Luis Antonio
“Yiyo” Carniglia (1917-2001) había nacido en Olivos y como jugador, había
descollado en Boca Juniors, aunque también recaló en Tigre, Chacarita Juniors y
el Atlas de Guadalajara cuando decidió terminar su carrera en Europa jugando en
Francia en el Sporting Toulon y en el Olympique de Niza hasta que se retiró en
1955, pero los dirigentes le pidieron continuar como entrenador y lo hizo por
dos temporadas más.
En la temporada
1955/56 ganó la Liga Francesa en su primera experiencia como entrenador tras 22
años consecutivos jugando al fútbol y eso llamó la atención del Real Madrid,
que ya había ganado dos Copas de Europa y contaba con un plantel lujoso, nada
menos que con Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskas, Francisco Gento y Raymond
Kopa, entre otros. Era una oferta imposible de rechazar y más, para un DT
joven, con apenas dos años de experiencia en el banco.
Y otra vez,
igual que con el Olympique de Niza, Carniglia llegó a Madrid en la temporada
1957/58 y en su primer año, no sólo ganó la Liga Española sino que repitió la
Copa de Campeones de Europa (hoy Champions League) en los dos años siguientes,
para que el club ganara la Tercera y la Cuarta, con el brillo de “La Saeta
Rubia” de la Argentina, Di Stéfano, que ya lo conocía del fútbol criollo.
Algunos lo
catalogaban de fastidioso porque acostumbraba a solucionar muchos de los
problemas con cuatro gritos. “Me acusaron de tener mal carácter, y no es
cierto. Lo que yo tengo es carácter. Digo lo que siento y lo que pienso.
Entonces, digo verdades. Si veo algo que no funciona, lo digo. Exijo trabajo y
disciplina. Si me callara la boca o mirase para otro lado cuando algo anda mal,
para evitar choques, entonces no tendría carácter. Ni bueno ni malo”, explicó
en una oportunidad.
Carniglia se fue
en febrero de 1959, volvió en abril, pero no terminó la temporada y fue
reemplazado por Manuel Fleitas.
Las malas
lenguas dicen que fue despedido por el entonces presidente del club, Santiago,
Bernabeu por no querer alinear a Puskas frente al Reims en la final de
Stuttgart del 3 de julio de 1959, que el Madrid ganó 2-0 con goles de Di
Stéfano y Mateos. Un antes, el 28 de mayo1958, el Real Madrid ganó la tercera
copa de Europa frente al Milan.
Para Carniglia,
había sido fundamental el tándem con otro ex capitán del Real Madrid en sus
tiempos de jugador, Juan Antonio Ipiña, que conocía a la perfección la
filosofía del club.
Tras su paso por
el Real Madrid, Carniglia siguió dirigiendo equipos europeos y de hecho pasó
por diez diferentes, aunque se destaca un nuevo título continental ganado por
el Milan en 1963, si bien en la Copa Intercontinental debió enfrentar y padecer
al Santos de Pelé.
En 1981, un
renovado Boca Juniors tras décadas de Alberto J. Armando en la presidencia,
reemplazado por Martín Benito Noel, y con las contrataciones de Diego Maradona
y Miguel Brindisi, entre otros, le ofreció la dirección técnica pero prefirió
ser manager general del club y proponer para el banco a Silvio Marzolini, con
el que ganó el torneo.
También había
dirigido en la Argentina a San Lorenzo de Almagro (1973) y Vélez Sársfield
(1974) antes de regresar a Europa.
Si Alfredo Di
Stéfano (1926-2014) brilló en los años Cincuenta y principios de los Sesenta
como jugador del Real Madrid, luego tuvo dos oportunidades para ser su director
técnico. En total fueron 812 días ocupando ese cargo, primero entre 1982 y
1984, y luego, de noviembre de 1990 a marzo de 1991 aunque sólo ganó una
Supercopa de España (1990) al Barcelona.
A Di Stéfano le
tocaron tiempos difíciles en el Real Madrid. Venía de ganar el Nacional 1981
con el River de Mario Kempes (también había ganado el Nacional 1969 con Boca) y
coincidió con el auge de los equipos vascos, cuando Javier Clemente descollaba
en el Athletic de Bilbao, y Diego Maradona llegó al Barcelona, que dirigía
César Luis Menotti, tras el Mundial de España 1982.
En la temporada
1982-83, su primera como DT, el equipo tenía un plantel competitivo y no
parecía haber ningún inconveniente, aunque asomaba el Real Castilla, como
entonces se llamaba al Real Madrid B, que llenaba los estadios (llegaron a
asistir sesenta mil personas) con un show de espectáculo y goles de sus jóvenes
atacantes Miguel Pardeza, Martín Vázquez, Emilio Butragueño y Miguel González
(Michel), así como el defensor Manuel Sanchís, hijo de quien ganara la sexta
Copa de Europa en 1966. Iba primero en su torneo y avanzaba sin problemas en la
Copa del Rey, dirigido por otro ex crack del club, Amancio Amaro.
Fue así que Di
Stéfano se decidió a subir a la Primera a casi todos los chicos de esa
generación, que al poco tiempo bautizó el gran periodista español Julio César
Iglesias como “La Quinta del Buitre” (la generación del Buitre), aunque esto le
costó caro en la relación entre los ya consolidados en la Primera (Juanito,
Santillana, Camacho, Chendo –actual delegado de campo de juego-, el holandés
John Metgod, el arquero Miguel Angel, Vicente Del Bosque o el líbero alemán Uli
Stielike.
El plantel llegó
a tener 28 jugadores en la segunda temporada y esa discordia en el plantel
generó un desgaste tal que provocó la salida de Di Stéfano al final de la
temporada, , pero dejó el germen y entre 1986 y 1990, ya con el agregado del
argentino Jorge Valdano y del mexicano Hugo Sánchez ganaría cinco ligas
consecutivas y la Copa UEFA 1984-85 aunque no la Copa de Europa.
En la temporada
1990/ 91, Di Stéfano volvió a ser convocado aunque por pocos partidos, desde la
fecha 12 a la 26, reemplazando a John Benjamin Toshack pero no obtuvo buenos resultados y fue
sustituido por Ramón Moreno Grosso, de manera interina, hasta que asumió el
serbio Radomir Antic. En ese tiempo, el plantel del Real Madrid contaba con el
arquero Buyo y a Julen Lopetegui, el recientemente destituido DT, como
suplente, defensores como Sanchís, Hierro, o Spasic, el rumano Hagi en la
creación, Hugo Sánchez, Tendillo, Gordillo, el volante central Luis Milla, y el
argentino Juan Esnaider.
Si Di Stéfano se
atrevió a ir desplazando a los jugadores de mayor experiencia para jugarse con
los más jóvenes, entre ellos Butragueño, cinco años más tarde de su última
salida como DT blanco, llegó al cargo en 1995/96 su compatriota Jorge Valdano
(1955), quien reunía todas las
condiciones: ex jugador del club, campeón mundial diez años atrás con la
selección argentina, y quien había realizado extraordinarias campañas con el
Tenerife, con el que, incluso, le había quitado nada menos que dos campeonatos
al Real Madrid en la última fecha, que fueron ganados por el Barcelona de
Cruyff, reinante en esos tiempos.
Ni bien llegó
como DT al Real Madrid, con Angel Cappa como ayudante y con Fernando Redondo
como volante, dio a conocer sus ambiciones: “Quiero arrebatarle al Barcelona la
bandera del buen gusto por el fútbol”. No parecía nada fácil, con un rival
cuatro veces seguidas campeón y dos veces finalista de la Copa de Europa, pero
a las pocas fechas, consiguió una impresionante goleada ante su máximo rival,
5-0 en el Santiago Bernabeu, con una tremenda actuación del chileno Iván
Zamorano (a quien primero Valdano comunicó que no tenía en sus planes y luego
rectificó), y con una gran actuación del danés Michael Laudrup, que provenía
del Barcelona pero al que Cruyff había decidido no renovarle contrato.
