Desde Moscú
Inglaterra, con su histórico triunfo 2-0 ante
Suecia, espera ahora por su rival en semifinales (las primeras a las que arriba
en 28 años, tras haberlas jugado en Italia 1990) que se jugarán en Moscú, entre
el ganador del partido que finalizó empatado 1-1 entre Rusia y Croacia al cabo
de los noventa minutos, por lo que ahora deberán seguir en el alargue de
treinta más.
En el primero de los dos partidos de cuartos de
finalde hoy, en Samara, Inglaterra se impuso casi sin mayor problema a Suecia
por 2-0 con goles de Harry Maguire y Dele Ali, aunque contó con su arquero
Jordan Pickford como gran figura, evitando, desde sus estiradas elásticas, los
goles rivales especialmente en los primeros veinte minutos, cuando dominaron
los nórdicos hasta que el equipo británico se fue estabilizando.
Una vez que Inglaterra se instaló en el medio, a
Suecia le costó mucho llegar, y aunque se trata de equipos con cierto parecido
táctico, el hecho de que el director técnico británico Gareth Southgate pueda
contar con el retraso de algunos metros de su gran goleador Harry Kane, suele
ser de gran ayuda y si no fuera por otra errática jornada de Raheem Sterling,
algo habitual en la pasada temporada en el Manchester City, la distancia en el
marcador pudo haber sido mucho mayor.
Inglaterra va evolucionando en el Mundial a partir
de algunas premisas claras como la seguridad que transmite el joven Pickford
(24 años), la fortaleza y el juego aéreo de Maguire en el fondo, aunque con gol
en el otro área, lo que pueda generar Kane cuando se retrasa unos metros, y
cuando levanta la cabeza y encuentra a su compañero del Tottenham, Dele Ali.
El resto, colabora aunque se trata de un equipo
plano, chato, combativo, que extraña los tiempos de talentos como Steven
Gerrard, Frank Lampard o Wayne Rooney. En el banco está Marcus Rushford, joven
prodigio del Manchester United, pero no cuenta tanto para ingresar en un
conjunto necesitado de mayor creatividad y que entonces recurre al entusiasmo y
lo que pueda provocar su goleador o los centros aéreos.
De todos modos, y tomando en cuenta su historia y el
carácter de este equipo, una vez en semifinales, Inglaterra puede convertirse
en el convidado de piedra de este torneo.
En el último partido de cuartos, en Sochi, costó
mucho más llegar a la definición porque Rusia y Croacia aparecieron mucho más
parejos de lo que se esperaba y de hecho, los locales se pusieron en ventaja
por intermedio de su goleador, Dennis Cheryshev, que así llegó a cuatro en su
cuenta personal, pero luego sufrió el asedio de los balcánicos hasta que Andrej
Kramaric consiguió el empate.
Desde allí, el partido entró en una emocionante fase
de llegadas al gol, especialmente del lado croata, pero la suerte estuvo del
lado de los locales especialmente cuando una media vuelta de Iván Perisic acabó
con la pelota en el palo y luego recorriendo la línea del arco ruso sin que su
arquero Igor Akinfeev pudiera hacer nada para evitar el 1-2.
Sobre el final, se produjo una situación extraña
cuando desde un lateral propio, al pisar mal, se lesionó el arquero croata
Danijel Subasic, diez segundos después de que el entrenador Zlatko Dalic había
realizado el tercer cambio de su equipo y por lo tanto, no había manera de un
cuarto porque reglamentariamente recién puede llevarse a cabo al comienzo del
alargue de treinta minutos en caso de empate.
Subasic, que pedía el cambio durante los últimos
cinco minutos, alcanzó incluso a tapar un remate muy peligroso al primer palo,
hasta que el árbitro brasileño Sandro Ricci decretó el final, y a seguir
treinta minutos más.
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