domingo, 25 de julio de 2010

El nuevo orden del fútbol mundial (Yahoo)



Sin dudas la fase final de cada Copa del Mundo mnarca el final de un ciclo y el inicio de otro en el fútbol internacional. No parece ser distinto ahora, a partir de las luces y las sombras, los éxitos y los fracasos de la reciente cita sudafricana, con alguinos importantes cambios de entrenadores en seleccionados de primer nivel y un acertijo en cuanto a qué puede pasar con otros. La tendencia clara parece ir en busca de tratar de copiar el esquema que tan buen resultado le dio a la selección española y que hace dudar a algunas potencias sobre si sus últimas políticas no se han alejado demasiado de un modelo estético.

En la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) hay demasiada satisfacción como para pensar en cambios y la renovación del contrato del entrenador Vicente Del Bosque y su cuerpo técnico aparece como sencilla y ya se tienen en claro los primeros compromisos, un tanto arriesgados, ante México en la capitral de este país y luego ante Argentina en Buenos Aires, en setiembre.

Muy distinto que el de España es el caso de las selecciones italiana y francesa, que pareciera que marchan en forma casi paralela en todo: desde que sus selecciones fueron finalistas en el Mundial de Alemania 2006, nunca más encontraron su rumbo. Ambas fracasaron en la Eurocopa de 2008 en Austria y Suiza, y si bien la Federación Francesa siguió manteniendo a su entrenador Raymond Doménech contra las críticas que recibía desde todo el ambiente, ya había decidodo su recambio cuando finalizara la participación en el reciente Mundial de Sudáfrica.

La paupérrima actuación gala en Sudáfrica 2010, sumada al escándalo desatado con Nicolás Anelka, quien debió regresar al país, destituído por la propia Federación, hicieron que nadie dudara en que lo mejor era que el ex defensor campeón mundial en 1998, Lorent Blanc, tomara las riendas con el apoyo explícito de su ex compañero Zinedine Zidane.

Éste no quiso entrometerse en el conflicto de la selección francesa pero en una de sus pocas apaericiones públicas llegó a decir, consultado sobre el caso, que “con Blanc no pasaría” y con eso lo dijo casi todo. Blanc se plantea ahora comenzar el nuevo ciclo (en el que definitivamente se apagan estrellas como Thierry Henry o Robert Pires o Patrick Vieira) posiblemente sin convocar para los primeros amistosos de agosto y setiembre a ningún mundialista, como prueba del descontento social con lo realizado por el equipo en Sudáfrica.

Italia parece transitar el mismo camino aunque aún con más cambios de entrenador. Cuando finalizó el Mundial 2006 con la obtención de la cuarta Copa del Mundo, el entrenador Marcelo Lippi renunció para tomarse unas largas vacaciones, pero tuvo que retornar a los dos años luego del fracaso de su sucesor, Roberto Donadoni, para la Eurocopa 2008. Con apenas dos años de trabajo pero sin el recambio suficiente en términos de calidad, Lippi debió afrontar el Mundial 2010 con un equipo sin frescura y que ni siquiera pudo pasar de la primera fase en un grupo copn Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda sin haber podido ganar ningún partido.

Pero Lippi ya había manifestado que tal como en Alemania 2006, renunciaría al finalizar el Mundial y ya tenía asignado su reemplazante, el ascendente ex entrenador de la Fiorentina, Césare Prandelli.

Si llama positivamente la atención que el nuevo entrenador de la selección de Corea del Sur, Cho Kwang Rae, diga que tratará de seguir la línea futbolística de España, no es tan claro lo que vaya a hacer el aparente nuevo entrenador brasileño Muricy Ramalho, de 54 años y tricampeón nacional con el San Pablo entre 2006 y 2008.

Con el desafío de tenetr que ganar obligadamente el próximo Mundial como local en 2014 para que no se repita el episodio del Maracaná de 1950 ante Uruguay, la prensa brasileña había apostado a la veteranía y el carácter ganador de Luiz Felipe Scolari, ya campeón mundial en Japón 2002, pero éste no quiso regresar, porque se siente cómodo en el Palmeiras y porque sabe de la tremenda responsabilidad de un cargo como éste cuando no hay chances de perder sin quedar sometido al escarnio.

