Los cuatro mil hinchas que acompañaron a Gremio al
estadio “La Fortaleza” de Lanús, a pocos kilómetros de Buenos Aires, desataron
la euforia al terminar el partido. No era para menos, el “Tricolor” (azul,
negro y blanco) acababa de ganar, el pasado miércoles por la noche, su tercera
Copa Libertadores de América (las otras fueron en 1983 y 1995) al vencer 1-2
con dos tremendos goles de Fernandinho y Luan.
Gremio ganó la Copa en forma merecida, con un fútbol
que fue una mezcla de habilidad en el medio del campo, gran eficacia en el
ataque y una aguerrida defensa, en la que se destacaron los centrales Pedro
Geromel y el argentino Walter Kannemann, pero en especial, fue espectacular la
contribución del arquero Marcelo Grohe, de 30 años, quien tuvo atajadas
notables y decisivas en semifinal y final.
Gremio, como todos los equipos fuertes de
Sudamérica, tuvo que pagar muy duro la modificación que hizo la Conmebol a
partir de 2017, por la que ahora la Copa Libertadores se juega durante todo el
año y no sólo el primer semestre, como era antes, y entonces a mitad de año,
cuando se abrió el mercado de pases, se le fueron dos jugadores importantes
como el delantero Pedro Rocha, al Spartak, y el argentino Gastón Fernández a
Estudiantes de La Plata.
Aún así, Gremio superó en octavos de final a Godoy
Cruz de Argentina, en cuartos (en el cruce más fuerte) a su compatriota
Botafogo en dos partidos muy cerrados (0-0 en Río de Janeiro para definir como
local 1-0 en Porto Alegre), en semifinales pudo sacar mucha distancia en la ida
ante Barcelona en Ecuador (0-3) para caer en la vuelta 0-1, y ya en la final
venció a Lanús a 8 minutos del final 1-0 para vencer ya más tranquilamente en
Argentina 1-2.
“Es una doble alegría para mí porque fui campeón
como jugador en 1983 y ahora como entrenador, 34 años más tarde. Tenemos un
equipo muy equilibrado y practicamos un buen fútbol. Estoy emocionado y más no
puedo pedir”, dijo tras la coronación Renato Portaluppi (55 años), quien llegó
a integrar la selección brasileña.
Si hay dos jugadores que se destacaron en la
creación, fueron sin dudas Luan Vieira (quien recibió el premio al mejor
jugador del certamen) y Arthur, que tiene características de juego similares a
Xavi Hernández y no parece casual que sea pretendido por el Barcelona.
“Sé que me estuvieron observando para llevarme al
Barcelona. Sería un sueño porque mi máximo ídolo en el fútbol es Andrés
Iniesta”, dijo Arthur, quien se repuso con los festejos de la tristeza por
haberse tenido que marchar del campo al comenzar el segundo tiempo por una
lesión.
Que la final de la Copa Libertadores la jugaran
Gremio y Lanús fue lo más justo porque de la fase inicial de ocho grupos de
cuatro equipos cada uno, son dos de los tres equipos que más puntos sacaron
(13) y apenas hubo un gol de diferencia entre ambos, a favor de los argentinos.
Sólo Atlético Mineiro había sacado más diferencia en el average con los mismos
puntos pero sorpresivamente fue eliminado por el Jorge Wilsterman de Bolivia en
octavos de final, que a su vez luego cayó 8-0 ante River Plate en cuartos de
final.
Gremio representará a Sudamérica en el próximo
Mundial de Clubes que se disputará en diciembre en Emiratos Arabes Unidos.
Todos los partidos de Copa Libertadores fueron
vistos en Sudamérica por la cadena Fox Sports, cuya producción está a cargo de
Torneos, la empresa que tuvo que pagar 113 millones de dólares a la Justicia de
los Estados Unidos, por comprobarse que había pagado sobornos a dirigentes de
la Conmebol para quedarse con derechos de torneos continentales de clubes y
selecciones, en el llamado FIFA-Gate.
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