Amigos lectores: Continuando con el intento de que distintos colegas destacados de todo el mundo tengan posibilidad de expresarse en este blog, reproducimos aquí este artículo de Ernesto Vasconcelos en su blog http://viejobarce.blogspot.com
Ernesto Vasconcelos es hijo del muy prestigioso periodista ecuatoriano Ricardo Vasconcelos., y relata aquí el tremendo momento por el que atraviesa un gran club sudamericano, el Barcelona de Guayaquil.
Receta perfecta para un caos futbolísticoEl Barcelona del 2009 refleja casi perfectamente todo lo que no hay que hacer al manejar un equipo de futbol. Los factores externos que rodean al Ídolo del Astillero - una marcada crisis económica a nivel mundial, por ejemplo - parecen ser cosas de niños comparados a los agentes internos que han llevado al más popular equipo del Ecuador por estos días a simplemente tratar de salvar la categoría y mantenerse en la Serie A del campeonato ecuatoriano de futbol. Desde pugna de poderes entre dirigentes a equívocas decisiones en cuanto a refuerzos, la dirigencia actual ha hecho del caos, el modo administrativo “por excelencia” en Barcelona. El siguiente es un análisis de dos de los muchos factores que han desembocado en llevar a los hinchas del equipo más querido del futbol ecuatoriano a ponerle velas a todos los santos para no descender a la serie B. Triste situación para un equipo, en otrora, acostumbrado a estar en la élite del futbol sudamericano. Pugnas de poderesEn noviembre del 2007 el economista Eduardo Maruri, en ese entonces asambleísta por la provincia del Guayas, aceptó, por recomendación de Isidro Romero Carbo, ex presidente del equipo, aliarse con el millonario Luis Noboa, sobrino político del antes mencionado dirigente. Se acordó que Maruri, reconocido empresario guayaquileño, encabezaría la lista como presidente, y que Noboa sería primer vicepresidente. En los ojos de Romero, la alianza era perfecta: dos dirigentes jóvenes, uno representado las habilidades empresariales; el otro, el poderío económico para armar un gran equipo. En aquellos días, todo era color de rosa, halagos de uno al otro, así como promesas de cambio y de mejores días para el Ídolo del futbol ecuatoriano. El matrimonio de sólo tres meses de Lisa-Marie Presley y Nicolas Cage duró más que la alianza de estosSin embargo, en menos de un mes el matrimonio se hizo divorcio (al estilo de las estrellas de Hollywood) y el ego, la envidia, y el deseo de protagonismo impulsaron a Luis Noboa a lanzarse en contra de su, hasta ese entonces, coideario y compañero de fórmula durante la campaña electoral. Noboa afirmaba a los medios que en Barcelona había “dos presidentes y no solo uno” (algo nunca antes visto en dirigencia deportiva) y que él no había llegado a Barcelona “a ser segundo de nadie”. De igual manera reprochaba a Maruri por estar alejado del equipo, inmerso en funciones políticas. El titular de la institución, por su parte, se defendía alegando que estaba “al tanto de todo lo que pasaba en el equipo” (argumento muy pobre). La tirante relación siguió durante todo el 2008, con ambos directivos acusándose el uno al otro, y con el aditivo de Antonio Noboa, hermano del mencionado vicepresidente del equipo, y presidente de la Comisión de Futbol, quejándose de no tener independencia para actuar en sus funciones, y posteriormente renunciando a su puesto a final de temporada tras no poder Barcelona ni siquiera lograr uno de los cuatro cupos a Copa Libertadores, habiéndose despilfarrado un presupuesto que bordeaba los doce millones de dólares, cifra record en el balompié de un país económicamente débil. Ya en diciembre, tras unas duras declaraciones de Luis Noboa a los medios donde acusó del fracaso a Eduardo Maruri y exigió el pago de su préstamo de dos millones y medio de dólares para contrataciones de jugadores, la directiva unánimemente procedió a exigir un alejamiento de Noboa, quien había perdido peso dentro del directorio tras el retiro de su hermano Antonio y los otros directivos que lo respaldaban. Curiosamente en este 2009, Luis Noboa se aleja del cargo para desempeñar la misma función pública por la que antes criticaba a Eduardo Maruri: asambleísta. El presidente del equipo, dejando bien en claro que no hay visos de reconciliación declaró a los medios que Noboa debía escoger entre ser asambleísta o ser dirigente de Barcelona. Cinismo de parte y parte. Luis Noboa, dirigente de Barcelona. Su rostro lo dice todo, nada más que añadir. Foto tomada del portal hinchaamarillo.comUn equipo que pretende alcanzar grandes objetivos no puede ni debe tener división dentro de la cancha, mucho menos fuera de ella. Este Barcelona de la llamada “renovación” desde su misma concepción se formó en base a una alianza compuesta por dos bandos antagónicos, con criterios opuestos, sin consenso, sin compartir los mismos objetivos, empujados más por la necesidad que la razón. Para que cualquier empresa alcance éxitos, es imperioso que se enrumben todos los miembros de ella hacia una misma meta