Entonces, entraron en competencia los de la generación siguiente como ;Mano Menezes (Corinthians), Ramalho (que ahora dirige al Fluminense pero que en las próximas horas podría firmar su contrato con la Confederación Brasileña, CBF) y Leonardo, quien acaba de irse del Milan y de reconocida buena relación con la mayoría de los jugadores de su país.

Más allá de Brasil, en el resto de Sudamérica es claro que tanto Oscar Tabárez (Uruguay), Gerardo Martino (Paraguay) y Marcelo Bielsa (Chile) renovarán sus comntratos luego de las muy buenas actuaciones de sus selecciopnes en el reciente Mundial.

Distinto es el caso de Argentina, que pese a que finalizó de muy mala manera el Mundial de Sudáfrica, goleada ante Alemania, en el país no parece que hubiera un debate serio sobre el futuro y entonces a comienzos de la semana que viene, Diego Maradona podría firmar la renovación por otros cuatro años, aunque con el compromiso de tener que gabar en 2011 la Copa América como local.

Otra Federación que vive tiempos revueltos es la mexicana. Cuando parecía que Javier Aguirre era el entrenador ideal y había funcionado perfectamente en el hexagonal final de las eliminatorias, nuevamente la crítica le cayó encima al quedar eliminado en octavos de final y ahora hay muchos nombres en danza, entre ellos el regreso del controvertido argentino Ricardo La Volpe.

Mientras tanto, otro enorme signo de pregunta viene desde Africa. Solamente Sudáfrica decidió que para este nuvo ciclo quiere dejar de contratar entrenadores extranjeros (como el brasileño Carlos Parreira) para hacerlo con nacionales, pero poco se sabe del resto, luego de la gran desilusión de 2010, cuando apenas Ghana pasó de la primera fase.

No se escucha, al menos, un replanteo de los dirigentes del continente sobre el por qué apelaron a entrenadores extranjeros que le han hecho perder frescura y juego en nombre de una racionalidad europea cuya eficacia con otros futbolistas nunca se vio confirmada.
Sin dudas la fase final de cada Copa del Mundo mnarca el final de un ciclo y el inicio de otro en el fútbol internacional. No parece ser distinto ahora, a partir de las luces y las sombras, los éxitos y los fracasos de la reciente cita sudafricana, con alguinos importantes cambios de entrenadores en seleccionados de primer nivel y un acertijo en cuanto a qué puede pasar con otros. La tendencia clara parece ir en busca de tratar de copiar el esquema que tan buen resultado le dio a la selección española y que hace dudar a algunas potencias sobre si sus últimas políticas no se han alejado demasiado de un modelo estético.

En la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) hay demasiada satisfacción como para pensar en cambios y la renovación del contrato del entrenador Vicente Del Bosque y su cuerpo técnico aparece como sencilla y ya se tienen en claro los primeros compromisos, un tanto arriesgados, ante México en la capitral de este país y luego ante Argentina en Buenos Aires, en setiembre.

Muy distinto que el de España es el caso de las selecciones italiana y francesa, que pareciera que marchan en forma casi paralela en todo: desde que sus selecciones fueron finalistas en el Mundial de Alemania 2006, nunca más encontraron su rumbo. Ambas fracasaron en la Eurocopa de 2008 en Austria y Suiza, y si bien la Federación Francesa siguió manteniendo a su entrenador Raymond Doménech contra las críticas que recibía desde todo el ambiente, ya había decidodo su recambio cuando finalizara la participación en el reciente Mundial de Sudáfrica.

La paupérrima actuación gala en Sudáfrica 2010, sumada al escándalo desatado con Nicolás Anelka, quien debió regresar al país, destituído por la propia Federación, hicieron que nadie dudara en que lo mejor era que el ex defensor campeón mundial en 1998, Lorent Blanc, tomara las riendas con el apoyo explícito de su ex compañero Zinedine Zidane.

Éste no quiso entrometerse en el conflicto de la selección francesa pero en una de sus pocas apaericiones públicas llegó a decir, consultado sobre el caso, que “con Blanc no pasaría” y con eso lo dijo casi todo. Blanc se plantea ahora comenzar el nuevo ciclo (en el que definitivamente se apagan estrellas como Thierry Henry o Robert Pires o Patrick Vieira) posiblemente sin convocar para los primeros amistosos de agosto y setiembre a ningún mundialista, como prueba del descontento social con lo realizado por el equipo en Sudáfrica.

