Desde Barcelona
Por estas horas,
el personaje que es absoluto centro de atención europea es el delantero egipcio
Mohamed Salah. Hoy, el departamento médico del Liverpool le hará una tomografía
computada para determinar si está en condiciones de jugar el trascendental
partido revancha de semifinal de la Champions League ante el Barcelona en
Anfield, lo que para muchos puede ser decisivo para las disminuidas chances del
conjunto inglés luego de perder en la ida 3-0, aunque haya sido un resultado
injusto.
En lo que para
muchos es una de las mejores Champions Leagues de los últimos tiempos, mañana
el Liverpool deberá jugarse el todo por el todo en un estadio de Anfield a
reventar, que tratará de recuperar la mística luego de tantos años sin títulos
(el último europeo fue en 2005 y no ha ganado la Premier League desde que en
1992 comenzó a jugarse con este formato).
Habiendo sido
incluso superior al Barcelona en el Camp Nou, con un estadio que por muchos
minutos se mantuvo en silencio ante el dominio “red”, el Liverpool falló a la
hora de la definición y chocó contra el indiscutido genio de Lionel Messi y
contra el gran arquero de los catalanes, el alemán Marc Ter Stegen, y ahora, se
encuentra condicionado no sólo porque debe marcar como mínimo tres goles, sino
que en el caso de que su rival convirtiera uno, se verá obligado a marcar
cinco.
A favor del
Liverpool cuenta su estadio, su gente, su capacidad como local en una Champions
en la que sólo recibió dos goles en su casa, y ambos en el mismo partido (el
del debut en la fase de grupos ante el PSG, 2-2) y también que un gol
tempranero podría obrar psicológicamente ante un Barcelona que en la temporada
pasada, en cuartos de final, venció 4-1 en la ida ante la Roma, y que sin
embargo se dejó estar y cayó 3-0 en la capital italiana para quedar
sorpresivamente eliminado de la competición.
En contra de los
ingleses cuenta la diferencia de gol en su contra, que los obliga a una gran
remontada, el poco tiempo de descanso (el sábado ganó un durísimo partido como
visitante ante el Newcastle por la Premier League, 2-3, sobre el final,
mientras que el Barcelona, ya campeón de la Liga Española, utilizó un equipo de
suplentes ante el Celta de Vigo), y las lesiones como las de Naby Keita,
Roberto Firmino, y la duda sobre Salah, lo que podría quitarle hasta tres
titulares para su partido más importante del año.
En el caso del
otro partido semifinal por jugarse el miércoles en Amsterdam, es indudable la ventaja
obtenida por un joven equipo como el Ajax, que no sólo logró imponerse en la
ida al Tottenham en el nuevo estadio de White Hart Lane, en Londres (0-1) sino
que pudo ser una ventaja mayor, y sin que los dirigidos por Mauricio Pochettino
pudieran hacer demasiado (así es que el argentino se quejó amargamente tras el
final).
La dinámica de
un equipo joven como el del Ajax, sumada a la aparición de algunas importantes
individualidades como el volante Frankie De Jong (ya transferido al Barcelona
para la temporada que viene), el defensor Matthijs De Ligt, o el creativo
serbio Dusan Tadic, lo destacan como el equipo sorpresa del torneo, dirigido
por el entrenador Erik Ten Hag, quien coincidió con Josep Guardiola en el
Bayern Munich, cuando se hizo cargo del equipo B.
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