miércoles, 1 de mayo de 2019

El Barcelona fue campeón…porque tuvo a Messi (Interia)



El Barcelona, aunque empecinado en regresar a ganar la Champions League después de cuatro años sin conseguirlo, sin embargo, volvió a ser campeón de la Liga Española, el título que, por ejemplo, para Zinedine Zidane, que convivió años con la Juventus como jugador, cree que es el más importante porque es el de la continuidad, el más preciado para un entrenador, el que demuestra la regularidad en la temporada.

En estas horas, una gloria del Barcelona como sin dudas es Carles Rexach, quien jugó en los tiempos de Johan Cruyff en los años setenta y luego fue dirigente del club y quien –nada menos-fichara a Lionel Messi cuando era un adolescente de 13 años, escribió una columna en un periódico deportivo de Cataluña comentando que no comprende muy bien por qué los simpatizantes del Barcelona están tan desesperados por la Champions cuando el título de Liga le parece más importante.

Rexach dice que la Champions ahora reúne a demasiados equipos por país cuando antes sólo arribaban a jugarla los campeones de cada Liga y que en cambio, ganar un torneo de 38 jornadas y tan competitivo es mucho más difícil (Zidane sostiene lo mismo, aún habiendo ganado tres Champions con el Real Madrid, porque en Italia se valora mucho el torneo local).

Sin embargo, el abrumador dominio del Barcelona en la Liga Española (11 ligas de las últimas 15) esta vez no tuvo relación con el gran juego del equipo, sino con que fue “el menos malo” de todos y el más regular (lo que más debería importar).

Es cierto, en defensa del Barcelona, que no tiene culpa de que el Atlético Madrid no haya sabido tener un juego más ofensivo pese a que cada vez se gasta más dinero en fichajes y ya no es un club de clase media (de hecho, en pocos días su nuevo estadio Wanda Metropolitano será sede de la final de la Champions), o tampoco que el Real Madrid haya tenido un año desastroso, a 18 puntos del líder y remontando la cuesta desde agosto, cuando aún con Julen Lopetegui perdió la final de la Supercopa europea ante el Atlético Madrid. Ya luego, Santiago Solari como entrenador interino, hizo lo que pudo ante un equipo derrumbado anímicamente y que sintió demasiado la salida de Cristiano Ronaldo.

El resto de los competidores de la Liga, se sabe, están para pelear por puestos en las copas europeas, o por no descender a Segunda, dependiendo del caso.

Con estos regalos, el Barcelona no tuvo nunca un competidor real por esta Liga. Apenas, el Atlético se mantuvo a prudente distancia, pero nunca con la posibilidad de arrebatarle el título, y eso también generó como consecuencia una Liga poco agonística, sin demasiado en juego y con el equipo azulgrana deambulando por los estadios sabiendo que tener a Lionel Messi en la plantilla, alcanza y sobra. Y el argentino, con sus 34 goles, con algunos partidos sin jugar en la segunda ronda, y otros desde el banquillo, resolvió cualquier duda que apareciera.

Pero hay que decirlo claro: este Barcelona no es un gran equipo si  no tiene una máxima exigencia enfrente. Tiene la capacidad de mimetizarse con el rival, como le sucedía a Woody Allen en el recordado film “Zelig”, cuando tomaba la personalidad de quien estaba a su lado.

El Barcelona tiene un entrenador que sabe llevar el vestuario con mano izquierda, como Ernesto Valverde, pero que es muy conservador para el tradicional juego blaugrana, con apenas un delantero (el uruguayo Luis Suárez), a veces dos si la situación lo amerita (el muy hábil pero irregular Ousmane Dembélé), con Messi jugando por libre pero decidiendo en cualquier momento, y con uno de sus principales aliados, el lateral izquierdo Jordi Alba, quien tal vez es el que más entiende el juego del genio.

El resto, acompaña porque no hay jugador malo ni mediocre en la plantilla, pero no hubo demasiados partidos con aquellos espectáculos que recordamos con añoranza desde los tiempos de Xavi Hernández o Andrés Iniesta. Ahora toca otra cosa, y el Barcelona fue justo campeón con esto que tiene hoy, con la elegancia y justeza de Gerard Piqué en la marca, y con un porterazo como el alemán Mar Ter Stegen. Pero no hay que exagerar: este Barcelona fue más que los otros 19 equipos y menos que otros Barcelona del pasado, aún siendo campeón. Con Messi, todo es más fácil.

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