El 13 de
diciembre de 1981, el Flamengo tocó la cima del mundo cuando se quedó con la
Copa Intercontinental al vencer de manera inapelable en Japón al entonces
campeón de Europa, el Liverpool, por 3-0 con todos los goles convertidos en el
primer tiempo y en todos, con la participación de Zico, la máxima figura de la
historia del club.
Flamengo venía
de ser campeón de la Copa Libertadores por primera vez tras ganarle el partido
decisivo al Cobreloa de Chile y no le dio tregua al Liverpool. El primer gol llegó por un pase milimétrico
de Zico a Nunes, el segundo resultó de un rebote en el arquero tras un tiro
libre de Zico que empujó a la red Adilio, y en el tercero, otro pase magistral
de Zico terminó con un gran remate cruzado de Nunes.
Nadie imaginaba
en aquel momento, que esos dos títulos ganados por el club rubro-negro de Río
de Janeiro, el de la mayor cantidad de hinchas en todo el mundo (se calcula que
cerca de cuarenta millones de “torcedores”), serían irrepetibles hasta ahora,
cuando otra vez tiene la chance de regresar a esos tiempos de gloria al
enfrentar en Lima a River Plate en la final de la Copa Libertadores. Si la
gana, tal como en 1981, el Liverpool, ahora dirigido por Jürgen Klopp, esperará
en el Mundial de Clubes de diciembre en Qatar.
El Flamengo es
llamado también “el más querido” de los clubes porque en 1927, el diario
carioca Jornal do Brasil organizó un concurso para determinar cuál era la
entidad más grande de Sudamérica. Esa votación consistía en enviar etiquetas de
una marca de agua embotellada con los colores del club elegido, y así fue que
los rojinegros se quedaron con la Copa Salutaris, de un metro y medio de
tamaño.
Para ese
concurso, uno de los mayores adversarios del Flamengo, el Vasco da Gama, había
invertido mucho dinero con los comerciantes porque tenía mucha influencia sobre
ellos, pero según distintos relatos, algunos dirigentes del Flamengo se
hicieron pasar por gente de su rival y torcieron la votación, cuyo resultado
fue festejado como si fuera un segundo carnaval, aunque también allí nació el
concepto de “Hinchada Arco Iris”, el de la unión de todos los colores contra el
“Mengao”.
El Flamengo no
nació rojinegro sino azul y oro y como Club de Regatas Flamengo, fundado el 17
de noviembre de 1895, aunque los propios fundadores decidieron que el
aniversario se celebrara los días 15 por ser festivo en Brasil. Comenzó siendo
un club de remo porque sus socios se reunían en el Café Lamas, en el barrio de
Flamengo, al que recalaban con frecuencia los marinos holandeses.
Los hinchas del
Flamengo sostienen, orgullosos, que es uno de los únicos cuatro equipos
brasileños que nunca descendió de categoría junto al Cruzeiro, Santos y San
Pablo, siendo el único carioca que ha jugado siempre en la Primera División.
Fue cinco veces tricampeón estadual, es uno de los tres equipos que estuvieron
presentes en todos los Brasileiraos, (los torneos nacionales por excelencia) y
conserva el récord de partidos invicto en su país: 52 en 1979.
Pero Flamengo
comenzó a construir su leyenda futbolera en los años Cuarenta (muy cerca de que
Brasil fuera sede del Mundial de 1950), cuando Flavio Costa construyó un gran
equipo con una descomunal figura como Zizinho y otros como Jaime, el goleador
Pirilo y Jair da Rosa Pinto.
Sus mayores
éxitos internacionales son la Copa Libertadores e intercontinental de 1981, la
Copa de Oro Nicolás Leoz en 1996 y Copa Mercosur 1999. Fue cinco veces campeón
de Brasil, tres veces, de la Copa de Brasil y una vez, de la Copa de Campeones
en 2001, en tanto que consiguió 35 veces el título carioca, en 1956 conquistó
la Copa de Campeones Río-San Pablo y en 1961, un torneo Río-San Pablo. Tiene 15
presencias en la Copa Libertadores y 6, en la Sudamericana.
Según el IBOPE
(Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística), Flamengo es el club con
más hinchas (torcedores) de Brasil, América y el mundo, con 40 millones. Además
de las regatas y el fútbol, el Flamengo se fue haciendo un club completo que
llegó a ser campeón mundial de basquetbol en 2014, siendo el primer club
sudamericano en ser campeón mundial de los dos deportes. Se conoce a la torcida
como “nación rubro-negra”.
