Desde París
Cuando el
próximo 15 de junio, la selección argentina salga a la cancha del Arena
Fontenova de Salvador, Bahía, para debutar ante Colombia por el Grupo B de la
Copa América de Brasil, será el tiempo del final de las palabras y de las
especulaciones para pasar directamente a los hechos.
Como siempre, o
casi siempre, la AFA buscó un rival accesible, como el equipo nacional
nicaragüense, para que la selección argentina se despida de su público con un
resultado abultado (5-1) como si eso pudiera, a esta altura, engañar a nadie.
La selección
argentina, con el mejor jugador del planeta y desde hace más de una década,
Lionel Messi, aún en una etapa importante de renovación, no llega a la Copa
América de Brasil con la chapa de candidata luego de tantos desastres y tantas
decepciones, pero con ese escudo y esos colores con tanta historia, tampoco le
puede esquivar el bulto.
Se trata de un
torneo algo devaluado, por las idas y venidas de los dirigentes de la Conmebol,
que ahora lo quieren equiparar en fechas a la Eurocopa, con la idea de poder
enfrentar al campeón del otro lado de Océano para poder jugar una final entre
vencedores y recaudar, el gran afán de estos tiempos, y por eso, ya se plantea
otra Copa América Extra para 2020 que seguramente tendrá a la Argentina como
sede de uno de los dos grupos de la fase inicial, el grupo Sur, aunque resta
definir si también lo será del grupo final, en la puja con Colombia (se
decidirá el próximo 13 de junio en San Pablo).
Yendo al terreno
futbolístico, uno de los grandes desafíos de este equipo argentino es no
depender absolutamente de Messi, pero ¿cómo se consigue? ¡Es posible eso en un
grupo de jóvenes que observan, en líneas generales, al diez del Barcelona como
una estrella o como un semidiós y sienten que cada pelota que tienen se la
tienen que entregar aunque haya otro compañero libre o destapado?
¿Es posible
salir a ganar una Copa América cuando se sabe que salvo en ese caso, o como
mucho haber llegado a la final, el director técnico, Lionel Scaloni se irá,
dejando su lugar a otro de más recorrido hasta el Mundial de Qatar 2022?
¿Es posible
ganar un título luego de 26 años sin conseguirlo (desde la Copa América de
Ecuador 1993) sin una línea clara de juego y con algunos protagonistas llamados
sobre la hora en detrimento de otros que sí esta vez iban a estar desde el
inicio y por nada del mundo iban a asalir y menos por presiones?
Todo indica que
es bastante difícil, aunque jamás imposible con esta camiseta. Si tomamos en
cuenta los posibles candidatos, los dos que asoman con mayor nitidez son
Brasil, porque completó un buen Mundial de Rusia y una excelente
clasificaci´0on desde que su entrenador Tité se hizo cargo del equipo, aunque
ahora sin Neymar, vuelve a generar dudas.
Uruguay, siempre
con el Maestro Oscar Tabárez, el DT que más viene durando en el cargo (lo
contrario que Argentina), cuenta con la duda sobre el estado en el que llega el
delantero del Barcelona Luis Suárez tras su operación, pero los “celestes”
vienen trabajando en el equilibrio y en recomponer una línea de volantes que se
había perdido y que era demasiado rocosa, defensiva. Ahora con Lucas Torreira,
Matías Vecino, Rodrigo Bentancur y Federico Valverde, la renovación fue total.
Completan la
chance de ser candidatos Colombia (en el grupo de Argentina), por historia, y
Chile, por un presente reciente, aunque dio la sorpresa al no clasificarse al
Mundial de Rusia tras dos Copas América ganadas consecutivamente en 2015 y
2016.
Para Messi,
finalmente, ganar una Copa América en Brasil no será lo mismo que un Mundial
(cuando estuvo tan cerca en 2014), pero podría subir mucho en la consideración
afectiva de los hinchas albicelestes. La futbolística no lo necesita. Esa
batalla cultural ya la ganó, aunque aún no logró lo que Cristiano Ronaldo,
quien se llevó la Copa de las Naciones para Portugal apenas tres años después
de ganar la Eurocopa.
Portugal pudo
aprovechar en estos años el tirón de Cristiano Ronaldo, pero Argentina no el de
Messi. ¿Aún está a tiempo? Tal vez sí, pero ya no tanto como antes. La Copa
América, entonces, es una gran ocasión para volver a los primeros planos. Y
hacia allí viajaremos en las próximas horas para poder contarles todo lo que ocurra.
1 comentario:
Sergio gracias por tu esfuerzo y estaremos arentos a tus crònicas desde Brasil.
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