Desde Moscú
Este periodista quiso viajar en tren, el pasado
domingo, desde San Petersburgo hacia Moscú. La demanda era muy alta porque,
claro, la mayoría de los rusos regresaban de ver jugar a su equipo y otros
querían ver en la capital rusa el Chile-Camerún de la noche.
Sin embargo, el problema no era el dinero, sino cómo
pagarlo. La tarjeta de crédito de quien esto escribe, no es válida en Rusia. Es
decir, a olvidarse de comprar por internet.
Lo que quedaba era el efectivo, pero
la cantidad de rublos en el bolsillo no alcanzaban y hubo que cambiar…pero en
Rusia, un domingo a la mañana….los bancos no abren y tampoco las financieras
hasta las 11, pero el último tren que necesitábamos salía a las 11,10.
La fortuna de encontrar una voluntaria en la
estación de tren dispuesta a correr los 100 metros llanos en 20 segundos,
determinó que ingresáramos providencialmente a un shopping y que consiguéramos
el tesoro en rublos media hora antes de la partida. Y por si fuera poco, una
vez en viaje, la azafata nos volcó café en el pantalón, pero logramos como
regalo una tortita dulce empaquetada.
Ahora queremos ir a Kazán a ver el Chile-Alemania,
pero tenemos que pagar no menos de 15 dólares por una plaza, y casi 100 si
queremos dormir en una litera…por ser periodistas, porque gracias a una promesa
de Putin, el hincha común no paga. Basta con mostrar el ID Fan, una
acreditación colgante que se obtiene al haber comprado una entrada.
Es decir que si compramos nosotros también una
entrada, nos eximimos de pagar el pasaje en tren. Cosas de la FIFA.
Al revés: en Moscú o en San Petersburgo, los
periodistas tenemos pasaje gratis para el transporte en la ciudad y el resto de
los mortales tiene que pagar. ¿Quién los entiende?
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