Con un Barcelona
en crisis, y ya eliminado por el Valencia en la Copa del Rey y por el Odense en
la Copa UEFA., el Real Madrid se dedicó a pleno a ganar una Liga Española que
se le negaba desde hacía cinco temporadas y acabo ganándola con una base de
jugadores compuesta por Quique Sánchez Flores, Luis Enrique, Laudrup, Redondo,
Zamorano, Cañizares, Alkorta, y un joven de 17 años que se destacaba en el
Castilla y que provenía de la cantera del Atlético Madrid, Raúl González.
Si Di Stéfano
subió a Butragueño al primer equipo para desplazar a los de la generación
anterior, poco más de una década más tarde era Valdano quien reemplazaba a
Butragueño por Raúl, en una osada medida que daría enormes resultados al Real
Madrid en el futuro.
Para la
temporada siguiente, la 1995/96, las expectativas subieron pero Valdano era
consciente de que el plantel necesitaba refuerzos, y se convenció tras caer
ante el “Super Depor”, como se le llamaba al gran Deportivo La Coruña de esos
tiempos (con los brasileños Donato, Mauro Silva y Bebeto) en la Supercopa de
España al inicio de la temporada.
El Real Madrid
incorporó a Dejan Petkovic, al colombiano Freddy Rincón y subió a la Primera a
un talentoso joven del Castilla, José María Gutiérrez “Guti”, mientras que el
argentino Juan Esnaider regresó tras dos aceptables temporadas en el Zaragoza,
pero la temporada fue muy mala en el año del doblete (Liga y Copa del Rey) del
Atlético Madrid de Radomir Antic, en el que jugaba Diego Simeone.
En 42 partidos
de Liga, el Real Madrid empató 10 y perdió 12, en medio de las turbulencias por
los rumores de salida de Luis Enrique hacia el Barcelona para la temporada
siguiente y por el cambio de autoridad en el club: Lorenzo Sanz llegó para
reemplazar al excéntrico Ramón Mendoza como presidente y fue entonces Sanz quien
cesó a Valdano en el cargo, siendo reemplazado interinamente por Del Bosque,
aunque terminó asumiendo Arsenio Iglesias, el ex DT del Deportivo.
En total, serían
646 días de Valdano en el banco del Real Madrid, aunque regresaría en 2000,
como director deportivo del club, al llegar a la presidencia blanca Florentino
Pérez, para darse el lujo de haber sido jugador, entrenador y dirigente del club.
Santiago Solari
(1976), que fue jugador blanco entre
2000 y 2005, llevaba cinco años dirigiendo distintas categorías de las
divisiones inferiores del Real Madrid (Cadete B, Cadete A, Juvenil B y Real
Madrid B) y cuando en 2016, el francés Zinedine Zidane se hizo cargo de la
dirección técnica del plantel profesional, ya se rumoreaba que podía
acompañarlo como ayudante, dada la muy buena relación entre ambos desde que
integraron aquel equipo de Vicente Del Bosque que ganó dos Ligas (2001 y 2003),
dos Supercopas de España (2001 y 2003), Supercopa de Europa, Champions League y
Copa Intercontinental (2002).
El presidente
del Real Madrid, Florentino Pérez, siempre tuvo gran consideración por Solari,ex
jugador de River y San Lorenzo, a quien cree cercano a Zidane en ideas y
filosofía de juego, y por su mesura y racionalidad en sus decisiones.
Profundo
admirador de Lionel Messi y nacido en la misma ciudad, Rosario, Solari tuvo la
oportunidad de analizar con profundidad el fútbol español e internacional desde
una columna que escribía habitualmente en el diario “El País” de España, que
abandonó cuando comenzó a trabajar en la cantera del Real Madrid.
Por el momento,
Solari asume como director técnico interino del plantel profesional del Real
Madrid, ante la temprana destitución de
Julen Lopetegui,y debutará mañana ante el Melilla por la Copa del Rey, pero los
buenos resultados podrían darle una proyección mayor.
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