sábado, 1 de agosto de 2009

El fútbol argentino, entre la TV, las apuestas y el Estado (Yahoo)

La temporada 2009/10 del fútbol argentino debe comenzar el próximo 14 de agosto pero esta fecha peligra: el sindicato de futbolistas ha reclamado al presidente de la federación nacional (AFA), Julio Grondona, que no permita que los clubes sigan contratando jugadores mientras deben mucho dinero a los de sus propios planteles y hasta a jugadores que ya han dejado sus instituciones.

Por primera vez, Grondona, también vicepresidente primero de la FIFA, ha aceptado la situación y determinó que la AFA no aceptará fichajes mientras la deuda de estos clubes exista, pero al mismo tiempo reclamó al Estado la implementación de un sistema de apuestas por Internet, que ya existe en muchos países, y a la TV por cable, que emite partidos por el sistema de Pay per View, un sustancial aumento en el pago de derechos.

Grondona insiste en solicitar una reunión con funcionarios del Estado argentino para que se permita la implementación de un sistema de apuestas online, que de momento está prohibido en la Argentina y que ya ha generado múltiples problemas en Brasil, donde hace tres años, su propio torneo Brasileirao, el más importante de ese país, debió retroceder once partidos por corrupción demostrada relacionada con las apuestas.

Lo que se reclama a Grondona desde los distintos estamentos del fútbol y algún sector de la prensa nacional es que el ingreso más importante en el que tiene que hacer hincapié el dirigente no es precisamente la implementación de un sistema de apuestas sino recuperar el botín de la fortuna que no llega a los clubes desde la televisión.

Recién desde esta temporada, la totalidad de los clubes del fútbol argentino recibirá 262 millones de pesos (unos 69 millones de dólares), cuando hasta la temporada pasada recibía 230 millones (60 millones de dólares) cuando ahora la propia empresa de TV por cable reconoce que posee 5.600.000 abonados a la TV por cable y de ellos, 800.000 abonados pagan el sistema PPV, con lo que se desprende que al menos hay un desfasaje anual de cien millones de dólares, lo cual indica que aproximadamente, con los distintos cambios de moneda, la deuda de una década podría trepar a la fortuna de mil millones de dólares a los clubes.

Hasta hace pocos días, la gran incógnita del sistema del fútbol televisado por cable o por el sistema PPV, en la Argentina, era saber cuántos abonados pagaban mensualmente, porque de ahí podía deducirse cuánto le correspondía al fútbol realmente. Por ejemplo, el propio Grondona sostuvo en la semana que pensaba que la cantidad de abonados era de 6.700.000 y reclamó un pago de 10 a 12 pesos (de los 106 mensuales que se pagan, sumados a los 32 del PPV, en algunos casos), aproximadamente entre el 10 y el 11 por ciento del total de la boleta mensual).

Las empresas reproductoras de imágenes por TV cable y la compañía que posee los derechos de TV del fútbol argentino hasta 2014, TRISA (Tele Red Imagen), negaban sistemáticamente el dato de la cantidad de abonados, y en cambio el pago a la AFA fue siempre de monto fijo pero los clubes y la AFA tienen la responsabilidad por haber aceptado no sólo esto sino que ni siquiera han licitado estos derechos en ninguna oportunidad desde que TRISA comprara esos derechos en 1986. Esta es una situación espuria que Grondona y la mayoría de los dirigentes de los clubes deberían aclarar.

Mientras tanto, pudiendo cobrar una fortuna que debe la TV, el fútbol argentino se sigue desangrando por no poder mantener a sus principales jugadores, que siguen emigrando a las plazas más preciadas del planeta, que pagan mucho mejor, a falta del dinero que no se encuentra en las arcas de las entidades locales.

En este receso de poco menos de dos meses, desde que finalizara la temporada pasada, se calcula que el fútbol argentino perdió unos cuarenta jugadores emigrados a equipos del exterior, lo que significa un diez por ciento del total de los jugadores, si tomamos como base un plantel de veinte jugadores como promedio de los veinte equipos de primera división, una sangría impresionante, que profundiza la posibilidad de que en la temporada 2009/10 se juegue prácticamente un campeonato sub-23 o plus-30 porque los jugadores de edad intermedia emigran irremediablemente.

Por otra parte, desde el Estado argentino se dice que los tiempos para la implementación de un sistema de apuestas online no son los mismos que los del fútbol y que es casi imposible hacerlo de aquí al 14 de agosto, cuando debería comenzar la temporada, aunque se muestra proclive a ayudar a que el fútbol no tarde en volver, necesitado como está de que un fenómeno tan fuerte en la Argentina genere que no se hable de otros temas más acuciantes.

En la Argentina ya existe un sistema de apuestas, los Pronósticos Deportivos (Prode) implementado en 1972, y que se basa en boletas con trece partidos por fin de semana que hay que acertar, aunque hace años que ha perdido lugar, suplantado por otras apuestas de Lotería, y cada vez llegó menos dinero a las arcas de los clubes.

Lo que sigue sin ser claro es, más allá de lo que podría cobrar el fútbol con la TV o las apuestas online, es qué se hizo con el dinero que sí entra con las transferencias de jugadores al exterior, la publicidad estática y en la indumentaria deportiva, la venta de entradas en los partidos, la va venta de abonos anuales y tantos recursos que va generando esta industria en expansión.


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