Según Datafolha,
Flamengo tiene el 20 por ciento de los hinchas de Brasil y Corinthians, el
catorce. Su gran popularidad comenzó cuando desde un club ligado originalmente
al remo, decidió abrir las puertas a negros, indios y pobres cuando el
Fluminense siempre fue elitista. Tanto es así que a principios del siglo XX, el
mulato Carlos Alberto usaba polvo de arroz en la cara para poder vestir esa
camiseta y como burla, los hinchas de Flamengo tiraban a la cancha polvo de
carbón, de color negro.
Flamengo juega
de local en el estadio Mario Filho, más conocido como Maracaná, donde en 1956
logró su más amplio marcador, un 12-2 al Sao Cristovao. Ahora tiene una
capacidad para 92000 personas tras las reformas que se hicieron para los
Panamericanos de 2007. El partido de local con más hinchas en la historia fue
la final carioca ante el Fluminense en 1963 con 194.603 espectadores. La
afición del Flamengo fue declarada patrimonio cultural de la ciudad de Río de
Janeiro, y es tal su complejidad por lo masivo que ahora hay varios grupos de
ultras como “Torcida Joven”, “Charanga Rubro-Negra”, “Urubuzada”, “Flamanguaca”
y “Raza Rubro-Negra.”.
Si bien en el
mundo se conoce más el clásico carioca “Fla-Flu”, el verdadero derbi de la
ciudad es contra el Vasco, por rivalidad desde 1920 aunque con el Fluminense
todo comenzó en 1911. Flamengo todavía no tenía futbol pero un grupo de socios
del “Flu”, disconformes, se fueron al Flamengo y el 7 de julio de1912, en el
estadio Laranjeiras se jugó el primer Flu-Fla y ganó Flu 3-2 ante unas 800
personas. Desde 1980, Flamengo desarrolló también una gran rivalidad con el
Atlético Mineiro por enfrentarse muchas veces en encuentros decisivos de
Brasileiraos y Copas Libertadores.
La primera
mascota que se conoce del Flamengo fue Popeye, personaje creado en 1920 por el
dibujante estadounidense Erlzie Crisler Segar, pero tomado por el club como
imagen desde los años Cuarenta cuando en 1942, los periódicos deportivos
locales asociaban los clubes a los cómics de ese tiempo. Así como Botafogo tuvo
al Pato Donald, Fluminense, a una figura elegante con un sombrero de copa y
Vasco Da Gama, a un almirante gordo y con bigotes.
Pero en los años
Sesenta, Popeye fue reemplazado por un ave, el Urubú, una especie de buitre
local de color negro. El 1 de junio de 1969, el Flamengo enfrentaba al
Botafogo, al que llevaba cuatro años sin vencer, por el torneo carioca, cuando
los estudiantes Luiz Octavio Vaz (19 años), Romilson Meirelles (20), Víctor
Ellery (18) y Erick Soledade (19) decidieron soltar en la cancha a un Urubú con
el objetivo de devolver la cargada de los rivales acerca de que todos los
hinchas del Flamengo eran negros y efectivamente, al soltarlo, la hinchada
comenzó a gritar “Urubú, Urubú”, y terminó quedando establecido como apodo. Ese
día, Flamengo consiguió terminar con la mala racha ante Botafogo.
Tras aquel gran
equipo de 1981, comendado por Zico (apodado “El Pelé Blanco”), pero con otros
grandes ejecutantes como Junior, Nunes, Adilio, Andrade o Rondinelli, dirigidos
por Paulo César Carpeggiani, algunos (como Zico, al Udinese) emigraron al
fútbol europeo, algo que no era frecuente entre los brasileños, y para 1987
(cuando ya había pasado Ubaldo Fillol como arquero) varios regresaron para
formar parte de otro equipo campeón, aunque alrededor de ese título se generó
una enorme controversia que llega hasta el presente.
Lo que sucedió
ese año es que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entró en una crisis
económica tal que el Flamengo, junto con otros doce clubes de élite local,
decidieron gestionar su propio torneo llamado Copa Unión. De este modo, la CBF
determinó que al final se llevara a cabo un cuadrangular entre los dos primeros
de la Copa Unión (Flamengo e Inter de Porto Alegre) y los dos primeros del
torneo Gomes Pedrosa, jugado por el resto de los equipos, pero el llamado “Club
de los Trece” no aceptó que sus equipos participaran y entonces algunos le
otorgan el título a los rojinegros y otros lo niegan.
