Hasta 2008,
Jorge Jesús era apenas conocido como alguien que formaba parte de la familia
del fútbol de Portugal como ex jugador y entrenador de equipos de ascenso, pero
desde ese año, cuando se hizo cargo del Braga, su vida cambió e ingresó en un
imparable ascenso, a tal punto que muchos sostienen que si su Flamengo llega a
ganarle a River la final de la Copa Libertadores, su próximo destino será el
Barcelona, y de esta forma, se sentará en el mismo banco en el que alguna vez
ocupó su admirado Johan Cruyff.
Jorge Jesús no
es un entrenador más y siendo europeo, no es casual, de todos modos, que haya
recalado en el Flamengo porque ya desde su país se dedicaba a ver los partidos de Brasil por TV hasta la
madrugada, por la diferencia horaria, y así fue que consiguió traer a sus
equipos a jugadores que no siempre se destacaron al inicio en Europa pero que
luego tuvieron una gran proyección, como David Luiz, Ramires, Luisao o Julio
César.
Jorge Fernando
Pinheiro de Jesús nació en Amadora, Lisboa, el 24 de julio de 1954, es hijo de
un ex futbolista en los años Cuarenta, Virgolino Antonio e hizo las divisiones
inferiores en el Sporting, aunque debutó en Primera, siempre como volante, en
el SC Olhanense, en el que se encontraba a préstamo. Volvió en la temporada
1975/76 (justo cuando el goleador argentino Héctor Casimiro Yazalde, que fue
Botín de Oro de Europa, había emigrado al Olympique de Marsella), pero apenas
fue su único año allí para pasar al Belenenses y otros equipos de su país hasta
que se retiró en 1989 a los 35 años con 166 partidos y 13 goles, cuando jugaba
para el equipo de su zona, el Estela Amadora, en Segunda División.
Allí comenzó,
muy de abajo, su carrera de director técnico en el desconocido Amora FC, para
luego ayudar a ascender al FC Felgueras en 1993 pero cuando volvió a descender,
en 1998, regresó al Estrela Amadora. En cuatro años, logró dos ascensos, uno
con este equipo y otro con el Vitória Setúbal, y en 2004 contribuyó para salvar
del descenso al Vitoria Guimaraes, por apenas dos puntos, aunque no pudo
impedirlo con el Moreirense FC.
Recién para 2008.
Jorge Jesús tuvo su primera chance en un equipo de cierta exposición, cuando
llevaba casi dos décadas en los bancos. Se hizo cargo del Braga, con el que
terminó quinto en la tabla de la Liga y llegó a los dieciseisavos de final de
la Copa UEFA a la que accedió, a su vez, al ganar la Copa Intertoto. Consiguió
un notorio triunfo por 3-0 ante el Portsmouth inglés y cayó sobre la hora ante
el Milan en San Siro y eso lo lanzó hacia los equipos de mayor cartel y en 2009
fue contratado por el Benfica, reemplazando al español Quique Sánchez Flores.
Ya en la primera
temporada con el Benfica consiguió el título, con 78 goles a favor y apenas dos
derrotas, en tanto que llegó a los cuartos de final de la Copa UEFA, cuando fue
eliminado por el Liverpool aunque a partir de ese momento, el equipo estuvo 27
partidos invicto de los cuales 16 los ganó en forma consecutiva, superando así
el récord que tenía en el club el DT Jimmy Hagan en los años Setenta.
Cuando todo
parecía en un ascenso imparable, en la temporada 2012/13 el equipo perdió dos
finales, la de la Europa League ante el Chelsea y la de la Copa de Portugal,
pero en 2013/14 ganó los tres títulos locales, la Liga, la Copa y la Copa de la
Liga y tras ganar su tercera Liga en 2014/15,
se fue del Benfica para fichar al día siguiente por el rival de la
capital portuguesa y a la vez, el equipo de sus amores, el Sporting. Su balance
en el Benfica fue de tres Ligas, una Copa de Portugal, cinco Copas de la Liga y
una Supercopa portuguesa.
