domingo, 5 de mayo de 2019

Con el retiro de Xavi y el posible de Casillas, comienza a acabarse la Generación Dorada española (Infobae)



                                                  Desde Barcelona



El 29 de junio no sólo es un día de gloria para el fútbol argentino sino también para el español. En 2008, la selección española consiguió la Eurocopa que dio lugar a un ciclo brillante y que con el anunciado retiro de Xavi Hernández y el muy posible de Iker Casillas, luego del infarto sufrido esta semana en un entrenamiento del Porto, parece ir poniendo un definitivo punto final a una Generación Dorada de “La Roja”.

Así como el 29 de junio de 1986 un brillante pase de Diego Maradona habilitó a Jorge Burruchaga, quien no pudo ser alcanzado por Hans-Peter Briegel  para el decisivo gol ante Alemania para que la selección argentina ganara su primer Mundial como visitante, en 2008 era Xavi el que colocaba un gran pase a la carrera a Fernando Torres para que éste superara en la carrera a Philipp Lahm  y definiera ante la salida del arquero Jens Lehman para que España ganara su primer gran título con la selección española fuera del país.

Hasta 2008, la selección española era conocida como “La Furia”, relacionada mucho más con el empuje que con un estilo definido.  Hasta ese momento, el fútbol español contaba como palmarés principal una lejana Eurocopa como local en 1964 y la medalla dorada de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, siempre como local.

El gran cambio comenzó en el trabajo de los juveniles con Iñaki Sáez y la idea de ir hacia un estilo de juego de posesión de pelota, muy parecido al que también fue desarrollando el Barcelona, que llegaría a aportar ocho jugadores al equipo campeón mundial en Sudáfrica 2010.

Cuando finalizó la Eurocopa de Portugal en 2004, en la que la selección española no tuvo una buena actuación, la Federación pensó en el veterano Luis Aragonés para que se hiciera cargo del equipo con miras al Mundial de Alemania 2006. El DT pareció tomarse en serio aquella frase que volcó César Luis Menotti acerca de que España “debe definirse futbolísticamente si quiere ser torero o toro”, es decir, si quiere tener un estilo propio y pasar a controlar los partidos, o seguir corriendo enceguecida.

Las primeras expectativas estaban puestas en el Mundial 2006, al que la selección española llegaba con aires de candidata a llegar lejos en el torneo, pero quedó eliminada en los octavos de final ante Francia con una gran actuación de Zinedine Zidane ante muchos de sus compañeros del Real Madrid.

Esta selección se nutría de algunos futbolistas que habían formado parte de uno de los primeros resonantes títulos en la etapa juvenil, como el del Mundial sub-20 1999 en Nigeria, del que participaron Xavi, Casillas y el marcador central Carlos Marchena-ganó la Euro 2012 y se retiró en el Mundial de Brasil 2014-, junto con otros que quedaron por el camino pero que tuvieron cierta trascendencia en sus clubes como el arquero Dani Aranzubia (Athletic de Bilbao),  el volante Gabri (que del Barcelona fue al Ajax)), Fran Yeste (Athletic), David Aganzo (Real Madrid, que luego jugó en el Beitar Jerusalén). España venció en la final a Japón por 4-0.

Al año siguiente, varios jugadores de este equipo, siempre dirigido por Sáez, llegaron a la final de los Juegos Olímpicos de Sydney, cuando España cayó derrotada por penales ante el Camerún de Samuel Eto’o, el arquero Carlos Kameni y Geremi (lateral del Real Madrid). En ese equipo jugaban Joan Capdevila, Xavi y Carles Puyol, luego campeones del mundo en 2010, y también David Albelda y Miguel Angulo (Valencia), que serían fijos en las convocatorias de los tiempos dorados.

En los juveniles, las selecciones españolas habían logrado, por fin, colarse en el protagonismo entre Brasil y la Argentina, que especialmente en el sub-20 acaparaba títulos con José Pekerman en el banco. Así fue que en el Mundial de la categoría de 2003 en Emiratos Árabes (en el que el equipo argentino cayó eliminado en semifinales), la selección española de Vitolo (hoy en el Atlético Madrid) y de Andrés Iniesta, su gran figura, caía en la final ante Brasil. Dos años más tarde, aparecía como la gran candidata en el Mundial de Holanda 2005 con jugadores como Cesc Fábregas, Fernando Llorente y David Silva, pero en cuartos de final fue eliminada por el equipo argentino. A la postre campeón, con Lionel Messi como gran estrella.

