viernes, 24 de julio de 2009

Estudiantes, sociología de la mística (Por Fernando Segura Trejo)


Amigos, tengo el gusto de ofrecerles a continuación una serie de tres artículos sobre el título de campeón de la Copa Libertadores de América conseguido por Estudiantes de La Plata, desde la aguda visión de un conocido ya por todos ustedes, Fernando Segura Trejo, economista y sociólogo, quien finaliza un doctorado en París.

Fernando aborda, con todos sus amplios conocimientos de la sociología aplicada al deporte, el triunfo de Estudiantes a partir del abordaje de la mística. Un lujo que nos damos en este blog.

Parte I: Sobre una mística sociológica en el fútbol
Hay equipos, hay clubes, que tienen mística, no hay que darle vuelta al asunto. No es cuestión de gustos o de preferencias. El deporte tiene mística, ¿por qué el fútbol tiene tanta mística? Una pregunta difícil de responder y seguramente habrá tantas respuestas como opiniones particulares. Quizás un elemento, un denominador común, sea que el fútbol es un espectáculo, pero detrás de la puesta en escena hay un sin fin de historias y experiencias personales.

A esta altura ya han sido muchos los intelectuales que han escrito y reflexionado sobre el fenómeno del fútbol. Albert Camus, Mario Vargas Llosa, Humberto Eco y Julio Cortázar entre otros. La sociología se ha encargado de darle lugar al deporte y al fútbol desde Norbert Elias, Pierre Bourdieu, Jean Marie Brohm y Patrick Mignon. En antropología uno de los pioneros fue el argentino Eduardo Archetti. La lista es mucho más larga e incluso podemos mencionar a jugadores que han escrito sobre fútbol. Jorge Valdano y Emmanuel Petit son algunos ejemplos. Por otro lado, hay relatores como Víctor Hugo Morales que nos trasmiten el fútbol como una experiencia llena de pasión asociada a un contexto cultural e histórico. Relatos que elevan el espectáculo deportivo y enriquecen el acervo de los radioescuchas.

Encuentro sin embargo, que la dimensión mística del fútbol ha escapado a ciertas reflexiones y enfoques propuestos. No me estoy refiriendo a las analogías con lo religioso, sobre las cuales se han ya escrito algunas cosas. En Francia existen trabajos de Roger Chartier, George Vigarello, Marc Augé y Christian Bromberger al respecto. No, la mística es otra cosa, porque si bien tiene algún costado que algunos podrían emparentar con lo religiosos y lo sagrado, no es mi caso aquí. La mística en el fútbol es algo humano. Es mundana, podríamos decir. Pero no es ordinaria, la mística en el fútbol es extraordinaria.

En este caso hablar de la hazaña de Estudiantes de la Plata es hablar de la mística en concreto, no en abstracto. Es referirnos a algo extraordinario, concreto y además construido. Que Estudiantes haya se haya consagrado en el estadio Mineirao de Belo Horizonte frente a 64 mil almas del Cruzeiro y haya dado vuelta el partido, es algo glorioso. Cierto, estamos todos de acuerdo en eso. Estos “leones” escribieron su propia historia y contribuyeron a darle forma a una mística muy particular. Pero, ¿cómo se ha construido esa mística? Eso me pregunto, eso nos preguntamos algunos que vimos con asombro el suceso en el Mineirao y la caravana desde el aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires hasta la ciudad de La Plata.

El tema da incluso para una tesis y para un análisis de sociología aplicada. Esa mística ha sido construida por varios factores a tener en cuenta. Algunos históricos y lejanos en el tiempo para las generaciones que no pudimos ver a Estudiantes campeón de la Libertadores y del Mundo a fines de los años 60 con el papá de la Brujita Verón y con Salvador Bilardo en la cancha. Unos nos dicen que eran sucios y tramposos al jugar, otros opinan que se valían de todo para ganar y que eran pura garra. Recordemos que la Copa Libertadores no era ni remotamente lo que es ahora, un espectáculo analizado con lupa por las cadenas de televisión. En esa época jugaban y ganaban “los guapos”. Si lo miramos así como un edificio, las Libertadores ganadas en 1968, 1969 y 1970 así como la Intercontinental ganada frente al Manchester United en 1968 fueron parte de los cimientos de la mística. Esa mística ha recorrido las generaciones, volvió a aparecer en 1982 y en 1983 en los Torneos Metropolitano y Nacional respectivamente. Y resurgió evidentemente hace algunos años.

La sociología, sin hacer abuso de sus alcances y de sus postulados, siempre se ha interesado por la acción colectiva, la acción social desde Max Weber. Una de las dimensiones que ha derivado en la sociología de las organizaciones ha sido el estudio de las estrategias y los objetivos de los actores. Robert Merton, sociólogo de la universidad de Columbia y uno de los mayores referentes de esta corriente durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX caracterizaba el estudio de los objetivos respecto a los medio procurados para alcanzarlos. Medios legítimos para alcanzar objetivos legítimos, medios ilegítimos para procurar objetivos legítimos, medios ilegítimos para buscar objetitos ilegítimos y medios ilegítimos para objetivos ilegítimos. Una tipología que responde a un esfuerzo por conceptualizar acciones y situaciones en un contexto determinado y respecto a lo en una sociedad dada se considera como legítimo e ilegítimo, tanto medios como objetivos.

Veamos esto ahora en el mundo del fútbol y observemos en retrospectiva el caso de Estudiantes de La Plata. No pretendo hacer una gran disertación ni un artículo académico. Para nada. La academia es la academia y tiene sus normas y sus espacios, sin embargo soy de los que piensa que si la academia no ayuda a reflexionar sobre lo cotidiano entonces no es para mí. Atado a mi tesis y prácticamente amarrado a una silla desde hace meses me produce mucho placer escribir estas reflexiones dividas en tres pequeñas partes. Introduzcamos antes de entrar a la segunda el tema de los objetivos y de los medios para alcanzarlos y nos daremos cuenta que son parte de la mística en el caso de Estudiantes de la Plata. Es difícil discernir si la mística acompañó a los medios o los medios y los objetivos la construyeron. Creo que las dos cosas van de la mano. Y que lo interesante de este caso es quizás la conclusión a la que me adelanto: Estudiantes de la Plata es un ejemplo de objetivos planteados y medios institucionales para alcanzar las metas trazadas dentro de una recuperación del acervo histórico del club y de una mística pasada y presente. En la segunda parte recuperaremos las ideas de Robert Merton para explayarnos un poco más sobre el asunto.

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