En el Sporting
dirigiría hasta 2018 y si bien en el palmarés sólo constan la Supercopa y la
Copa de la Liga en Portugal, todavía se investigan algunas irregularidades en
la primera Liga con este equipo, ganada por el Benfica, según documentación que
aporta el sitio de investigaciones Footballeaks.
En 2018 emigró
al Al Hilal de Arabia Saudita, donde ganó la Liga pero no le renovaron el
contrato porque no lo veían comprometido con un proyecto a largo plazo y desde
mediados de 2019 se hizo cargo del Flamengo, con el que tiene contrato hasta
junio de 2020 pero muchos temen que pueda marcharse en diciembre porque hay una
cláusula que lo permite, y porque se especula con que prefirió seguir
dirigiendo fuera de Europa para no pagar altas tasas al fisco con lo ganado en
Arabia Saudita en el caso de que regrese al continente antes de fin de año (se
calcula que debía pagar siete millones de dólares que de esta manera, lo
evita).
Las
posibilidades de que Jorge Jesús recalara en el fútbol brasileño siempre fueron
altas por su enorme interés por dirigir allí, al punto de que una vez que se
desvinculó del Al Hilal llegó a tener conversaciones primero con la dirigencia
delo Vasco da Gama porque desde hace años mantiene una amistad con su
compatriota José Luis Moreitra, quien fuera vicepresidente del departamento de
fútbol por muchos años, pero no hubo acuerdo y entonces el empresario Giovani
Bertolucci se lo ofreció a otro grande de Río de Janeiro, el Flamengo, que
acababa de despedir a Abel Braga pese a ganar el torneo estadual carioca. El
club buscaba a un DT que quisiera cambiar las cosas porque no agradaba el
fútbol conservador, chato, de poca posesión de pelota y resultadista de Braga.
Desde hacía rato
que Jorge Jesús estaba en la órbita de los equipos brasileños porque había
hecho contactos cuando viajaba al país para ver partidos y porque su agente
Bertolucci ya había acercado al Flamengo a varios jugadores aunque las
conversaciones entre el DT y el club habían comenzado ya en Europa.
Los dirigentes
del Flamengo, que no ganaba un torneo internacional desde la Copa Mercosur de
2000 y sólo consiguió una Copa Libertadores en 1981, se dieron cuenta enseguida
de que Jorge Jesús era el indicado para el momento que vivía el club, en total
expansión luego de tocar el piso en 2013 con una deuda que comenzó a pagar
hasta ir quedando en una posición mucho más sólida a partir de mayores ingresos
de TV.
En la carpeta de
antecedentes, los dirigentes sabían que Jorge Jesús era el principal candidato
a dirigir al Barcelona en el caso de que el ex presidente Joan Laporta, que
dirigió al club en tiempos de Josep Guardiola y Lionel Messi, se impusiera en
los recientes comicios del club azulgrana, pero éste fue derrotado. Sabían
también de la idolatría que Jorge Jesús tiene por el fallecido Johan Cruyff y
su filosofía de juego, o la forma en la que trabaja enhebrando posiciones y
movimientos con sus jugadores, como cuando a un muy joven Bernardo Silva (hoy
estrella del Manchester City) quiso colocarlo como lateral izquierdo (hoy juega
por esa banda aunque como atacante, con Guardiola de DT) porque necesitaba
jugadores con mucho recorrido y que conozca el juego, y lo mismo hizo con otros
que luego fueron reconocidos como Nemanja Matic o Victor Lindelöf (Manchester
United). Javier García (Betis) o el brasileño Jonas, que llegaba al Benfica muy
desvalorizado desde el Valencia.
Alguien que
puede dar fe del trabajo posicional de Jorge Jesús es el argentino Enzo Pérez,
su rival del sábado en la final de Lima y a quien tuvo en el Benfica y pasó de
jugar de ala derecha a volante central. “Primero no me parecía, desconfiaba
porque creí que no iba a funcionar por el despliegue que se necesita para ese
puesto, pero luego me enseñó todo y hoy se lo tengo que agradecer”, admitió
días pasados el mendocino.