Lo cierto es que tras el fiasco de Alemania 2006, Aragonés redobló la apuesta. Se decidió a profundizar en el juego estético, en la búsqueda de un estilo, y jugó a fondo, dejando de lado a jugadores emblemáticos como el anterior capitán del equipo, Raúl González, con quien se enfrentó duramente en los meses previos a la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza, cuando la presión mediática y del Real Madrid se hizo insostenible (“Sin Raúl, España campeón, sin Raúl, España campeón”, le cantaban al delantero blanco en cada partido liguero). Aragonés, también llamado “El Sabio de Hortaleza”, prefirió a jugadores de buen pie, para armar un esquema novedoso con un sistema 4-1-4-1.

Ese plantel estaba compuesto por jugadores como Casillas, Albiol, Fernando Navarro, Carlos Marchena, Carles Puyol, Andrés Iniesta, David Villa, Xavi, Fernando Torres, Cesc, Joan Capdevila, Santi Cazorla, Andrés Palop, Xabi Alonso, Sergio Ramos, Sergio García, Daniel Güiza, Alvaro Arbeloa, Marcos Senna, Juanito, David Silva, Rubén de la Red y José Manuel Reina, y tuvo su primer gran día el 22 de junio de 2008, cuando por fin pudo cruzar su propio Rubicón al eliminar a una potencias como Italia en los cuartos de final luego de empatar 0-0 en el partido y ganarle por penales en el duelo de arquer4os entre Casillas y Gianluiggi Buffon. Luego llegaría el triunfo 1-0 ante Alemania en la final en el estadio Ernst Happel de Viena.

“Demostramos al mundo que se puede cambiar”, decía Torres, el goleador y símbolo del Atlético Madrid, que jugaba en la Premier League, acerca del cambio cultural que significaba pasar de aquellos equipos que corrían y metían, a estos que jugaban la pelota al ras del suelo, que la administraban con claridad, todos jugadores de buen pie, con mucha paciencia.

A partir de este éxito, que cambiaría por completo la concepción del fútbol español, Aragonés decidió marcharse, aceptando la oferta del Fenerbahce turco. “Si no estoy en la final con este equipo, soy una mierda. Sólo les pido que jueguen y se diviertan jugando. Nos ha llegado el momento tras dos años de lucha. Nos han metido hostias de todos los colores. Vamos a demostrarlo en el campo”, les dijo a sus jugadores antes del partido final ante los alemanes, en una charla considerada inolvidable por los jugadores. Su lugar fue ocupado por Vicente Del Bosque. A éste no le fue bien en su primera experiencia en torneos internacionales porque no pudo llegar a la final de la Copa Confederaciones 2009, cuando tuvo que contentarse con vencer a la local Sudáfrica por el tercer lugar, pero ya todo regresó a la tranquilidad en el Mundial del año siguiente.

La selección española llegaba al Mundial 2010 con los treinta puntos en juego ganados en el grupo clasificatorio, sin dejar un solo punto en el camino y despejando todas las dudas. Era la gran candidata pero caía, sorpresivamente (y sin merecerlo, habiendo dominado todo el partido) ante Suiza 1-0.

Ante el excesivo dominio pero la falta de gol, Del Bosque decidió alterar el esquema manteniendo el estilo, pasando de un inicial 4-1-4-1 a un 4-4-2 con David Villa acompañando en el ataque a Fernando Torres y la selección española encarriló el torneo primero clasificándose a octavos de final no sin angustia (le ganó 2-1 con lo justo al Chile de Marcelo Bielsa y en los cuartos de final, Oscar Cardozo tuvo un penal sobre para Paraguay que no convirtió y que pudo ser decisivo), pero que acabó ganando con justicia más allá de las dos providenciales tapadas de Casillas a Arjen Robben en la final ante Holanda en el Soccer City de Johanesburgo, cuando en el alargue, Iniesta pudo marcar su histórico gol para festejarlo quitándose su remera para revolearla en el festejo, dejando a la vista una foto de su amigo Dani Jarque, el fallecido jugador del Espanyol, en su camiseta de abajo.

