miércoles, 1 de julio de 2015

Chile y Argentina, los dos mejores, en la final (Yahoo)



DESDE SANTIAGO DE CHILE


Se hizo justicia. Los dos mejores equipos de la Copa América, Chile y Argentina, se enfrentarán el próximo sábado en el Estadio Nacional de Santiago, y uno de los dos será el campeón de América y a su vez, será el representante de la Conmebol en la Copa Confederaciones de 2017 en Rusia.

Y es justo porque fueron las dos selecciones que siempre intentaron ganar sus partidos, que buscaron atacar, que tuvieron la mayor parte del tiempo la pelota en su poder. Tal vez con mayor regularidad la chilena que la argentina, que pasó por distintas etapas en las que tuvo más o menos eficacia.

Tal vez la diferencia entre las dos es que Chile tuvo un grupo inicial muy accesible. Compartió el Grupo A contra tres equipos bastante débiles como Ecuador, Bolivia y México, que no llegó con su mejor plantel, porque en pocos días apunta a ganar la Copa de Oro de la Concacaf en la que tiene chances de ir a la Copa Confederaciones como representante de Norte y Centroamérica.

Entonces, Chile tuvo tiempo de armarse, de ir subiendo en la escala, de ir encontrando su propio juego, aunque no hayan lucido tanto dos de sus estrellas de quienes más se esperaba como Arturo Vidal y Alexis Sánchez, muy desgastados por una muy fuerte temporada europea con sus clubes.

En cambio, sí pudo tener como su parte más decisiva a la línea de los volantes creativos, con un muy buen Charles Aránguiz y especialmente de Jorge Valdivia, un exponente del clásico armador de juego que se está perdiendo en el fútbol moderno.

Valdivia había tenido un enfrentamiento con el entrenador del equipo, Jorge Sampaoli, durante los meses previos al Mundial de Brasil, pero ahora fue incluido para la Copa América y resultó tan fundamental que hasta los días previos a la final, ha sido el mejor jugador del torneo y de sus pies salen casi todos los pases en profundidad.

De todos modos, Chile ataca por muchos lados, y eso a veces le juega en contra porque le hacen goles de contragolpe o bien, con centros aéreos porque tiene una defensa muy baja y le cuesta mucho marcar a jugadores muy altos en los cabezazos.

Además, la selección chilena atravesó momentos muy duros, complicados como grupo, como cuando en el primer día libre, Vidal atropelló a una persona con su coche, no lo ayudó y cuando fue detenido por la Policía, se resistió a ser detenido generando un debate nacional sobre si había  que excluirlo del equipo o perdonarlo.

Cuando terminó ese debate, llegó el durísimo partido con Uruguay por los cuartos de final y allí se produjo el episodio del defensor Gonzalo Jara, que provocó a Edinson Cavani hasta hacerlo expulsar, y acabó suspendido y marginado del torneo.

En cambio, Argentina tuvo un Grupo B mucho más complicado y con dos equipos de tradición como Paraguay y Uruguay, además de la débil Jamaica.

En el primer partido, el equipo de Gerardo Martino había conseguido muy pronto lo más difícil: marcar goles ante una defensa que se cierra como si fuera italiana pero ya en la primera parte, Argentina ganaba 2-0 y todo indicaba que se encaminaba a una goleada, pero al revés de lo imaginado, el equipo se durmió, y el descuento le sirvió a Paraguay, dirigido por Ramón Díaz,  para terminar empatando. Casi una hazaña
A Argentina le costó mucho también vencer a Uruguay, que lo amenazó con sus jugadores altos y los centros aéreos, y cuando se pensaba en una goleada a Jamaica, los de Messi y Mascherano se conformaron con un muy pobre 1-0.

Argentina dominó todos los partidos, incluso el de cuartos ante la siempre difícil Colombia, que no hizo una buena Copa y se fue con apenas un gol y convertido por un defensor, Jeison Murillo, algo extraño para un equipo con Radamel Falcao, Jackson Martínez, Carlos Bacca y Teo Gutiérrez, pero aún así, se las rebuscaron para aguantar los noventa minutos y apenas perder por penales en una definición para el infarto.

Hasta semifinales, Argentina amagaba mucho, se notaba que tenía muy buenos jugadores y gran predisposición por tener la pelota y atacar pero no llegaba al arco rival con el peligro necesario hasta que vino la semifinal con Paraguay, Messi y Pastore se encontraron por fin y llegó la tan esperada goleada de 6-1 para aventar todas las dudas.

Y ahora llega el momento de la verdad para los dos. Chile nunca ganó una Copa y entiende que es “ahora o nunca” con una generación dorada y de local, sabiendo que si se escapa esta vez, pasará mucho tiempo para que coincidan jugadores tan talentosos y ser local.

Para Argentina, es también la chance de ganar por fin un título con la selección absoluta, algo que se le niega desde la Copa América de Ecuador 1993, con otros jugadores como Gabriel Batistuta, Oscar Ruggeri, Diego Simeone o Claudio Caniggia.

Para Messi, también es una gran oportunidad de levantar una Copa con la selección argentina, cuando tiene tantos títulos con el Barcelona, además de que esto lo proyectaría a ganar definitivamente el Balón de Oro como mejor futbolista del año 2015.

Por todo esto, la de Chile y Argentina, que además tienen desde siempre una rivalidad vecinal, es la final que todos esperaban y que ya este sábado, determinará quién es el mejor de América.


1 comentario:

Unknown dijo...

Así la Copa se hubiese jugado en otro país, Argentina y Chile era igualmente la final lógica. Hoy son los dos mejores, como lo demuestra el hecho de que la Roja pudo y mereció eliminar a Brasilinho en el mundial 14. A propósito, los seis goles albicelestes podría habérselos comido la verdeamarelha.