Jorge Jesús no
llega a Flamengo en cualquier momento sino en uno muy especial, muy dulce del
club, a punto de ganar también el exigente torneo Brasileirao, que dominó por
completo, con muchos jugadores que fueron llegando desde Europa por la bonanza
económica de los cariocas, capaces de pagarle al DT portugués dos millones de
reales mensuales (475 mil dólares), los que percibe por separado de su cuerpo
técnico de siete integrantes, que exigió que sean todos contratados.
El reconocido
periodista Gilmar Ferreira, columnista del diario “Extra” del grupo Globo,
afirmó a Infobae que Jorge Jesús “cambió la mentalidad del fútbol brasileño”
desde un estilo cada vez más profesional, europeo, pero eso no significa que
haya intentado cambiar la filosofía de juego del país sino “agregar criterios
como la marca desde los atacantes en campo rival, hacia atrás o el cuidado
físico”.
Ferreira pone
como ejemplo que Jorge Jesús “se fija hasta en cómo se corta el césped en el
centro de entrenamiento, las obras en el vestuario, hizo colocar allí las fotos
de los tiempos gloriosos del equipo cuando ganó la Copa Libertadores de 1981
con Zico y Junior, y hasta quiso controlar digitalmente las entradas y salidas
de los jugadores en los entrenamientos pero no pudo llevarse a cabo por la
legislación laboralista local)”.
“Desde su
llegada al Flamengo del pasado 20 de junio, Jorge Jesús viene insistiendo en el
trabajo mental, en que los jugadores deben dar más por todo lo que el club les
ofrece”, comenta Ferreira, que refiere que desde 2018 fueron llegando ocho
jugadores que luego serían la columna vertebral del equipo: el arquero Diego
Alves, los cuatro defensores (Rafinha, Rodrigo Caio, el español Pablo Mari y
Filipe Luis), el volante Gerson, y los dos atacantes, Gabriel Barbosa “Gabigol”
y Bruno Henrique. Muchos de ellos, igual que el propio DT, llegaron desde
Europa.
Jorge Jesús, al
llegar al Flamengo, aprovechó el receso de la Copa América para realizar una
muy fuerte pretemporada y para recalcar mucho en su filosofía. Sostiene que si
bien el brasileño es muy talentoso, los DT locales basaron su plataforma a
partir de esta calidad y no por los conceptos tácticos colectivos bien
trabajados. Hizo mucho hincapié en el juego de Lionel Messi y de Cristiano
Ronaldo, al señalar que ellos sólo consiguen tener la pelota unos cuatro
minutos por partido, “no más que eso” y que por lo tanto, “el jugador debe
cambiar la mentalidad y saber jugar sin la pelota”. “Esa fue la gran diferencia
que generó Jorge Jesús desde su llegada”, indica Ferreira.
Así es que
Flamengo comenzó a desarrollar su propio ecosistema haciéndose fuerte en la
marca desde el campo adversario, y también a partir de los dos marcadores
centrales, cuando pocos entendían la contratación del español Pablo Mari, que
jugaba en el Deportivo La Coruña de la Segunda División y con 26 años, pero con
su 1.91 metro de estatura fue dominando el juego aéreo y se hizo importante en
las pelotas largas, al lado del más clásico Rodrigo Caio (ex San Pablo).
Por el tipo de
juego de mucha posesión de pelota y vocación ofensiva (el Flamengo marcó más de
cien goles en el año), los dos laterales, Rafinha (ex Bayern Munich) y Filipe
Luis (ex Atlético Madrid) suelen sumarse al mediocampo junto con Gerson (una de
las revelaciones, a los 22 años, ex Fluminense y Roma, punto de equilibrio del
equipo) y Willian Arao, los dos volantes centrales, mientras que el ataque está
compuesto por Everton Ribeiro (jugó en el fútbol árabe y fue bicampeón
brasileño con Cruzeiro en 2013 y 2014) por la banda derecha, y por el uruguayo
Georgian De Arrascaeta (ex Cruzeiro) como
un armador por la izquierda, y dos centro delanteros de enorme peso como
“Gabigol” (ex Benfica e Inter de Milán) y Bruno Henrique (jugó en la
Bundesliga), para conformar un poco habitual 2-4-4 en el momento de avanzar
hacia el arco adversario. Y aún quedan en el banco, para entrar, Vitinho, punta
de 26 años adquirido al CSKA Moscú por 10 millones de euros, o el colombiano
Orlando Berrío, campeón de América con Nacional de Medellín en 2016.
