En apenas unas pocas horas, en la mañana argentina,
se sabrá si Lionel Messi podrá jugar desde las 17 en la altura de La Paz ante
Bolivia o si la sanción de oficio que le impondrá la FIFA, por reiterados
insultos a los jueces de línea en el partido ante Chile del pasado jueves,
comienza desde el partido siguiente y podría llegar a abarcar hasta las cuatro
fechas restantes del grupo clasificatorio sudamericano.
De acuerdo a la reglamentación disciplinaria de la
FIFA, el insulto a uno de los jueces, comprende una suspensión de dos a cuatro
partidos, y por ejemplo el chileno Gary Medel fue sancionado con el máximo
cuando el árbitro argentino Néstor Pitana informó que que hubo insultos del
defensor del Inter en setiembre pasado en Asunción ante la selección paraguaya.
Si bien ninguno de los cuatro jueces brasileños del
partido Argentina-Chile (el árbitro Sandro Ricci, el asistente 1Emerson Augusto
do Carvalho, el 2, Marcelo Do Carvalho, y cuatro árbitro, Dawson Freitas Da Silva) informó nada a la FIFA
acerca de la conducta de Messi, fue la propia comisión disciplinaria de la
entidad, a través de Alejandra Salmerón García, la que aclaró que se basó en
las imágenes televisivas de dos canales españoles y de la TV Pública argentina.
Según el artículo 77 A del Codigo Disciplinario de
la FIFA, no se necesita del informe del árbitro para abrir un procedimiento a
cualquier jugador, y aunque se le había dado tiempo a la AFA hasta las 4 de la
mañana argentina (las 9 de Zurich, sede de la FIFA) y la entidad argentina se
basará en el informe de los jueces brasileños, en un documento de seis páginas
firmado por el vicepresidente de la Comisión regularizadora de la AFA, el
abogado Javier Medín, todo indica que la suerte está echada.
A lo máximo que podría aspirar la AFA es que Messi
pudiera jugar por la tarde en La Paz, pero en ese caso, la sanción de dos a
cuatro fechas comenzaría a correr desde la fecha siguiente, cuando en agosto la
selección argentina deba viajar a Montevideo para enfrentar a Uruguay, y como
mínimo, se extendería una fecha más, en la que recibirá como local a Venezuela.
La noticia de la ya prácticamente asegurada
suspensión de oficio de Messi por parte de la FIFA cayó como un durísimo golpe
en la delegación argentina, que ya se encuentra en Santa Cruz de la Sierra para
viajar sobre la hora a La Paz, y muchos ya la comparan con la suspensión de
Diego Maradona en el Mundial de los Estados Unidos en 1994 o cuando el propio Messi
anunció que no seguiría en el equipo argentino en 2016 tras perder la final de
la Copa América Extra en 2016.
Si la sanción de mañana es provisoria, Messi podría
jugar ante Bolivia pero si es firme, ya estaría impedido de formar parte del
equipo en La Paz aunque en ese caso, podría llegar a estar, por lo menos, en la
última fecha de la clasificación, ante Ecuador en Quito.
La sanción a Messi llega en un momento particular de
la selección y de la propia AFA, porque además de las duras críticas al juego
del equipo que dirige Edgardo Bauza ante Chile, el próximo jueves, al día
siguiente de enfrentar a Bolivia en La Paz, Claudio “Chiqui” Tapia asumirá la
conducción de la entidad de la calle Viamonte en el inicio de la normalización
tras casi un año de intervención con la Comisión regularizadora.
A su vez, la situación complica al showman
televisivo y vicepresidente de San Lorenzo, Marcelo Tinelli, quien acababa de
hacerse cargo de la comisión de Selecciones Nacionales en un extraño juego de
ajedrez por el que fue designado sin papeles al no tener el respaldo
reglamentario por no ser miembro del Comité Ejecutivo, por lo que debe reportar
al presidente de Lanús, Nicolás Russo, quien asumió formalmente ese cargo.
Tinelli se encuentra en Bolivia acompañado del dirigente
de san Martín de San Juan Jorge Miadosqui, quien estaba a cargo del
departamento de selecciones Nacionales hasta la designación del showman
televisivo, y ambos, anoche, se mostraban medianamente optimistas en que la
sanción no excedería los dos partidos.
Por otra parte, es poco entendible la reacción de
Messi durante el final del partido ante Chile en el Monumental, debido a que el
crack del Barcelona, que siempre se tapa la boca para cualquier acción, esta
vez apareció insultando al menos dos veces una a cada juez de línea, y a cara
descubierta y con gestos airados. ¿Qué era lo que pretendía, en verdad? ¿A
dónde apuntaba en la realidad?
Lo cierto es que ahora, con esta sanción en ciernes,
cambia la perspectiva de la selección argentina en lo que queda de la
clasificación mundialista y el optimismo por el tercer puesto alcanzado el
jueves, ya parece quedar muy atrás, tal la dinámica del minuto a minuto
instalada en el fútbol argentino en los últimos tiempos.
Una cosa es con Messi y otra, sin él. La AFA, la
selección argentina, Bauza y los hinchas, comienzan a tomar nota de que lo que
viene puede llegar a ser muy duro. De Zurich depende todo ahora.
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