertadores, el entrenador
argentino de Cerro Porteño de Paraguay, que logró un valioso 0-0 en la ida ante
San Lorenzo en Buenos Aires, manifestó que su equipo va creciendo “pero nos
tenemos que acomodar al uso del VAR cuando jugamos de visitantes porque se
favorece mucho al local”.
Lo llamativo es
que con tantos asistentes del VAR, se falle tantas veces en el fútbol
sudamericano. El ex director del Colegio de Árbitros de la AFA, Miguel Scime,
atribuye parte del problema en que la mayoría de los que trabajan con el
visionado de los partidos con la nueva tecnología como asistentes, “apenas
llegaron a la Copa América de Brasil con uno o dos cursos, nada más, y por eso
en la UEFA tardan tanto en implementarlo, hasta que todos tengan la suficiente
preparación” y también detalla que en Europa, las posibilidades de
visualización de imágenes son mucho mayores, en lo técnico, que en Sudamérica.
Lo cierto es que
la Conmebol va perdiendo credibilidad en muchos aspectos, desde lo dirigencial
hasta lo técnico, pero la introducción del VAR, sin haberlo preparado como
corresponde, generó una desconfianza que no parece que sea fácil que pueda
revertir, y va de escándalo en escándalo, sin que sepamos cómo va a terminar.
Mientras todo
esto sucede, Boca sigue adelante con un juicio en el TAS, el máximo organismo
jurídico deportivo mundial, con sede en Lausana, contra River y la Conmebol,
por sentirse perjudicado en la pasada final de la Copa Libertadores al
considerar que al ser agredido el autocar de sus jugadores en los alrededores
del estadio de River, le debieron dar por ganado el partido, que finalmente la
Conmebol decidió jugarlo en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid, y que River
acabó ganando 3-1.
Boca y River
podrían cruzarse en esta edición en semifinales a doble partido. Mejor no
pensar en todo lo que pueda rodear este acontecimiento, con estos antecedentes,
esta Conmebol, y este VAR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario