Desde Barcelona
Toda España mira
hacia Francia, y La Liga, que acaba de terminar sin grandes novedades, no puede
ser la excepción. Las vedettes, por estas horas, son varios de los campeones
mundiales de Rusia, cuando se abre, definitivamente, el largo mercado de pases
del verano europeo.
Si muchos están
pendientes de la posibilidad de que por fin Pedro Almodóvar gane la Palma de
Oro con su nueva película “Dolor y Goria” en el festival de Cannes, que fue
ovacionada por gran parte del público, y el actual presidente de gobierno, el
socialista Pedro Sánchez aparece como alternativa de liderazgo continental como
alternativa a su par francés Emmanuel Macron para el Parlamento Europeo en las elecciones
del próximo 26, no son pocos los que están atentos a los jugadores galos de
moda.
Por el lado de
Antoine Griezmann, tal como hace un año, otra vez es noticia porque ahora sí,
muy rápido, organizó un video corto para anunciar que deja el Atlético Madrid
luego de cinco excelentes temporadas, provocando un enojo que al parecer ha
sido consensuado con el presidente rojiblanco, Enrique Cerezo, por cierto, un
empresario cinematográfico que viaja asiduamente a la Argentina.
Si en 2018 todo
el barcelonismo esperaba que Griezmann comunicara su alejamiento del Atlético,
éste no se produjo en ese momento y el goleador francés decidió continuar un
año más en Madrid, pero ahora, con las salidas de sus amigos Diego Godín,
Filipe Luis, Juanfran Torres y Lucas Hernández-éste último, transferido al
Bayern Munich-, su motivación es otra, y ya comunicó que se marchará.
Sin embargo, la
novela parece que será larga, acaso uno de los culebrones del verano. Resulta
que su cláusula de rescisión vale 200 millones de euros, pero tiene un trato
con el Atlético que pasado el 30 de junio, es decir, con el inicio de la
temporada 2019/20, esta misma cláusula se rebajará a 120 millones, que aunque
para la Argentina es una fortuna, para los clubes poderosos europeos es una
bagatela.
Así es que el
presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, se entusiasmó con el fichaje,
lo mismo que el DT Ernesto Valverde, pero la amenaza de tormenta parecía llegar
por el lado de dos clubes con mucho más recursos que el Barcelona, el
Manchester City y el PSG, que como reciben dinero de Estados por debajo de la
mesa (el primero de Emiratos Árabes y el segundo desde Qatar), no tendrían
problemas en pagar ahora los 200 millones, generar un gusto mucho más dulce en
las arcas del Atlético, y no hacer esperar a que llegue julio.
Pero ocurrió
algo impensado para Griezmann. Tanto el PSG como el Manchester City declararon
oficialmente que no están interesados en Griezmann, y el vestuario del
Barcelona parece resentido con su negativa a vestir de azulgrana en la
temporada pasada. Y ahora el francés, que ya anunció que se va del Atlético, no
tiene destino claro.
Tampoco parece
que será un verano tranquilo para el brillante y joven delantero francés Kylian
Mbappé, gran figura del PSG. En un acto de cierre de la temporada en París, y
cuando nadie lo esperaba, declaró al pasar a recibir un premio que quisiera
ahora una mayor responsabilidad en un equipo y si un primer punto de inflexión
en su carrera fue cuando pasó del Mónaco a su actual equipo, ahora podría haber
“otro punto de inflexión” en el PSG “o acaso en otro equipo”.
La cuestión es
que inmediatamente después, ya muchos lo imaginaron de blanco y en Madrid,
tomando en cuenta que el DT del Real es también francés, Zinedine Zidane, quien
lleva semanas tratando de convencer a Paul Pogba para que deje el Manchester
United y se traslade a la capital española.
Zidane considera
imprescindible a Pogba (silbado en su último partido con el Manchester United)
para su proyecto de un nuevo Real Madrid 2019/20 que trate de borrar sin dejar
ninguna huella, esta nefasta temporada que acaba de finalizar, en la que
acumuló 19 derrotas (no hay error en la cifra) y en la que estuvo de
vacaciones, sin ningún objetivo, desde principios de marzo, lo que significa
cinco meses sin jugar por nada.
Por eso, Zidane
regresó antes de tiempo a la dirección técnica a nueve meses de su impactante
renuncia delante del desencajado Florentino Pérez. Tenía tiempo para pensar
bien un proyecto para 2019/20 pero no aguantaba más en su casa, sin una actividad
concreta, y llamó para volver a sentarse en el banco, aunque bajo la promesa de
un nuevo equipo más motivante, sin que pase lo que ayer en el Santiago
Bernabeu: un equipo dormido, desganado, sin alma, que perdió nada más que 2-0
ante un Betis de mitad de tabla y que destituyó a su DT (Quique Setién) al
terminar el partido.
Varios
espectadores se levantaron y se fueron al segundo, cuando Marcelo (el mejor
lateral izquierdo del mundo cuando tiene ganas de jugar, pero que ni siquiera
fue convocado a la selección brasileña por la Copa América), lanzó un pase a un
compañero como si lo hiciera desde el sofá de su casa.
Más que “Dolor y
Gloria”, lo del Real Madrid de este año se pareció a “Pepi, Lucy y Bom, y otras
chicas del montón”, la ópera prima de Almodóvar, cuando el gran director
manchego recién comenzaba y todavía su cine no desplegaba el talento que
aparecería más tarde y con otros recursos.
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