Italia parece transitar el mismo camino aunque aún con más cambios de entrenador. Cuando finalizó el Mundial 2006 con la obtención de la cuarta Copa del Mundo, el entrenador Marcelo Lippi renunció para tomarse unas largas vacaciones, pero tuvo que retornar a los dos años luego del fracaso de su sucesor, Roberto Donadoni, para la Eurocopa 2008. Con apenas dos años de trabajo pero sin el recambio suficiente en términos de calidad, Lippi debió afrontar el Mundial 2010 con un equipo sin frescura y que ni siquiera pudo pasar de la primera fase en un grupo copn Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda sin haber podido ganar ningún partido.

Pero Lippi ya había manifestado que tal como en Alemania 2006, renunciaría al finalizar el Mundial y ya tenía asignado su reemplazante, el ascendente ex entrenador de la Fiorentina, Césare Prandelli.

Si llama positivamente la atención que el nuevo entrenador de la selección de Corea del Sur, Cho Kwang Rae, diga que tratará de seguir la línea futbolística de España, no es tan claro lo que vaya a hacer el aparente nuevo entrenador brasileño Muricy Ramalho, de 54 años y tricampeón nacional con el San Pablo entre 2006 y 2008.

Con el desafío de tenetr que ganar obligadamente el próximo Mundial como local en 2014 para que no se repita el episodio del Maracaná de 1950 ante Uruguay, la prensa brasileña había apostado a la veteranía y el carácter ganador de Luiz Felipe Scolari, ya campeón mundial en Japón 2002, pero éste no quiso regresar, porque se siente cómodo en el Palmeiras y porque sabe de la tremenda responsabilidad de un cargo como éste cuando no hay chances de perder sin quedar sometido al escarnio.

Entonces, entraron en competencia los de la generación siguiente como ;Mano Menezes (Corinthians), Ramalho (que ahora dirige al Fluminense pero que en las próximas horas podría firmar su contrato con la Confederación Brasileña, CBF) y Leonardo, quien acaba de irse del Milan y de reconocida buena relación con la mayoría de los jugadores de su país.

Más allá de Brasil, en el resto de Sudamérica es claro que tanto Oscar Tabárez (Uruguay), Gerardo Martino (Paraguay) y Marcelo Bielsa (Chile) renovarán sus comntratos luego de las muy buenas actuaciones de sus selecciopnes en el reciente Mundial.

Distinto es el caso de Argentina, que pese a que finalizó de muy mala manera el Mundial de Sudáfrica, goleada ante Alemania, en el país no parece que hubiera un debate serio sobre el futuro y entonces a comienzos de la semana que viene, Diego Maradona podría firmar la renovación por otros cuatro años, aunque con el compromiso de tener que gabar en 2011 la Copa América como local.

Otra Federación que vive tiempos revueltos es la mexicana. Cuando parecía que Javier Aguirre era el entrenador ideal y había funcionado perfectamente en el hexagonal final de las eliminatorias, nuevamente la crítica le cayó encima al quedar eliminado en octavos de final y ahora hay muchos nombres en danza, entre ellos el regreso del controvertido argentino Ricardo La Volpe.

Mientras tanto, otro enorme signo de pregunta viene desde Africa. Solamente Sudáfrica decidió que para este nuvo ciclo quiere dejar de contratar entrenadores extranjeros (como el brasileño Carlos Parreira) para hacerlo con nacionales, pero poco se sabe del resto, luego de la gran desilusión de 2010, cuando apenas Ghana pasó de la primera fase.

No se escucha, al menos, un replanteo de los dirigentes del continente sobre el por qué apelaron a entrenadores extranjeros que le han hecho perder frescura y juego en nombre de una racionalidad europea cuya eficacia con otros futbolistas nunca se vio confirmada.

1 comentario:

NoTe dijo...

Excelente análisis y más viendo la perspectiva nefasta que está sucediendo en Argentina con la renovación de Maradona. Una falta de respeto, nuevamente de la AFA.