Como suele pasar en muchos órdenes, no sólo el del fútbol, el "progresismo", -algo así como un grupo de gente influyente que planta primero que nadie una bandera diciendo que ella representa "la izquierda" y por lo tanto todo aquel que no piensa así corre el riesgo de ser tildado como opuesto, o directamente marginado- intenta imponer al contexto en el que se mueve, un criterio sobre "buenos y malos". En el caso del seleccionado argentino, la situación no es muy distinta. Leyendo hoy uno de los diarios deportivos españoles, el "As", descubrimos que Carlos Bilardo le está queriendo mover el piso a Diego Maradona y la idea que se desprende como hilo conductor del artículo es que eso es lo importante y no que Maradona, el mejor jugador de todos los tiempos, sea incapaz de manejar una situación como ésta, y que en un año haya destruído la base mínima de equipo que lo preexistía, aún jugando muchas veces mal, y otras muy mal, con Alfio Basile. Nos consta que quien redactó el artículo, Tomás Guasch, es un sólido e inteligente periodista con un gran sentido del humor, pero también nos mueve a pensar que por los contactos que suele tener Guasch en la Argentina, este artículo huele a influencias de los "falsos progres" albicelestes del medio periodístico que ya conocemos más que bien.
El movimiento de pinzas de los últimos tiempos es claro: si Maradona es un intocable, por los logros conseguidos como jugador, y por la magia que siempre inspiró desde su personalidad (y encima ligado a gobernantes de izquierda), y con la posible necesidad de buscar "malos" ante una crisis futbolera que ya existe pero que en una semana podría ser mucho peor (desde ir a un repechaje para el Mundial, o directamente quedar eliminados, como sextos de grupo), y hasta por cercanías a los simpáticos K, la cuestión no parece muy difícil: esos "malos" son Grondona (en esto hay unanimidad, así que no habría ningún inconveniente) y Bilardo, siempre parado del lado opuesto al progresismo, desde los tiempos de la división entre menottistas y bilardistas, y por pregonar un "fútbol de derechas".
Por esta misma razón, la edición local de la revista "Newsweek", también editada por gente K (la misma que edita el diario gratuito "El argentino"), se pregunta en su tapa si los argentinos quieren que pierda el seleccionado, como una manera de generar un derrotismo en el afuera, y no analizar las causas reales y futbolísticas por las que el equipo argentino está tan mal, a tan poco de una definición crucial como ir o no al Mundial 2010 (http://www.elargentino.com/nota-60932-Por-que-deseamos-perder.html).
Aclaremos: Todos sabemos, a esta altura, los vaivenes de Bilardo, sus ansiedades, su extraño regreso al regazo de Grondona luego de haberse distanciado, y su postura táctica. No vamos a descubrir nada ahora. Pero por la distancia que Maradona le impuso desde que asumió como técnico hasta hoy, la influencia futbolística de Bilardo en el juego del equipo es nula, o casi nula. Bilardo acompañó desde lejos, intentó sugerir, se dice que fue cierto que intentó entregar a algunos medios una lista de jugadores del campeonato local para ser convocados para el partido amistoso frente a Ghana en Córdoba, mientras Maradona estaba en Italia, y que al regresar al país, desautorizó ("aquí, el único que toma decisiones soy yo, y tengo contrato hasta 2011"). Bilardo ni siquiera se sienta a comer a la misma mesa de los jugadores ni del cuerpo técnico, y no tiene incidencia en los planteos tácticos ni en convocatorias. ¿Entonces? Más allá de intentos o no de desestabilización de unos a otros, ¿qué tiene que ver todo eso, con el sistema de juego del seleccionado y de sus magros resultados, y de las idas y vueltas del técnico, que arma un equipo con muchos jugadores nuevos cuando se está jugando el pase a un Mundial?, ¿qué tiene que ver Bilardo, con que Maradona se encapriche y no llame a ningún otro lateral derecho, tal vez por su enojo por el affaire Zabaleta-Manchester City?, ¿qué tiene que ver Bilardo, con que Maradona haya dicho hace pocos meses que "ya" tenía a casi todos los que iban a jugar el Mundial, y ahora de ellos, no queda ni la mitad y todo parece comenzar de nuevo? No parece que tuviera nada que ver.
Lo que ocurre entre Maradona y Bilardo, como también entre Maradona y Sergio Batista, técnico de los juveniles a quien mantiene a distancia, o entre Maradona y Gonzalo Higuaín, a quien jamás convocó pese a su ecelente actuación en el Real Madrid y que ahora aparece incluso peleando la titularidad aMartín Palermo aunque en todas las encuestas gane el jugador de Boca Juniors, no tiene que ver con el juego, sino con un desmanejo absoluto de cuestiones básicas, que el periodismo "progre", entremezclado con otro chupamedias que mira al "diez" con devoción, trata de soslayar.
Es el mismo periodismo que nada dice sobre que habiendo jugadores como Paulo Ferrari, Hugo Ibarra y hasta Adrián González (ex San Lorenzo, ahora en Brasil), no se convoque a ningún lateral derecho y en ensaye allí con Jonás Gutiérrez. O que ahora tenga que jugar Higuaín por imposición dirigencial, o que Carlos Tévez sea castigado por haber jugado con el Manchester City, o que Javier Zanetti haya pasado de ser "un hombre" a estar de paseo por el país sin ser convocado y que no haya un lateral derecho.
Los "progres" lo ven venir y abren el paraguas. Maradona, siempre a salvo. Hay que buscar un malo desde adentro del seleccionado y con Grondona no alcanza. Nunca mejor puesto allí el muñeco de Bilardo, un malo de siempre, para dar en el blanco.
Por eso también por estos días, desde alguna radio se habla de los "traidores" contra los que Maradona tendría que luchar en su propio entorno, o que de toda la gente que le rodea, salvo su amigo y ayudante Alejandro Mancuso, nadie es "confiable".
Los que leen asiduamente este blog o conocen mis opiniones desde hace casi tres décadas en el periodismo, saben lo que pienso de Bilardo y su influencia en la decadencia del fútbol argentino. Es más: lo sabe (y lo hemos conversado infinidad de veces y en muchas ciudades) el propio Bilardo. Pero al pan, pan. Y al vino, vino. Y si el seleccionado argentino fracasa, los dos máximos responsables serán Maradona, como director técnico, y Grondona, como presidente de la AFA, por haberlo designado en el cargo. Lo demás, cháchara para desviar la culpa hacia quien tiene, en este caso, una mínima incidencia.
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