Ese equipo español estaba tan identificado con el Barcelona que tuvo ocho jugadores de este equipo (Puyol, Piqué, Busquets, Valdés, Pedro, Iniesta y Xavi y David Villa, fichado para la temporada siguiente). “¿Selección española o el Barcelona?” se preguntó, irónicamente, el diario “La Vanguardia”, un diario de la ciudad condal.

Tras el éxito en el Mundial y con su juego consolidado y su estilo respetado, y con sus jugadores cada vez más cotizados, la selección española volvió a ganar la Eurocopa 2012 de Ucrania y Polonia en un ciclo brillante que abarcó Eurocopa, Mundial y Eurocopa en forma consecutiva, y que recién cedió terreno en Brasil 2014, cuando algunos jugadores ya se habían retirado (como Marcos Senna o Puyol) y otros ya estaban más cerca del final de sus carreras.

El anunciado retiro de Xavi, justo al día siguiente del infarto durante el entrenamiento de Casillas en el Porto, además de coincidencia en el tiempo, vuelve a acercar a dos jugadores emblemas de los dos principales equipos españoles (Barcelona y Real Madrid) a cuyos planteles ambos contribuyeron a pacificar luego de los durísimos choques de aquellos tiempos, cuando Josep Guardiola dirigía a los azulgranas y José Mourinho a los blancos. Hay quienes creen que la salida de Casillas del Real Madrid está íntimamente relacionada con esto.

“Ha sido un privilegio jugar al fútbol hasta los 39 años y ahora me gustaría terminar la temporada en la cima ganando la Copa Amir y llegando a la siguiente fase en la Liga de Campeones de Asia. Esta es mi última etapa como jugador. Pero estoy deseando ver qué me depara el futuro como entrenador”. Dijo Xavi en un comunicado. Ya había anunciado su despedida en noviembre. Juega en el Al Sadd de Arabia Saudita.

“Me encanta ver a los equipos tomar la iniciativa en el campo, el fútbol de ataque y volver a la esencia de lo que todos amamos desde nuestros días de infancia: el fútbol de posesión”, se definió, con vistas a ser entrenador en el futuro próximo (ya tiene la habilitación) y ya hay quienes creen que cuando se termine el ciclo de Ernesto Valverde al frente del Barcelona, podría ser su reemplazante, en una situación que se parecería a la de los inicios de Guardiola como DT en 2008 (de hecho, Xavi ingresaba como suplente por Guardiola en los segundos tiempos durante 1999).

Antes de Al Sadd, Xavi trabajó en Qatar como ayudante del DT Félix Sánchez Bas, con el equipo que acaba de ganar la Copa Asia en Emiratos Árabes Unidos. “Lo que he logrado en las últimas dos décadas ha sido un privilegio y creo que es mi deber sacar la iniciativa del campo y devolverla través del fútbol siempre que me sea posible”, sostiene en referencia al proyecto “Generation Amazing” de Qatar 2022 (una iniciativa que trabaja con jóvenes).

Xavi había dejado la selección tras Brasil 2014 y Casillas no fue convocado tras la Euro 2016. El arquero no puede jugar hasta el final de la temporada aunque aún no se retiró oficialmente pese a que los médicos se lo recomiendan. “Depende de su decisión y su evolución”, dice Nelson Puga, jefe del departamento médico del Oporto.

De aquellos jugadores campeones del mundo en 2010, apenas si Sergio Ramos (33, Real Madrid), Raúl Albiol (33, Nápoli , Pepe Reina (36, Milan) juegan en equipos de primer nivel europeo. Santi Cazorla (34, Villarreal) regresó a la Liga Española luego de varias lesiones jugando para el Arsenal inglés, y Cesc Fábregas (32) lo hace en un desmembrado Mónaco, en Francia.

Por su parte, Andrés Iniesta (que el 11 de mayo cumple 35 años) dejó el Barcelona desde 2018 para incorporarse al Vissel Kobe japonés donde es compañero de David Villa (37) y posiblemente ambos lo sean desde la próxima temporada de David Silva (33, Manchester City), en tanto que Fernando Torres (35) dejó el Atlético Madrid en 2018 para pasar a jugar en el Sagan Tosu, de la J1 League de Japón.

Así es que comienza a acabarse una Generación Dorada para España que marca un camino para las siguientes, con un estilo claro, relacionado con el toque, el juego por abajo, y la posesión. Para algunos, una de las mejores selecciones de la historia del fútbol.






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