viernes, 27 de octubre de 2017

¿Qué pasaría con el Barça en una Cataluña independiente? (Yahoo)




El próximo 1 de octubre, al menos hasta el momento, habrá un Referéndum en Cataluña en el que podría surgir la posibilidad de que en apenas 72 horas, es decir, el 4 de octubre, se independice de España, algo que está latente en los últimos años y que tiene su caja de resonancia en cada partido que el Barcelona juega en el Camp Nou, cuando en el minuto 17 con 14 segundos de cada tiempo, buena parte del estadio grita “Independencia”.

La elección del minuto 17 y 14 segundos no es casualidad sino que pretende representar el año 1714, el del gran conflicto de los catalanes con la corona de los Borbones (que salvo un período intermedio siguen reinando España, ahora con Felipe VI) y sumado a esto, el Fútbol Club Barcelona viene pronunciándose como club a favor de la secesión de España.

La gran pregunta, entonces, es ¿qué sucedería si, efectivamente, el próximo 4 de octubre Cataluña declarara la independencia de España?  Si bien la respuesta no es tan clara, sí hay elementos que pueden indicar un camino.

La primera que lo sentirá es la selección española, protagonista del fútbol mundial en estos últimos diez años, al punto de que cuando en Sudáfrica 2010 ganó su único Mundial, estaba compuesta por jugadores como Víctor Valdés,  Gerard Piqué, Carles Puyol, Sergio Busquets, Xavi Hernández, Cesc Fábregas o Joan Capdevila, y ahora mismo perdería a los catalanes, que pasarían a jugar en su propio equipo nacional, que ya venía disputando partidos amistosos puntuales, especialmente uno tradicional en el final de cada año.

El prestigioso investigador valenciano José Del Olmo, presidente del Centro de Investigación e Historia del Fútbol Español, sostiene sobre esta posibilidad de independencia de Cataluña que la UEFA no admitiría al Barcelona, al Espanyol o al Girona, actualmente en la Liga, y deberían participar en el torneo catalán, algo con lo que coincide el presidente de la Federación Catalana, Andreu Subiés, porque calculan que ocurriría algo parecido a lo de las ligas de los países ex yugoslavos desde la partición de este país a principios de los años noventa, cuando cada club tuvo que quedar participando en las nuevas ligas de sus países.

Claro que el jurista José Luis Pérez Triviño, catedrático en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona e integrante de Iusport, una institución de estudios legales del deporte. Para poder competir como selección catalana, primero debe ser aceptada por la UEFA y para que eso ocurra, primero Cataluña deberá ser aceptada en la ONU como estado miembro. Y por el mismo camino deberían ir los clubes como el Barça, el Espanyol y el Girona, porque para poder seguir jugando en la Liga Española, primero deberán tener un permiso de la UEFA y otro de la Real Federación Española (RFEF) a tal efecto.

Pero aún teniendo la autorización de UEFA y RFEF, el Barça, el Espanyol y el Girona pasarían a jugar en la Liga como equipos extranjeros, con los problemas que eso traería en la relación con el público en cada visita a los estadios españoles.

Una posibilidad que barajó el Barcelona es la de participar en Le Championnat, en Francia, algo que podría ser espectacular si se sumara a la competencia de equipos como el PSG, Mónaco, Olympique de Lyon o el Olympique de Marsella, entre otros.

El problema que enfrenta en ese caso el Barcelona es que no está en la situación del Mónaco, equipo invitado a la Liga Francesa porque Mónaco no tiene liga ni selección nacional, ni es miembro UEFA, y eso facilita su aceptación en otra liga nacional, pero no es el caso de Cataluña, ni con su selección ni con sus ligas propias, que sí existen.

Otro rumor instalado es que el Barcelona podría gestionar, en base a estos problemas burocráticos, una franquicia para participar con su principal equipo en la MLS de los Estados Unidos y de hecho, hubo un acercamiento entre el club y el país, al que concurre a jugar torneos de verano en los últimos años y ha abierto este año una oficina en Nueva York. Este rumor indica que un segundo equipo, el Barcelona B, sí participaría en la Liga Catalana hasta que se despeje la situación política y se estabilice.

Un antecedente que algunos juristas deportivos consideran importante es lo ocurrido con la situación de Gibraltar, que fue aceptado como miembro pleno 54 por la UEFA y por el Tribunal Superior del Deporte en el mundo (TAS) pese a la oposición de la Federación Española porque, según explicó el entonces presidente de la UEFA a la RFEF, Michel Platini, “la UEFA no debe dejar que se la utilice con fines políticos” y explicó que desde 2001, “la UEFA se rige por una norma que establece que deben ser aceptadas las federaciones de países aceptados por la ONU pero Gibraltar había pedido la inclusión en 1997, antes de esta reglamentación”.

Siguiendo con las reglamentaciones, la RFEF sostiene en la suya que los clubes que deseen participar de sus competiciones oficiales “deberán aceptar estar afiliados a la RFEF o integrados en ésta”, es decir que efectivamente, los clubes catalanes de la Liga deberían someterse a la aprobación de su continuidad por parte de la RFEF y de la UEFA.

Una posibilidad que hasta hace meses también existía pero que se fue extinguiendo es la de que no sólo el Barcelona sino los clubes de élite europeos se retiraran de la Champions League y le dieran la espalda a sus ligas nacionales para conformar una Superliga Europea, pero con la llegada del esloveno Aleksander Ceferin a la presidencia de la UEFA, éste pactó con la Asociación de Clubes Europeos (ECA), que nuclea a los más poderosos, un cambio de clasificación para la Champions 2018/19 y aquel proyecto separatista quedo atrás.

¿Qué pasará con sus clubes si Cataluña se independiza de España el 4 de octubre? ¿No volveremos a tener un clásico como Barcelona-Real Madrid?

Lo que es claro es que el fútbol tendrá sus propios motivos para conmoverse si la independencia catalana se efectiviza en unos pocos días más.


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