El máximo
goleador de la historia del Flamengo es Zico, con 476, mientras que Romario
ocupa el quinto lugar, con 186, Leónidas, “El Diamante Negro”, mejor jugador
del Mundial de Francia 1938, es séptimo con 153 y octavo se encuentra Bebeto,
campeón mundial en 1994, con 151.
Si Zico es el
máximo símbolo entre los jugadores del Flamengo, el club tiene otro que se
transformó en un histórico del cuerpo médico, el doctor José Luis Runco, que se
retiró en 2015 a los 60 años, siendo reemplazado por su hijo Guillherme. No
había jugador brasileño en Europa que no quisiera operarse o tratarse de sus
lesiones con Runco, al punto de entrar en colisión con los médicos de los
equipos poderosos del Viejo Continente.
Por Flamengo pasaron
jugadores como Dida
(257 goles entre 1954 y 1963, y fue quien consiguió atraer a Zico hacia el
club), Junior, el que tiene más
partidos oficiales con esta camiseta (865), Zizinho, máximo ídolo del club hasta la aparición de Zico e ídolo
de los años Cuarenta, Carlinhos,
gran figura de los 60 y como DT después sacó muchos jugadores de las
inferiores, el serbio Dejan Petkovic,
clave en el título carioca de 2001 ante Vasco da Gama y el de 2009, Evaristo de Macedo, tricampeón estadual
entre 1953 y 1955 y campeón de la Copa
Carioca 1965 pero especialmente por sus pasos exitosos por el Real Madrid y el
Barcelona, Leónidas da Silva, que
ganó la Copa Carioca de 1939, Romario,
aunque sólo ganó la Copa Mercosur en 1999 pero marcó 204 goles, Adilio (integrante del equipo de 1981 y
considerado uno de los mejores de su generación), Adriano, “El Emperador”, a
principios de siglo XXI, uno de los mejores delanteros surgidos de la cantera, Leandro, lateral de los años Ochenta, Rondinelli, campeón estadual en 1978
ante Vasco y luego campeón en 1981, Pirillo, jugador de los años Cuarenta y máximo
goleador de los torneos cariocas y cuarto del club con 204, Nunes, gran figura de los años Ochenta
y del equipo campeón de 1981, Domingos
Da Guía (1936-43) que llegó desde Boca y fue campeón en 1939, 1942 y 1943, Andrade, uno de los más ganadores de la historia y campeón en 1981
y fue DT en el título local de 2009, Bebeto
(campeón en 1987 en el Brasileirao), Paulo
César Carpegiani (gran defensor, muy técnico, y DT del equipo campeón en
1981), Savio (junto con Romario y
Edmundo integró “la mejor delantera del mundo” en los 90), o Ronaldinho
cuando en 2011 volvió de Europa a
Brasil, con 28 goles en 72 partidos en dos temporadas y ganó la Copa Río.
El Flamengo tuvo un
entrenador argentino, Armando
Renganeschi (entre agosto de 1965 y julio de 1967) y 31 jugadores
albicelestes. Los primeros fueron Agustín
Cossio (1937 a 1938), Arcadio López (1937
a 1938), Agustín Valido (1937 y 1943
a 1944), y Artemio Luis Villa (1937
a 1938), el campeón mundial con la selección italiana Raimundo Orsi jugó en el Flamengo entre 1939 y q940, el ex arquero Rogelio Domínguez, entre 1968 y 1969,
el ex delantero Narciso Horacio Doval,
entre 1969 y 1971, y luego desde 1972 a 1975, Ubaldo Fillol entre 1984 y 1985, Claudio Borghi en 1989, Alejandro
Mancuso (1996 a 1997), Maxi
Biancucchi, el primo de Lionel Messi (2007 a 2009), Federico Mancuello (entre 2016 y 2017) y en los últimos años, Alejandro Donatti (2016 a 2017) y Darío Conca (2017).