“Se trata de un
equipo con un promedio del 60 por ciento de posesión de pelota y del 15 por
ciento de las finalizaciones de los avances, con 2-3 goles de ventaja a los
rivales”, indica Ferreira, que recuerda el tremendo 5-0 nada menos que al
Gremio de Porto Alegre en la reciente semifinal de Copa Libertadores, en la
vuelta de Río de Janeiro o que perdió tan solo un partido en la Copa, 2-0 ante
el Emelec en la ida de los octavos de final (la vuelta terminó igual y fueron a
penales).
Otro elemento
distintivo de Jorge Jesús es que no aceptó aquello que era parte aceptada del
sistema brasileño acerca de que un equipo que peleaba la Copa Libertadores se
permitía olvidarse del Brasileirao, uno de los secretos por los que en estos
años, Gremio dominó los torneos internacionales sin imponerse en los locales, a
los que apenas volvía a enfocarse cuando era eliminado del gran objetivo, para
tratar de clasificarse otra vez a las copas internacionales. A cambio de esto,
el Flamengo se encuentra a un paso de ganar el Brasileirao y al mismo tiempo,
en la final de la Copa Libertadores y luego de ganar el torneo carioca en el
primer semestre. Jorge Jesús es de la idea de que el jugador brasileño “debe
participar en todos los partidos” y hasta cuando no puede ser titular, va al
banco de suplentes y luego lo hace ingresar.
Pero hay otra
explicación del éxito de Jorge Jesús en el Flamengo y es la fisiológica.
Gracias a la gran estructura que en estos años fue conformando el club, el DT
vio que había una gran capacidad de realizar una buena programación de
recuperación física de los jugadores y a su pedido, comenzaron a regresar de
los partidos como visitantes en vuelos chárters porque los encargados del
trabajo fisiológico sostienen que lo más importante para un jugador de élite es
la recuperación en el descanso de la primera noche y entonces el regresar a sus
casas a tiempo para dormir terminó siendo fundamental y el equipo pudo
establecer una diferencia con muchos de sus rivales.
Pero entre tanto
fútbol pensado, hay lugar para las bromas y una de ellas está relacionada al
número cinco. Es muy corriente que en Brasil se destaque la mala pronunciación
del portugués local por parte del entrenador, acostumbrado al más cerrado
idioma de su país y esto aparece particularmente cuando tiene que hablar del
número cinco, que llegó a tal situación que ya se venden camisetas del Flamengo
con esa cifra o “Gabigol” llegó a mostrar los cinco dedos en algunos festejos,
aunque esto se intensificó cuando en la pasada semifinal de la Copa
Libertadores, Flamengo liquidó al Gremio con el 5-0 final.
Tanto Octavio
Machado, ex compañero suyo en 1983 en el Vitoria Setúbal, como Carlos Padrao,
ex arquero del Porto y también ex compañero en varios equipos, dicen estar “convencidos”
de que será el DT del Barcelona si gana la Libertadores. “Su vida es gloria o
muerte, no hay intermedios. Él está haciendo historia en Brasil y está batiendo
todos los récords y ama los desafíos, es un genio que despierta odios y
pasiones”, dice Padrao.
Machado recuerda
ahora cómo Jorge Jesús iba a ver otras disciplinas deportivas como fútbol sala,
hándbol o hockey para aplicar algunas cosas al futbol, como los bloqueos del
básquetbol. “Él vive las 24 horas para esto, así que nada me extraña”.
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