“El fútbol se emparejó”, es una frase que en estos últimos años se ha escuchado mucho, aunque siempre por medio de los mismos protagonistas, aquellos que por esta razón que parece científica aunque jamás probada, toman precauciones defensivas en sus equipos y cada vez llevan al fútbol a que se juegue con menos atacantes y más volantes y defensores, y si tomamos en cuenta el resultado final de los grupos eliminatorios en Europa y Sudamérica, otra vez nos encontraremos con pocas sorpresas y que están relacionadas mucho más con crisis momentáneas que con cambios fundamentales.
Tal vez de los asuntos más llamativos de estas eliminatorias que entran ahora en la fase de las repescas para definir las últimas plazas para el próximo Mundial de Sudáfrica, podamos contar en Sudamérica con la gran producción de Chile, que obtiene un histórico segundo puesto detrás de Brasil en un grupo de diez equipos que se definió por el sistema de “todos contra todos” en dos ruedas, totalizando dieciocho jornadas, y que quedó por delante de equipos históricos como Paraguay, Argentina y Uruguay, dejando completamente afuera del Mundial a Ecuador, animador de los últimos dos certámenes.
Chile, que volverá a la cita mundialista luego de la muy buena experiencia en Francia 1998 con la delantera compuesta por Marcelo Salas e Iván Zamorano, cuenta ahora con una generación de muy buenos jugadores, como el goleador Humberto Suazo, el asistente Matías Fernández, y el delantero Alexis Sánchez, junto a la experiencia de un plantel que tiene muchos de sus componentes en equipos europeos o mexicanos, pero si hubo un factor fundamental fue su ordenamiento institucional y la acertadísima contratación de un entrenador serio y conocedor del fútbol como el argentino Marcelo Bielsa, que se ha transformado en un modelo de conducta en el país.
Brasil ha logrado una clasificación cómoda esta vez, al igual que el equipo paraguayo, que guiado por otro argentino, Gerardo Martino (de la misma escuela que Bielsa), mientras que la contratara ha sido el seleccionado argentino, que ha sufrido demasiado para lograr el pase al Mundial en el último partido en Montevideo ante Uruguay, en el que los dos llegaban con chances, aunque ahora los celestes deberán jugar una repesca ante Costa Rica, proveniente del grupo centroamericano, para quedarse con la quinta plaza del continente.
Argentina, primero con Alfio Basile como entrenador, y luego con Diego Maradona, se desbarrancó y nunca encontró el rumbo hasta llegar a una situación angustiosa, con permanentes cambios de jugadores aunque con las estrellas que posee, es difícil predecir que no le irá bien en el Mundial.
Por el lado de la Concacaf, han sido esperables .las clasificaciones de Estados Unidos y México, dominadores de la región y sólo Honduras ha dado cierta sorpresa, aunque todo siempre dentro de la lógica.
Por el lado de los grupos europeos, tampoco puede hablarse de muchas sorpresas, continuando con la idea de que en el fútbol sigue habiendo potencias y equipos de segunda o tercera línea, y así es que España, con todos los puntos ganados en una eliminatoria histórica, ha ratificado su excelente momento con una supremacía total, mientras que también han logrado su pase, como se esperaba, la Inglaterra de Fabio Capello, Alemania, aunque en dura lucha con la creciente Rusia de Guus Hiddink (que de todos modos jugará la repesca), Italia, con el regreso de Marcello Lippi como entrenador, Holanda, y en todo caso, han tenido más disputa en sus grupos, Dinamarca, que debió enfrentarse a la Portugal de Cristiano Ronaldo, Serbia, que ha debido tener de rival nada menos que a Francia, y Eslovaquia, que ha dejado en el camino a la República Checa.
De los equipos eliminados entre los poderosos, por el momento sólo puede citarse a Suecia, que no ha tenido suerte con el grupo que le tocó, y que nos privará de ver a la estrella del Barcelona, Zlatan Ibrahimovic, en el Mundial, y por otra parte, precisamente a los checos, que han perdido fuerza desde el retiro de Pavel Nedved.
El resto de los equipos importantes, o se han clasificado directamente o deben jugar la repesca con muy pocas sorpresas, aunque cabe aclarar que en el futuro, la FIFA deberá revisar la forma de disputa de los grupos clasificatorios europeos y la distribución de los equipos en cuanto a cabezas de serie y los requisitos para ocupar ese lugar, debido a las desigualdades que se han generado.
No es lo mismo un grupo con una potencia, Alemania, y otra en ascenso, Rusia, que uno en el que han tenido que disputarse dos lugares daneses, suecos y portugueses, y que en otro grupo no haya ningún equipo de ese nivel, como el compuesto por los checos, eslovacos y eslovenos. Parece la balanza demasiado inclinada hacia un lado, y poco hacia el otro, y este tema ya apareció incluso en las últimas composiciones de grupos en los mundiales.
En cuanto al continente africano, tampoco parece haber muchas sorpresas. La única fuerte, hasta el momento, es la del bicampeón continental, Egipto, que está perdiendo su plaza a manos de Argelia, pero en el resto de los casos, Camerún y Túnez están consiguiendo el pasaje al Mundial, mientras que Ghana y Costa de Marfil ya han ingresado, sumándose todos al local, Sudáfrica.
Tomando en cuenta todos los casos, y sumados a los del continente asiático, en el que apenas los coreanos del norte han dado la sorpresa, puede decirse que aquello de que el fútbol se emparejó, parece seguir siendo apenas una ilusión para justificar tácticas defensivas por un supuesto e incomprobable temor a los adversarios.
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