lunes, 13 de julio de 2015

¿Qué le puede aportar Tévez a Boca?



Carlos Tévez llega a Boca Juniors en el momento exacto del equipo. Cuando se reencontró con la punta, luego de un flojo final de la primera parte del torneo, antes del receso, aunque los últimos puntos le habían venido bien para acercarse a San Lorenzo y quedar en una posición expectante con la que encarar esta segunda etapa con otro ánimo, despojado ya del asunto de la Copa Libertadores con la peor eliminación posible.

Pero para borrar justamente esa eliminación, y cuando River Plate sigue en carrera y nada menos que en semifinales es que justamente esta comisión directiva de Boca sacó uno de los últimos (si acaso el último) conejo de la galera con la contratación de Tévez un año antes de lo previsto y contra toda lógica.

Aunque buena parte de la prensa se tragó el caramelito del show de la contratación de Tévez, lo cierto es que el Apache llega un año antes de terminar su contrato con la Juventus y eso no fue gratis, cuando sí debió serlo para Boca, si podía esperar, como correspondía, un año más, porque quedaba libre el 30 de junio de 2016 y llegaba con el pase gratis.

Pero la urgencia electoral del presidente de Boca, Daniel Angelici y la de toda su comisión directiva, que ven que todo se puede caer inesperadamente a fin de año (además, con competidores que llegan con mucho apoyo político y económico) terminó de apresurar el pase y al club ni siquiera le importó tener que pagar (o a través del sponsor de indumentaria) una cifra importante y ceder a un chico con un gran futuro como Guido Vadalá, todo para acelerar los tiempos.

Más allá de eso, lo que Tévez puede aportar a Boca, futbolísticamente, es innegable.  Porque aunque cuenta con muy buenos jugadores en todos los puestos, su director técnico, Rodolfo Arruabarrena, no acierta en conseguir un buen funcionamiento del medio hacia adelante.

No hay creatividad, son escasos los momentos de un juego con alguna estética, y se privilegia el correr sobre el juego. Arruabarrena insiste en darle prioridad a jugadores de sacrificio como Marcelo Meli y no le importa si pàra eso debe quitar un delantero, sumado a que sigue creyendo, cuando los hechos demuestran lo contrario, que Jonathan Calleri no es un nueve de área sino un aceptable segunda punta, para ir al roce con los defensores rivales y jugar para un nueve goleador.

Tal vez por eso, si Tévez juega como nueve, una posición que en principio le asignó el director técnico de la selección argentina, Gerardo Martino, en esta etapa, Calleri bien podría ser un buen apoyo, pero siempre que también haya, como mínimo, un extremo como Sebastián Palacios y en lo posible, otro del otro lado.

Arruabarrena opta en este tiempo por un sistema 4-4-2, con un cinco como Fernando Gago que inicie la jugada, un batallador como Marcelo Meli y dos que puedan alternar en la creación como Nicolás Lodeiro y Pablo Pérez, pero al dejar en una punta a Palacios y siendo Calleri un atacante del perímetro del área hacia afuera, pierde capacidad de gol, sumado a que cada vez que llega a una diferencia, prefiere renunciar al juego y dedicarse a conservar el resultado.

Por eso, el aporte de Tévez puede ser fundamental por tratarse de un jugador que se auto-genera las jugadas, que puede recibir de espaldas al arco rival y que puede ser un nueve aunque no lo es originalmente y si se retrasa en el campo podría chocar con Calleri o bien alternar con éste en las posiciones de diez y nueve, como hace una década ocurría con el brasileño Iarley.

Si Tévez funcionó en la Juventus es porque los roles estaban definidos y allí tenía por delante siempre un nueve de referencia como Fernando Llorente primero, o Alvaro Morata después.

En Boca, Tévez deberá adaptarse a un sistema que por ahora es rústico pese a la calidad de jugadores que tiene, y su peso específico, en un torneo mediocre y con escasas figuras, puede ser determinante, pero necesitará, seguro, de una buena compañía.



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