Puede cuestionarse este Torneo Clausura ganado por Vélez Sársfield. Algunos dirán que no fue el mejor. Que Huracán tuvo un juego más vistoso, o que Lanús fue el equipo más parejo de la temporada y ue acaso Vélez haya sido más sólido y con una mejor defensa. Es cierto que el partido definuitorio entre Vélez y Huracán fue demasiado irregular, primero con la polémica sobre si debía jugarse con o sin público, luego con la caída de granizo, que suspendió el partido por un cuarto de hora. Y finalmente con demasiados fallos polémicos del árbitro Gabriel Brazenas, que para colmo falló (en el sentido de equívoco, no en el sentido jurídico) en casi todos. Porque fue válido el gol de Eduardo Domínguez para Huracán (no había fuera de juego), porque no fue válido el decisivo gol de Maxi Moralez por falta de Larrivey al arquero Monzón, porque fue dudoso que la mano de Otamendi haya sido fuera del área, y porque hubo un penal no cobrado para Vélez por falta de Arano a Cubero. Demasiados errores para un partido tan importante que bien pudo darle el ansiado título a Huracán y tal vez hubiera cambiado buena parte de la historia reciente del "Globito", que se animó a jugar un fútbol denostado por el monopolio del discurso único y simplista, que sólo sirve ganar. Ya nos ocuparemos de eso en el blog.
Aquí, en cambio, nos queremos referir a los últimos quince años de Vélez, que lo consolidan deportivamente como un club grande del fútbol argentino, porque desde lo institucional uya estaba posicionado allí.
Con este título del Clausura 2009, Vélez pasa a alcanzar a Racing Club a nivel local y lo supera en títulos internacionales, colocándose en la quinta posición en el escalafón histórico, por detrás de Boca, River, Independiente y San Lorenzo, sumando títulos locales e internacionales.
Pero no es sólo un dato estadístico. Vélez llega a esta posición cuando en 1993, hace apenas 16 años, se encontraba con un solo título local (1968) y ninguno internacional, cuando Racng tenía apenas un título local menos que hoy. ¿Qué fue entonces lo que pasó? simplemente, que en Vélez desde hace mucho que se están haciendo las cosas bien. Vélez sigue, aún con los lógicos cambios de paradigma del siglo XXI, con la línea dirigencial trazada por el dirigente por antonomasia del fútbol argentino, José Amalfitani. Y cuando todos los clubes compran y venden jugadores manejándose con intermediarios en confusas operaciones, Vélez viaja con sus propios dirigentes y negocia de club a club. Y apuesta siempre por entrenadores serios, como ahora con Ricardo Gareca, que siempre mantuvo tranquilidad y un elogiable perfil bajo, y quien jamás renunció a jugar al fútbol, con un esquema acorde a los jugadores que tiene, que a veces apostó a redoblar el ataque en algunos partidos (contra Colón en Santa Fe, contra San Martín en Tucumán). Y también apostó por un manager con el sentido común de Chritian Bassedas.
Si algo marcó la temporada que finaliza, la 2008/09 es el inicio del efecto de las economías de los clubes en los resultados deportivos. Vélez y Lanús, dos de los clubes administrados con mayor prolijidad, terminaron arriba, uno como campeón, el otro como mejor equipo de la temporada. Y River Plate o Independiente, desquiciados en sus arcas y con sus maniobras, terminan un pésimo año, con el primero terminando último por primera vez en su historia en el Apertura, y el segundo que hubiera descendido de haberse jugado los torneos largos de 38 fechas como en tiempos pasados.
Volviendo al partido final entre Vélez y Huracán, cierto es que los fallos perjudicaron a Huracán (también es cierto que el arquero Monzón pago caro el privilegiar la viveza criolla de quedarse en el suelo durante la falta de Larrivey cuando bien pudo haberse incorporado ante la duda de si iba a ser cobrada la falta del delantero), pero los dos equipos merecían ser campeones, cada uno con su juego. Por eso el tema es estar arriba, tener un equipo competitivo, llegar a posiciones privilegiadas. Luego, el fútbol es impredecible, aunque nos sigan haciendo creer que se puede tapar el cielo con un pañuelo. Uno es el campeón, el otro quedará en la historia de cualquier modo.
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5 comentarios:
està muy claro, me gustò, aunque yo querpia que ganara Huracàn, por el estilo de futbol divertido, que como esopectador agradezco
un abrazo
Marcelo
sergio sabes quien soy .el hincha n1 de huracan .investiga cuanto pagaron x el campeonato por favor
Ruso, dejate de hichar las bolas, qué va a ser grande Vélez. Le dicen "Fortín" porque son catorce. Además, hablás del fútbol que defienden los monopolios y todo ese verso en contraposición con el de Huracán -qué perdió- pero está claro que establecés que Vélez ahora es grande porque salió campeón. Si perdía, le iban a cantar a Gardel. La verdad es que yo prefería a Huracán porque me resultaba el mal menor, por descarte. Cappa es un versero, el otro es un traidor mal parido al que le dimos de comer. No sabés lo podrido que estoy con la viejísima sanata del fútbol que le gusta a la gente. Se ve que yo no soy gente. El fútbol es para gozarlo a veces y para sufrirlo horrores casi siempre. Un abrazo. RAP.
Estimado, me gustó su comentario del crecimiento de Velez en la Argentina y le cuento que Velez y a muchos simpatizantes velezanos no nos interesa ser un de los "grandes" ....SIMPLEMENTE SOMOS UN "GRAN CLUB" con eso nos alcanza. Disfrutamos con los triunfos y no nos desesperamos con las derrotas, como le pasa a los grandes. GJF de Devoto
Gracias Sergio por los halagos. Pero en política y en periodismo sabemos que el "si, pero" es un "no". Todavía estoy esperando que le pongan la segunda amarilla y lo echen al arquero Monzón, por hacer tiempo descaradamente. Todavía estoy esperando que sancionen el tiro libre para Vélez cuando Domínguez le pega a Zapata antes de hacer el gol anulado. Todavía estoy esperando que echen al jugador de Huracán que le pegó a Cubero dentro del área, y que cobren el penal. Claro, Huracán está esperando que el árbitro eche a algún jugador importante del adversario, como le pasó todo el campeonato. Así es fácil, 11 contra 10.
PD: Todavía estoy esperando ver el juego lindo de Huracán. Es otro mito armado por la prensa. La espiral del silencio, como diría Neuman, que no es la mujer de Cubero. Es más fácil decir que Huracán juega bien, y así ser armónico con los otros, que decir lo que uno piensa.
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