Contrariamente a lo que parecía que podía suceder
esta temporada tras el muy duro final de la anterior, la felicidad parece
haberse instalado en el Valencia en la actualidad, no sólo por el excelente comienzo
de la Liga, en la que se encuentra segundo detrás del Barcelona y a cinco
partidos de batir el récord histórico para un inicio de torneo, sino que el
efecto contagio llega también por el acierto en los fichajes y la recuperación
de la ilusión al retomar la construcción del nuevo estadio para 2021.
No parecían buenos los vaticinios para esta
temporada tras las reiteradas salidas de los directores deportivos, que
incluyeron también a José Ramón Alexanco, dado de baja en setiembre pasado.
Hasta Mario Kempes, ídolo histórico del club, terminó enfrentado y hasta
desplazado como embajador de la entidad.
Nada funcionaba y los socios ya no creían demasiado
en el dueño de las acciones, Peter Lim, pero de a poco, todo comenzó a
reconducirse. Uno de los primeros aciertos fue la contratación como entrenador
de Marcelino García Toral, que venía de muy aceptable campaña en el Villarreal,
y el otro fue la conformación definitiva de la plantilla más allá de que no se
pudo retener a Mangalá en la defensa, algunas lesiones y la incerteza sobre
cómo podrían rendir el italiano Simone Zaza y el portugués Gonzalo Guedes en el
ataque.
Sin embargo, el equipo se estabilizó casi
inmediatamente y desde las primeras jornadas, mostró su gran capacidad tanto en
lo defensivo, con dos laterales con experiencia como Montoya y Gayá, y tres
centrales sudamericanos como el argentino Garay, el colombiano Murillo y el
brasileño Gabriel Paulista, cuya llegada le aportó mayor riqueza y variantes.
En la mitad de la cancha, la llegada del francés
Kondogbia significó un indudable salto de calidad, sumado a la madurez de
Parejo y la versatilidad de Carlos Soler, a lo que se sumó el portugués Andreas
Pereira.
Mientras que en el ataque, la sorpresa llegó por el
lado de la grab producción tanto de Zaza (segundo en la tabla para el Pichichi,
con 8 goles en 9 partidos, que comparte con Cédric Bakambú del Villarreal,
aunque éste los concretó con un partido menos. Apenas Lionel Messi, el mejor
jugador del mundo, se encuentra adelante con 11 goles, como de Rodrigo Moreno,
con 5, pero el hecho de que en nueve partidos hayan convertido goles nueve
jugadores de la plantilla, es acaso uno de los símbolos de las enormes
posibilidades del equipo en el momento de llegar a la red adversaria. De hecho,
cuatro de ellos han marcado más de un gol (Kondogbia, 2 y Santi Mina, 3).
El de estas nueve jornadas ha sido el segundo mejor
arranque de la historia al superar, con la goleada en Mestalla al Sevilla por
4-0 el pasado fin de semana, la marca que tenía Unai Emery en la temporada
2008/09, aunque aún le quedan cinco partidos más para alcanzar la principal,
que aún sostiene el equipo de Rafa Benítez en la temporada 2001/02.
Lo cierto es que el Valencia se encuentra segundo en
las posiciones de la Liga con 21 puntos, detrás del Barcelona (25) pero por
delante de equipos como Real Madrid (20), con el que empató en el Santiago
Bernabeu (2-2) y como el Atlético Madrid (19), con el que también empató,
aunque en casa (0-0).
Acaso el compromiso más complicado lo tendrá dentro
de dos jornadas, cuando tenga que recibir al Barcelona, pero teniendo en cuenta
que ya ha disputado los partidos de primera ronda ante los dos clubes grandes
de Madrid y que ha superado 2-3 a la Real Sociedad, 3-2 al Athletic de Bilbao y
4-0 al Sevilla, el panorama que se abre es más que alentador.
La confianza del equipo es indudable, especialmente
si es escuchan frases como la de Zaza, que manifestó que los equipos que
lleguen a Mestalla “tienen que sentir que están sufriendo” o que la dirigencia
del club haya decidido no contratar a un nuevo director deportivo y concentrar
los fichajes y los descartes en el entrenador García Toral, algo poco usual en
la Liga.
Por si fuera poco, ante el Sevilla se produjo la
explosión del portugués Gonzalo Guedes, cedido por el PSG luego de que el
poderoso club francés pagara 30 millones de euros al Benfica. El Valencia
evaluaba por estas horas cómo retenerlo pero no parece fácil.
Pero no termina allí el momento de bonanza, porque
tras ocho años de obras paradas, la dirigencia volvió a encaminar la
construcción del estadio llamado Nuevo Mestalla, previsto para ser utilizado
desde 2021.
Si bien la idea original era para una capacidad de
setenta mil espectadores, la dirigencia la fue abandonando para optar por otra
de menos de sesenta mil, y más parecido conceptualmente al Nuevo San Mamés de
Bilbao que al Olímpico de Roma, es decir, con tribunas más cercanas al césped
para que se sienta la atmósfera, por más que se siga pensando en un uso
integral y no sólo para el fútbol.
En Valencia, por fin, luego de años de malas
sensaciones, se percibe un momento de felicidad y con muchas expectativas.
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