jueves, 12 de julio de 2018

Croacia remontó con fuerza y oficio y es finalista (Jornada)




                                                   Desde Moscú



Cuando el árbitro turco Cuneyt Cakir pitó el final del alargue, los jugadores croatas se abrazaron en un racimo, cerca de un ángulo de córner. Habían conseguido el milagro de la clasificación a la gran final del domingo en este mismo estadio de Luzhniki y en ese momento nada importó: ni que Francia, su rival, no haya tenido desgaste hasta ahora, ni que la propia Croacia haya tenido que jugar, hasta ahora, tres alargues en los tres partidos de la fase final del torneo.

Para Croacia, que debutó hace veinte años en los Mundiales una vez que el país logró su independencia cuando se rompió Yugoslavia en varios pedazos y que justamente en Francia 98 llegó a semifinales y perdió ante los locales con una muy buena generación que comandaba el hoy presidente de la federación, el ex compañero de Diego Maradona en el Sevilla y ex jugador del Real Madrid, Davor Suker, el suceso es mayúsculo.

En 1998 fue su primera participación en Mundiales y Argentina fue su tercer rival, en Bordeaux, y en esa ocasión ganaron los de Daniel Passarella con gol de Mauricio Pineda. El gran golpe de 2018 lo dieron justamente ante la Argentina de Jorge Sampaoli, a la que vencieron 3-0 con goles de Ante Rebic, Luka Modric e Iván Rakitic y eso los impulsó al ganar el grupo D y luego eliminar en octavos de final a Dinamarca, por penales, luego al local Rusia, también por penales, y ahora nada menos que a Inglaterra 2-1, luego de haber estado en desventaja 1-0 hasta promediar la segunda etapa.

En esta oportunidad, Croacia tuvo que lidiar con un rápido gol de tiro libre magistralmente ejecutado por el lateral del Tottenham Kieran Trippier, pero Inglaterra evidenció las mismas características de todo el Mundial: la falta de un jugador creativo que mueva los hilos del equipo, y entonces, obliga a su mejor valor, el gran goleador Harry Kane, a bajar demasiados metros hasta conectar con los volantes pero eso lo limita en el ataque, algo parecido a lo que le ocurre a Lionel Messi con Argentina, sin comparar las condiciones técnicas de cada uno.

Claro que el gol le vino muy bien a un conjunto inglés con mucho oficio en el fondo, que no se aparta de la marca con tres defensores, aunque uno de ellos es un lateral reconvertido (Walker) y cinco volantes aunque sólo Dele Ali (otro del Tottenham) reúne condiciones ofensivas de calidad para penetrar al equipo croata.

Por el contrario y pese al desgaste de todo el torneo, Croacia comenzó a apretar el acelerador en la segunda parte hasta que llegó el gol de Iván Perisic, y desde ese momento, Inglaterra se desinfló anímicamente. Su arquero Jordan Pickford siguió siendo una de sus figuras y ya el partido entró en una fase de muchas llegadas y con los balcánicos al comando.

Esto se profundizó en el alargue y especialmente cuando a poco de terminar la primera parte, llegó el gol de Mario Mandzukic, y con él, el entrenador Zlatko Dalic decidió cerrar el partido con los cambios.

Croacia hizo historia y jugará la final del domingo ante Francia en el estadio Luzhniki, sin importarle, al menos en estas horas de festejos, que su rival llegue sin haber jugado un solo alargue en todo el Mundial.

También una de sus grandes figuras, Luka Modric, se jugará en la final la chance de ser Balón de Oro de la temporada, desplazando por primera vez en una década a Cristiano Ronaldo y a Messi. El volante del Real Madrid ganó la Champions League en mayo y si hace una buena final, podría sumar este especial galardón aunque también lo podría conseguir su rival del domingo, Antoine Griezmann, ganador de la Europa League con el Atlético Madrid.

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