viernes, 4 de mayo de 2018

El Atlético Madrid del Cholo Simeone, a la final de la Europa League (Jornada)




                                                Desde Madrid



En otra demostración de carácter y solidez, el Atlético Madrid del “Cholo” Diego Simeone, aunque esta vez sin el director técnico en el césped –suspendido por la UEFA al haber sido expulsado en la ida en Londres, y reemplazado por su ayudante, Germán “Mono” Burgos- volvió a clasificarse para una final, en este caso la de la Europa League, al vencer 1-0 al Arsenal en su nuevo estadio, el Wanda Metropolitano, que lució repleto y eufórico.

Pese a que sufrió algunos instantes de dominio territorial del Arsenal, cuyo entrenador, el francés Arsene Wenger, ya anunció que dejará su cargo al finalizar esta temporada luego de 22 años en el club, el Atlético siempre fue más que los ingleses, por presencia, solidez y hasta por situaciones peligrosas que crearon especialmente sus dos excelentes delanteros, el francés Antoine Griezmann y el hispano-brasileño Diego Costa, autor del único tanto en la última jugada del primer tiempo.

Si alguien desprevenido hubiese llegado al Wanda Metropolitano sin conocer el resultado de la ida de la semifinal en Londres (que terminó empatado 1-1), habría supuesto que el Arsenal no se jugaba demasiado por la indolencia que transmitía más allá de un atildado juego en el medio y de su prolijo andar, pero casi no se acercó al arco del esloveno Jan Oblak.

Es cierto que el Arsenal tuvo un duro golpe antes de los 10 minutos, cuando se lesionó su marcador central Laurent Koscielny –quien podría perderse el Mundial- pero también fallaron sus dos laterales, el español Nacho Monreal y el catalán Héctor Bellerin, quienes tiraron muy malos centros demasiado pasados cuando lograban pasar la última marca.

Pero siempre pareció que el Arsenal, que al fin y al cabo era el necesitado porque con el 0-0 pasaba el Atlético, no estaba urgido, se tomaba demasiado tiempo para enhebrar cada jugada, y chocaba contra el muro defensivo de los uruguayos Diego Godín y José María Giménez y el muy buen trabajo de los cuatro volantes del equipo local.

Siempre aparecía con mucho más peligro el Atlético pese a tener menos la pelota porque Griezmann y Costa conocen a la perfección su aporte al equipo. Y aunque ambos son grandes estrellas, tienen roles muy diferentes. El francés pivotea y hace de enlace con los volantes y el hispano-brasileño, con un físico más duro, se faja con gusto ante toda la defensa rival y así y todo se las arregla para complicarlos y si no pudo marcar el primero apenas iniciado el partido con una cuerpeada, sí lo logró en el minuto 45, justo antes del descanso.

Ya en el segundo tiempo, el Arsenal siguió igual de repetitivo, acaso acercándose unos metros más, especialmente por las puntas, con la idea –acertada- de que ni Thomas Partey es lateral y jugó sólo por la lesión de Juanfran, ni Filipe Luis estaba en su mejor condición física porque venía de una larga inactividad, pero sirvió de poco y tampoco se entendió por qué Wenger colocó tan tarde a un delantero peligroso como MKhitaryan, que llegó como parte de pago de la transferencia del chileno Alexis Sánchez al Manchester United.

Para el Atlético Madrid, el pase a la final de Lyon del próximo 16 ante el Olympique de Marsella lo sitúa una vez más en la élite europea, redondeando un extraordinario trabajo de Simeone como director técnico, porque desde que asumió en 2011, con un equipo que estaba poco menos que desquiciado, ya ganó esta misma Europa League y la Supercopa de Europa en 2012, la Copa del Rey en 2013, y la Liga Española y la Supercopa de España en 2014, pero también llegó dos veces a la final de la Champions League, en 2014 y en 2016 y en ambas fue superado por el Real Madrid aunque estuvo muy cerca de coronarse.

Es decir que con Simeone, el Atlético Madrid llegó a cuatro finales europeas en seis temporadas y en la actual, está muy cerca de ser, además, subcampeón de Liga detrás del Barcelona –y por delante del Real Madrid-, aunque también le tocó quedar eliminado en la primera fase de la Champions en un grupo en el que se clasificaron Roma y Chelsea, y eso generó que pasara a jugar la Europa League.

En el caso de imponerse en la final de Lyon, el Atlético tendrá que jugar en agosto en Talin, Estonia, contra el campeón de la actual Champions League, cuya definición en Kiev, el 26 de mayo, tendrá al Real Madrid y al Liverpool, lo que supone que hay chances de que Atlético y Real Madrid se enfrenten en un nuevo derby europeo.


No hay comentarios: