Mientras hablamos de Maradona

Mientras el periodismo argentino sigue debatiendo si "Maradona sí" o "Maradona no", y cuando todos se creen en condiciones de opinar (si hasta hay quien se hizo llamar "maradonólogo" y puede comparar, desde su título de sociólogo "Pitman", a un cientista social como Juan José Sebrelli con Marcelo Tinelli) en esta Argentina del "todo vale", y mientras algún columnista trasnochado, cree que el mundo comenzó cuando nació y nos da clases éticas sobre cómo comportarnos en una conferencia de prensa del entrenador del seleccionado argentino, en los estamentos políticos y futbolísticos siguen pasando cosas. Otras cosas que parecen bastante más graves, y que exceden en mucho aquel episodio del insulto del técnico a un periodista de la TV de lo que ya dimos cuenta y opinión en este mismo blog.
Ya nos decía el recordado José María Suárez, "Walter Clos", el maestro del periodismo que escribiera notables artículos en la gran revista Hum(R), que el fútbol de los fines de semana "es para los giles" porque el verdadero partido "·se juega en la semana", y nunca como ahora, esa frase tiene vigencia.
Algo así como una eterna maniobra de distracción: mientras Maradona insulta y su frase recorre el mundo, se inscribe en camisetas y es motivo de debate nacional, por ejemplo, la AFA, en un escueto informe, rebela que de buenas a primeras, se ha roto el contrato con la empresa Gulgoing INC, con sede en Islas Vírgenes y subsidiaria de la rusa Recova, por 18 millones de dólares para la organización de 24 partidos amistosos de la selección argentina, que ahora volverá a manos de World Eleven, la empresa del agente internacional Guillermo Toffoni.
Lo que la AFA no dice (ni falta que hace) es que esta decisión tomada por Igor Raulevich Akhenerov y Viktor Feliskovich Vekselberg, responsables visibles de Renova, se produjo justamente a pocas horas de que el equipo argentino tuviera que definir su pase al Mundial. Esto es lo mismo que decir que Renova poco creyó en la suerte del equipo argentino (y de Maradona) y pensó que aquella inversión de dinero no redituaría lo suficiente con un equipo que seguramente se quedaría fuera del Mundial. O tal vez, que alguien muy encumbrado quiere sumar disconformidades del mundo del marketing que rodea al seleccionado argentino para que su técnico, cansado de tantos vaivenes, se vaya por fin.
Al fin de cuentas, el acuerdo con Renova había sido presentado por la AFA con bombos y platillos en 2006, cuando dijimos que no nos parecía que lo que cobraba como cachet por partido el equipo argentino fuese demasiado, y cuando se supo también que Renova exigía, de una misteriosa lista de jugadores considerados "estrellas", que por partido, el seleccionado argentino debía presentar una cantidad de ellos en forma obligada. Esto, a su vez, habría sido uno de los motivos fundamentales por los que José Pekerman había tomado la decisión de no continuar como seleccionador pasara lo que pasara en el Mundial de Alemania 2006.
Mientras gran parte del periodismo argentino debate si Maradona hizo bien o mal en insultar a un periodista de la TV, se produjo otra muerte por violencia organizada de barras bravas en Rosario cuando tras una agonía de deciseis días, fallecía Pablo Gómez, de 29 años, herido en Ovidio Lagos y Pasaje Monroe, a 500 metros del estadio de Newells Old Boys, cuando un individuo bajó de una moto y lo baleó supuestamente por no querer regresar al grupo violento que comandan los hermanos Camino, ingresando en el nuevo sistema de ajuste de cuentas que ya forma parte del fenómeno del fútbol y que viene estudiando y sistematizando el Departamento de Sociología de Salvemos al Fútbol, cuando esta función la debería cumplir un Estado siempre ausente.
También mientras el conspicuo periodismo deportivo argentino, desde ilustres páginas, se preocupa sobre si algunos colegas debieron abandonar la conferencia de prensa de Maradona en Montevideo en repudio por sus insultos, sin entender que tampoco lo hicieron los colegas de medios como "The Guardian" (Inglaterra), "As" (España), "Marca" (España), o "L'Equipe" (Francia) y tampoco las agencias internacionales (¿es decir que todo el mundo está equivocado y son todos chupamedias del diez?), en la Argentina, con el fútbol, ocurre que el prestigioso abogado Ricardo Monner Sans presenta ante la Cámara Federal de la Capital Federal un pedido de investigación "por fraude patrimonial", que recae en el juzgado de María Servini de Cubría, acerca de lo ocurrido con el vuelo AR 1204 de Aerolíneas Argentinas, que sólo llevó a Montevideo 41 de los 140 pasajeros que tiene como capacidad la nave, cuyo traslado a la capital uruguaya costó 6500 dólares y que casualmente transportaba a algunos personajes cercanos al Gobierno pero también a la AFA, entre ellos, Genaro Aversa (yerno y a su vez socio del presidente de la AFA, Julio Grondona), el dirigente de la Conmebol y mano derecha de Grondona, Eduardo Deluca, y el presidente de Sportivo Italiano, y ligado desde la AFA al departamento de Selecciones Nacionales, Salvador D' Antonio. Pero también, entre ellos, viajaba Andrés "Cuervo" Larroque, designado a posteriori director de una dependencia de la Jefatura de Gabinete acargo de Aníbal Fernández, el entronque con la AFA para quedarse con el fútbol estatal, a partir de su larga amistad con el secretario general del organismo del fútbol, José Luis Meiszner en sus tiempos de Quilmes, el primero como intendente y el segundo, como dirigente del club sureño.
Precisamente el hijo de José Luis Meiszner, Andrés Matías, es el titular del registro Nacional de Armas (Renar), cuando este organismo depende de la Jefatura de Gabinete, o sea de Aníbal Fernández, y cuando anteriormente dependía del Ministerio de Justicia y Seguridad, a cargo de Julio Alak, que antes de este cargo había sido...gerente general de Aerolíneas Argentinas. Es decir que todo se entronca con todo, y todo tiene que ver con todo.
Mientras estas pequeñeces ocurren, el ilustrado periodismo deportivo argentino, que se limpiaba los mocos en tiempos en los que Walter Clos se dedicaba a estas "pequeñas cosas", opta por juzgar a sus colegas y mezclar a todos en la misma bolsa, como si todo fuera lo mismo. Tal vez así lo cree, imbuido del periodismo chabón, de frases hechas e ideas cortas de estos últimos tiempos. Mientras, todo sigue pasando.