El actual
presidente es Rodolfo Landim Machado (61 años), ingeniero civil por la
Universidad Federal de Rio y con estudios en Negocios en Harvard, que hizo
carrera en Petrobrás hasta llegar a ser presidente de la empresa entre 2003 y
2006, y luego presidente ejecutivo de la MMX del multimillonario empresario
Eike Batista, y llegó al poder del club con varios miembros del grupo, como
Luiz Eduardo Baptista, Gustavo Oliveira y Wallim Vasconcelos. En el anterior
ciclo, con la presidencia de Bandeira, el Flamengo había ganado sólo un Torneo
Carioca en 2017, y en el plano
internacional, slo último que ganó fue la Copa Mercosur en 1999 (en 2017 perdió
ante Independiente la final de la Copa Sudamericana), por lo que este nuevo
dirigente se comprometió a obtener títulos. Actualmente es socio gerente de
Ouro Preto Oleo e Gas SA.
Landim Machado
llega en un momento justo al Flamengo, cuando ya se produjo el proceso de
maduración del club como institución deportiva, al haber estado entre los tres
primeros del Brasileirao en tres de los últimos cuatro años (tercero en 2016,
subcampeón en 2018, prácticamente campeón en 2019) y si en 2017 no estuvo en el
podio, fue porque se dedicó a la disputa de la Copa Sudamericana perdida ante
Independiente en la final, cuando el entrenador era el colombiano Reinaldo
Rueda, ahora en la selección chilena.
El renacimiento
del Flamengo comenzó en 2013, cuando el club comenzó a hacer frente a sus
deudas, que llegaron a trepar a los 800 millones de reales, y fue el momento en
el que ingresó al poder un grupo empresarial que aprovechó el cambio en el
contrato de derechos de televisión con Globo, sumándose al Corinthians a un
nuevo modelo de negocio, y eso, con la enorme cantidad de hinchas y socios, lo
fue potenciando.
El club se
concentró en reducir su deuda entre 2013 y 2015, por lo que desde 2016 se fue
fortaleciendo en el aspecto deportivo, ya con capacidad para invertir en
refuerzos de categoría como Diego Ribas, los peruanos Paolo Guerrero y Miguel
Trauco, el arquero Diego Alves, el volante Everton Ribeiro, el colombiano
Gustavo Cuellar y el argentino Federico
Mancuello.
Cada año que pasaba, desde 2016, el Flamengo sumaba
mayor capacidad para invertir en estrellas y mientras eso ocurría, ya desde
2010 fue construyendo de a poco el centro de entrenamiento George Helal,
conocido popularmente como “Ninho do Urubú”, hasta llegar ahora a tener el
nivel de los más importantes centros europeos. Y es en el contexto de este club
fuerte, con gran estructura y calificados profesionales en todas las áreas, y
con una deuda reducida ahora a 300 millones de reales es que llegó como
entrenador el portugués Jorge Jesús para darle el toque final al juego con
futbolistas que en su mayoría ya jugaron en el fútbol europeo y casi todos
tienen alguna experiencia en el exterior.
Sin embargo, a
principios de este año, el Flamengo no pudo evitar la tragedia, acaso la peor
de sus 123 años de historia cuando el 8 de febrero se incendió la residencia de
muchos jóvenes de las divisiones inferiores con diez muertos (entre ellos
cuatro jugadores) y tres heridos.
Si el club se
viene destacando en el área profesional por los títulos y su juego cada vez más
agradable (fue campeón carioca en el primer semestre, está a punto de ganar el
Brasileirao y se encuentra en la final de la Copa Libertadores), otro ciclo
virtuoso es el de sus divisiones inferiores. Recibió cien millones de euros
(equivalentes al presupuesto del área en 23 años) por la venta de grandes
valores futuros como Vinicius Junior (transferido al Real Madrid por 45
millones de euros a los 18 años y con 14 goles en apenas 69 partidos), Lucas
Paquetá, Felipe Vizeu y Jorge. A todos ellos se les puede unir en cualquier
momento la nueva estrella emergente, Lincoln, quien acaba de participar en el
Sudamericano sub-20 de Chile.
El himno del club,
compuesto por el ex arquero y músico Paulo Magalhaes, dice “Flamengo, Flamengo,
tu gloria es luchar/Flamengo, Flamengo, campeón de tierra y mar”, inspirado en
los títulos cariocas de 1915 de fútbol y remo al mismo tiempo en RJ. Más
adelante, fue la primera entidad de Sudamérica en conseguir ser campeona del
mundo en fútbol y en basquetbol.
El Flamengo viene
haciendo todo lo posible para recuperar aquellos días de gloria de 1981.
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