lunes, 14 de mayo de 2018

Casi todos contentos en España (Yahoo)


                         


Se termina la temporada en el fútbol español y mientras se abre el abanico de la esperanza con la selección nacional en su camino hacia el Mundial de Rusia, una sensación de optimismo envuelve a los principales equipos, a punto de entrar en sus vacaciones anuales.

De los tres que protagonizan habitualmente la lucha por el título de Liga, hay dos que aún tienen un último peldaño por saltar, y se trata de los dos equipos de la capital, el Real Madrid y el Atlético, porque deben jugar ambas finales de los torneos europeos.
En el caso de ganarlos, obviamente el sentimiento será de éxito total en la temporada, porque para la consideración general y desde lo estrictamente económico, ganar una copa continental de la UEFA es sinónimo de triunfo, pero si cayeran en la definición, ya no sería lo mismo para uno que para otro.

En el caso del Atlético Madrid, siempre ha dicho su entrenador, el argentino Diego Simeone, que el objetivo ha sido ser tercero por detrás de Real Madrid y Barcelona por una cuestión de presupuestos. Entonces, acaso lo más complicado para los rojiblancos en esta temporada podría pasar por aquella extraña eliminación de la Champions League en la fase de grupos, cuando no pudieron vencer al humilde Qarabag en ninguno de los dos partidos, lo que determinó que quedaran en la tabla de posiciones por detrás de la Roma y del Chelsea y los obligó a tener que jugar la Europoa League.

Sin embargo, el Atlético Madrid redobló los esfuerzos, se propuso otros objetivos para no perder la temporada, y terminó llegando a la final del torneo europeo en Lyon ante el Olympique de Marsella, y virtualmente, aunque quede una jornada, al subcampeonato de Liga por encima del Real Madrid.

En cambio, la situación no es para nada la misma en el Real Madrid, porque las expectativas del club blanco son inmensamente superiores, máxime luego de ganar dos Champions Leagues seguidas. El equipo de Zinedine Zidane, con un tremendo poder de fuego en ataque, sorprendió renunciando a la Liga demasiado pronto, y tampoco hizo pie en la Copa del Rey, de la que no fue protagonista.

Todo el peso de la temporada quedó entonces en la Champions, donde tampoco la fase de grupos fue demasiado buena y quedó en el segundo lugar detrás del Tottenham, aunque se repuso en octavos de final ante el PSG, sufrió inesperadamente en cuartos ante la Juventus luego de imponerse 0-3 en la ida, y padeció el juego del Bayern Munich, aunque ineficaz a la hora de marcar, con Keylor Navas como gran figura.
Es decir que en el caso del Real Madrid, perder la final de la Champions del 26 de mayo en Kiev ante el Liverpool significará perder la temporada con inciertas consecuencias para su futuro próximo, así como ganarla puede significar la gloria deportiva con tres “Orejonas” consecutivas, algo que no se consigue desde que el Bayern la ganó entre 1974 y 1976.

Por el lado del Barcelona, depende con el cristal con que se lo mire. Para algunos, el Doblete (Liga y Copa del Rey) implicó una gran campaña aunque el invicto se haya perdido con el increíble 5-4 ante el levante, pero la eliminación de Champions en Roma tras una ida de 4-1 es una mancha importante que tapa mucho de los logros.
Claro que los dos títulos del Barcelona pueden volver a subir en la consideración si su máximo adversario, el Real Madrid, acaba sin ganar la Copa de Europa. Pero si la consigue, el Doblete puede perder posiciones.

Otros que acaban con alegría la temporada son los aficionados andaluces. Claro que mucho más los simpatizantes del Betis, un equipo que acostumbraba a ocupar las posiciones de debajo de la tabla en la Liga y que esta vez logró llegar con comodidad a la Europa League, jugando un muy buen fútbol bajo la dirección técnica de Quique Setién.

Pero sobren el final se le agregó su rival, el Sevilla, que ahora está muy cerca de sumarse a la Europa League, lugar que ya consiguió también el Villarreal, si consigue sacar un punto en el Sánchez Pizjuán en la última jornada de la semana próxima.

Para quienes crean que un equipo como el Sevilla tiene el mínimo deber de clasificarse a la Europa League, hay que recordar que la temporada fue muy extraña, desde la desprolija despedida de Eduardo Berizzo (doblemente, porque además arrastraba una enfermedad), hasta la llegada del italiano Vincenzo Montella, el histórico pase a cuartos de final de la Champions al eliminar al Manchester United, la llegada a la final de la Copa del Rey, cuando cayó duramente ante el Barcelona en el Wanda Metropolitano de Madrid (0-5), y la caída anímica que derivó en el peligro de quedar afuera de Europa para 2018-19. A último momento, y con una situación desesperada, la comisión directiva convocó a un viejo conocido como es Joaquín Caparrós, para posicionarse otra vez en el séptimo lugar y ya depender de sí mismo en la última jornada, ganando en confianza y en juego.

Queda lugar para la muy buena campaña del Valencia, de la mano de Marcelino García Toral, que no sólo consiguió el cuarto puesto y el acceso a la Champions League luego de mucho tiempo de sufrimientos, sino que potenció jugadores como Rodrigo o Guedes y dejó siempre la sensación de equipo compacto.

Para destacar también la histórica producción del Gerona, una de las sensaciones del torneo, con un entrenador joven como Pablo Machín, la continuidad del Eibar de Mendilibar, y las aceptables campañas de Getafe y Alavés.


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