clara, definida, y compartida por todos. La desunión que impera dentro de la directiva de Barcelona afecta a un plantel que debe muy claramente notar en los dirigentes una carencia de líderes que ofrezcan ejemplos a seguir. Ignorancia futbolística Otro de lo mas gravísimos pecados de la actual directiva es su poco conocimiento de futbol. Criticados en este aspecto por casi todos quienes gustan del deporte rey en nuestro país: periodistas, dirigentes, hinchas, socios, ex jugadores, ex dirigentes, entre otros, los directivos que conformaron la nueva Comisión de Futbol (a la cual me referiré como ‘CF’) conformada tras la salida de Antonio Noboa de Barcelona, “destacaron” por sus gravísimos errores en cuanto a contratación de jugadores y cuerpo técnico. El no saber ni donde estaban parados los miembros de la CF le ha significado a Barcelona desperdiciar seis meses de trabajo en el 2009, medio campeonato, no alcanzar un cupo a la Copa Sudamericana (lo cual hubiera significado una importantísima inyección económica), tener que enfrentar el siguiente semestre con una enorme desventaja en cuanto a sus rivales, tener que desembolsar más un millón de dolares por rescisión de contratos, y sobre todo la presión de tener que sumar cada punto en disputa en la segunda etapa del campeonato para poder así evitar el descenso. Desde su primera decisión, la contratación del entrenador, la reciente conformada CF dejó notar un escasísimo conocimiento de la función que debía cumplir, la nula investigación (error característico de la CF antes presidida por Antonio Noboa también) antes de tomar una decisión, y el, ya discutido en otro artículo de este blog, poco valor para asumir sus errores. Partamos por el hecho de que la CF equívocamente estimó que el entrenador adecuado para dirigir a Barcelona era nada menos que Benito Floro Sanz, un tipo con un currículum de espanto, que llevaba varios años alejado de las canchas por los malos resultados de casi todos los equipos que había dirigido, sin ningún conocimiento del futbol de nuestro país, con ínfulas de grandeza que le llevaron a desestimar a cualquier profesional del medio para encargarse él de toda función que le salía al paso. Floro en Barcelona ofició de director técnico, preparador físico, preparador de arqueros, nutricionista, psicólogo, manager de la cantera, y asesor de la CF, dejándose a un lado a excelentes profesionales como Duffer Alman, Manga, y Flavio Perlaza. Con Floro, el futbol del Ídolo era de gris a oscuroResultado: una completa debacle justificada por el entrenador domingo tras domingo con inverosímiles excusas bien repetidas al pie de la letra por los miembros de la CF, quienes jamás pudieron notar, juzgar, criticar, o exigir respuestas a Floro por, entre otras cosas, querer imponer un estilo europeo dentro del futbol ecuatoriano sin entender que los jugadores no se adaptan a los sistemas sino que el sistema se adopta de acuerdo a la plantilla que se posee, querer jugar vía pelotazos largos sin tener un solo jugador capaz de cumplir esta función dentro del equipo, cambiar a jugadores de sus posiciones habituales inventando cada cosa rara semana tras semana (en un partido salió a la cancha con seis marcadores de punta, en otro colocó a un defensa de delantero centro), y sobre todo un pésimo rendimiento físico en la altura, donde Barcelona no ha logrado ni un solo punto este año. Duffer Alman, el mejor preparador físico del pais, declaró esta semana que él mencionó a los dirigentes que los métodos utilizados por Floro en cuanto al aspecto físico de los jugadores no era el óptimo para rendir en la altura. Los dirigentes le respondieron que mejor era no reclamarle nada al técnico español. Pero lo de Floro no quedó ahí, llegó hasta los insultos y agravios a periodistas quienes, a diferencia de la CF, se “atrevieron” a discrepar con Benito Floro. “Gamberros” los llamó el asturiano cuando le preguntaron acerca de uno de sus ya conocidos inexplicables cambios de jugadores dentro de un partido. "Joder! Mejor les invito una comida" añadió. Más allá de este episodio de irrespeto a la prensa, la pregunta aún sin explicación es: ¿Qué llevó a la CF a contratar a Benito Floro?Pero si de contrataciones se trata, no es de sorprenderse que a nuestra dirigencia “le den gato por liebre”, como reza el dicho. Cuando era evidente que la plantilla de Barcelona necesitaba reforzarse con al menos dos volantes, un ocho y un diez, la directiva optó por contratar a Andrés Alejando Díaz, jugador que estaba fuera de actividad tras no aparecer ni entre la nómina de suplentes de Banfield de Argentina. Cuando llegó el mencionado jugador, ahora ya fuera del equipo pero no sin antes gozar de unas lindas ‘vacaciones’ con todos los viáticos pagados en la Perla del Pacífico, el economista Maruri lo anunció como “el nuevo 10 de Barcelona”. El ‘diez’ no jugó más que un solo partido en toda su estadía en el club . Cuando le preguntaron acerca de su verdadera posición en la cancha, Díaz respondió: “yo soy doble cinco”. Y pensar