miércoles, 8 de julio de 2009

Florentino Pérez, ídolo blanco (Jornada)


El clima futbolístico de los españoles es tan dinámico que apenas un mes después de la fiesta vivida por el Barcelona, y con merecimiento por el gran triplete logrado al finalizar la temporada, el eje ya se ha trasladado nuevamente a la capital española con los tremendos fichajes del Real Madrid a partir de la voluptuosa chequera de su nuevo presidente, el retornado Florentino Pérez.No se puede dudar de que Pérez es un hábil prestidigitador y un empresario con gran experiencia y capacidad de movimientos y aunque no tenía pensado regresar al ámbito deportivo luego de haber renunciado antes de finalizar su mandato anterior y dejar al club en un caos institucional, pudo colegir que como quienes lo sucedieron lo hicieron mucho peor, la ilusión de la afición por un regreso a aquel glamour de principios de siglo iba a poder más que todo, especialmente luego de los impresionantes éxitos del archirival Barcelona.Y tanto fue así que aunque Pérez iba a tener no menos de un par de contendientes en las elecciones, todos se fueron bajando luego de estudiar cada una de las encuestas que demostraban que Pérez arrasaría porque la gente lo veía como el único dirigente capaz de cumplir con los fichajes soñados. Al fin de cuentas, si de esto se trata, Pérez ya lo había conseguido antes con Luis Figo, Ronaldo, Zinedine Zidane, David Beckham, Michael Owen y tantos otros.Por otro lado, la prensa de Madrid, desesperada por el cambio de eje hacia Barcelona y el brillante juego de los azulgrana de Josep Guardiola, avaló como nunca el regreso de Pérez para levantar la industria editorial y se recostó en la gran investigación del diario deportivo “Marca” que logró voltear al presidente anterior, Ramón Calderóin, a partir de hechos de corrupción demostrados.No ha pasado mucho tiempo, apenas tres semanas, desde que Pérez asumió como presidente sin siquiera tener que pasar por elecciones, y el Real Madrid ya ha contratado a jugadores de la talla de Kaká, Cristiano Ronaldo, Raúl Albiol y Benzema, y aún no se ha retirado del mercado de pases, a la espera de un volante (en lo posible Xabi Alonso, del Liverpool) y un lateral izquierdo (pretende a Arbeloa, surgido de la cantera, y hoy también en el Liverpool) y aún podría llegar Ribéry, si quedan ochenta millones de euros para gastar en lo que pide el Bayern Munich, que dio plazo de una semana más.Mientras tanto, un Barcelona que descansa con demasiada tranquilidad, comienza a observar con preocupación los cambios de su adversario. Primero fue su presidente, Joan Laporta, quien salió a criticar los gastos en fichajes por parte de los blancos, aprovechando el tirón de otras quejas como las del presidente de la UEFA, Michel Platini, como otras personalidades del ambiente, pero lo que más molesta en la ciudad condal es que no parece haber movimiento de fichas por demasiadas contrataciones cuando al menos parece que el camerunés Samuel Eto’o será transferido para no perder la ficha del jugador, que quedará libre cuando finalice la próxima temporada.Mientras el Barcelona piensa entonces en algún fichaje como el de David Villa o Javier Mascherano, el Real Madrid vive de fiesta en fiesta con una nueva moda, la de los estadios llenos (90.000 espectadores en la presentación de Cristiano Ronaldo, 50.000 en la de Kaká) para no ver ningún partido, sino apenas a la nueva estrella vestida de blanco, haciendo jueguito, y diciendo al micrófono alguna frase de ocasión para ir generando expectativa.Es allí, en el colmado Santiago Bernabeu, en tiempos de vacaciones futboleras, cuando la industria del fútbol logra el milagro de llenar estadios sin partido y con pelota apenas rodando, vendiendo ilusión, algo que desde hace tiempo se había escapado de las gradas.Tal vez por todo eso es que se escuchó el “Florentino, Florentino” gritado desde los cuatro costados por los aficionados blancos. La chequera poderosa, con fondos de los principales bancos que apuestas por el rédito, hizo el milagro. Tanto, que ya se habían vendido dos mil camisetas de Kaká aún cuando no tenía asignado el número ocho con el que jugará esta temporada.Jorge Valdano, el nuevo-viejo director deportivo del Real Madrid, lo sintetizó con facilidad cuando se le consultó por las críticas a los tremendos gastos en fichajes, de cerca de 300 millones de euros: “es que somos el club más rico del mundo, y necesitamos fichar lo mejor”.La industria del fútbol español ya se relame pensando en un duelo Real Madrid-Barcelona o en una final de Champions League con el equipo blanco, aprovechando que este año el partido decisivo de Europa debe jugarse en el Santiago Bernabeu.

1 comentario:

Román dijo...

Es curioso el despilfarro de los clubes (en este caso, Real Madrid) y cómo los bancos sostienen semejante despropósito de derrochar millones a distra y siniestra por jugadores de fútbol.
También resulta por lo menos extraña la locura que desatan algunos hinchas merengues en la compra de camisetas y demás adminículos deportivos cuando todavía esos futbolistas no jugaron "por los puntos" en el nuevo club. No hay ídolos de antemano (o del mercado), sino que se construyen a partir de una sólida trayectoria defendiendo los colores de un equipo.