El fútbol continúa siendo, más que nunca por estos días, una cuestión de Estado, que incluso ya da lugar a debates sobre lo que quiso decir la propia presidente, Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso del jueves pasado en el predio de la AFA en Ezeiza, acerca del secuestro de los goles, algo que ocurría hasta la temporada pasada, y durante dos décadas. Son días en los que el fútbol ocupa las primeras planas, con debates más o menos válidos, y cuando la mayoría se enrola en uno u otro sector aunque hay una única coincidencia casi general: Julio Grondona, y la dirigencia del fútbol, son insalvables y de poco servirá que ahora pasen a administrar 600 milones de pesos contra los 212 anteriores, en la estafa perpetrada por TSC, o los 268 prometidos por esta empresa.
Aún cuando ya comenzaron las transmisiones por TV abierta, por el momento entre Canal 7, América TV y Canal 9, y muy probablemente se sume Telefé desde la segunda fecha, hay todavía muchísimo por debatir y desde distintos ángulos.
Parece, por ejemplo, que desde los contenidos asistimos a una nueva era, con algunos periodistas que retornan a la pantalla (discutidos o no), otros nuevos que se suman (la transmisión de los dos primeros partidos fue correcta, mucho más sobria de lo que estábamos acostumbrados) y todo indica que por lógica, deberían desaparecer los increíbles programas de radio en TV, que emitían los domingos tanto TyC Sports como Fox Sports, que eran una especie de droga incitando a pagar la TV codificada.
Desde la llegada de la TV abierta a todo el país, muchas críticas al nuevo sistema se basan (como hoy Perfil.com) en que Canal 7 no llega a todo el país y sólo cubre el 60 por ciento del territorio, por lo que el anuncio de "TV para todos" se constituiría en una ilusión. Pero no es así y lo decíamos en artículos anteriores: se propende a que la TV sea para todos, y el propio titular del Comfer, Gabiel Marotto, ya anunció que para marzo de 2010, el nuevo sistema satelital de Canal 7 estará constuído en todo el país y todos podrán acceder a su señal, pero incluso con la nueva Ley de Radiodifusión (que se comenzaría a debatir este jueves) y el establecimiento del sistema TDT en la TV, se facilitaría aún más el acceso público al canal estatal ya que cambiarían las reglas de juego (y por ejemplo, se anularía la fusión entre Cablevisión y Multicanal).
Cabe agregar algo que no es un mero detalle: y es que si hay un 40 por ciento de los habitantes de la Argentina que no pueden acceder a Canal 7, esto se debe a que permanece la ley de la dictadura militar (que no derogó ningún gobierno democrático desde 1983), que impide al canal estatal tener repetidoras en lugares en los que hay canales privados.
Lo que parece claro es que comienza el fin de una etapa, en la que el Grupo Clarín usufructuaba dos tercios de los consumidores de TV por cable en todo el país, y que se daba la coincidencia en que el proveedor técnico pertenece a la misma empresa que el generador de contenidos, y que la distribución, algo único en el mundo. Y no sólo eso, sino que el canal de aire que tenía los derechos (el 13), secuestraba los goles y las imágenes de los partidos de primera división hasta que finalizara su programa "Fútbol de Primera", los domingos de 22 a 24.
Ahora, como corresponde a cualquier sistema democrático, "Fútbol de Primera" podrá seguir y deberá competir contra otros programas de aire o de cable, y se impondrá sólo si es mejor, si gusta más, y no ganará más premios Martín Fierro compitiendo contra sí mismo, ni negándonos la opinión de los que defienden otra ideade fútbol porque no consienten sus ideas.
En fin, el fútbol por TV abierta, pero con la posibilidad de ver goles e imágenes por cualquier vía. Hasta por internet. es decir, más democracia. Era hora, aunque falte mucho más.
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