que por otro lado, el presidente de la CF, Eduardo Bejarano, anunciaba la contratación de un ocho. En una entrevista a diario El Universo, el presidente de nuestro viejo Barce admitió que la contratación de Díaz fue basada en "un video mostrado por el empresario del jugador", quien les había asegurado que el ex Banfield era 10. Increíble, pero cierto. “¿Doble Cinco? Bueno… 5 + 5 = 10” debe haber pensado la dirigencia del Ídolo cuando se fijó en Andrés Díaz Las otras contrataciones de Barcelona no se alejan del fracaso. Raúl Román, volante paraguayo, llegó luego de anotarle un gol de media distancia a Cristian Mora, arquero de El Nacional, por Copa Libertadores. Sin pensar en la necesidad de investigar mucho sobre el jugador al respecto, y sin seguirlo detenidamente, para los ingenuos dirigentes, un chullo gol fue razón suficiente para enfundarle la camiseta con el 10 en la espalda. Ese número que en otrora llevaron “Perico” León, Severino Vasconcellos, Marcelo Trobbiani, o Marco Antonio Etcheverry. Esa camiseta que representa ser líder en la cancha, echarse el equipo al hombro, mostrar el camino, cual director de orquesta coordinar todos los movimientos de los demás. Para la CF, no había que buscar más. Un buen gol y a cargar con la escuálida media de Barcelona. Pero Román resultó ser todo lo contrario a lo que un 10 debe representar. Tanto dentro como fuera de la cancha el paraguayo se muestra tímido, es un jugador que carece de liderazgo, entereza. A excepción de su primer partido con Barcelona, Román ha pasado siempre, insisto SIEMPRE, escondido detrás de los volantes rivales. Jamás pide el balón, nunca se apersona. Le pasan la pelota y trata de deshacerse de ella lo más pronto posible, como si la redonda quemara. Es más común ver a volantes de corte aparecer queriendo levantar al equipo que al ex Nacional de Paraguay, quien cabe mencionar corre siempre y da la cara al momento de cobrar los tiros libres. De diez tiros de pelota parada que tenga Barcelona, Román cobra once. Lamentablemente la mayor parte del tiempo apunta al camarógrafo o al pastelero de la popular. Sin la personalidad para ser 10, y menos de Barcelona, la dirigencia ratificó al paraguayo. Al ser consultado sobre el rendimiento de Román, el presidente de Barcelona, Eduardo Maruri, declaró a un medio de prensa: “es un buen profesional… un buen muchacho”. El paraguayo Derlis Florentín. Bien dicen que las segundas partes nunca son buenas. Detrás de él, casi sin poder ser reconocido (como cuando en cancha) aparece Raúl Román, “un buen muchacho”.Por último, el tercer extranjero contratado esta temporada: Derlis Florentín, también paraguayo. El goleador de Barcelona en el 2006 vino precedido de un currículum preocupante: luego de su salida del Ídolo, estuvo en cuatro equipos en dos años, de todos siendo despedido por bajo rendimiento, y con una lesión que le hizo perder la visión en su ojo derecho por algunas semanas. Sin embargo la ilusión de volver a ver al delantero que se convirtió en símbolo del club pudo más, y fue éste tal vez, el único jugador visto con buenos ojos por la hinchada más grande del país. Desgraciadamente para el paraguayo, a diferencia del 2006, en lugar del talentoso Elkin Soto en la media cancha, en esta temporada tuvo al timorato Román, y es ahora el chivo expiatorio de la dirigencia, quien le baja el pulgar por un supuesto bajo rendimiento. Cabe preguntar entonces, si el desempeño de Florentín se califica como pobre, ¿Cuál es el calificativo para el de Román? Pareciera más bien que la dirigencia teme una nueva demanda de Román (con contrato hasta diciembre del presente) y corta por lo sano, despedir a Florentín (con contrato hasta Julio del 2009). Así maneja a Barcelona esta dirigencia. Y tras el rotundo fracaso en esta primera etapa, donde el equipo está empatado en el último puesto con el humilde Técnico Universitario, la segunda CF de la dupla (divorcio) Maruri – Noboa da un paso al costado para ser nuevamente reemplazada y reconformada. El nuevo encargado de levantar a este muerto es nada menos que Alfonso “Pocho” Harb, ex dirigente de Barcelona, quien como ya analizamos en un anterior artículo en este blog, hace tres años dejó al equipo BOTADO cuando estábamos en una parecida delicada situación para dedicarse a la política – al estilo de sus coidearios, los también ex dirigentes Isidro Romero, Heinz Moeller, Galo Roggiero; y los actuales, Maruri y Noboa – solo para acordarse de que Barcelona existía luego de ser destituido como diputado. En un intento de derrocar a Galo Roggiero en el 2007 se reunió con varios integrantes de la barra Sur Oscura y les dijo: “mañana nos tomaremos el estadio”. Los citó con fecha, lugar y horario a los barristas pero al día siguiente brilló por su ausencia. Ahora regresa como héroe, luego de “salvar al estadio de un embargo” según los mismos dirigentes. Barcelona en el último puesto, Harb en la dirigencia nuevamente... ¡que Dios nos coja confesados!
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